Algunos participantes pisan el barro y la paja para hacer los adobes.

Entre adobes, aros y veletas

Cevico Navero celebra la Semana Cultural con talleres, música, teatro y deporte

luis antonio curiel

Sábado, 29 de agosto 2015, 14:02

Una animada semana cultural ha permitido a los vecinos disfrutar de unos días de encuentro y diversión con música, deporte y teatro, entre otras actividades. Aunque como paso previo, se celebró la asamblea general de la Asociación Sociocultural de Cevico Navero, en la que los socios conocieron los proyectos del colectivo.

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Entre los actos más curiosos desarrollados en estos días, destaca el taller de elaboración de adobes, dirigido por Antonio Matías El Cerela. Esta actividad se desarrolla por cuarto año consecutivo en la zona de La Poncarriona y reunió a numerosos niños y mayores. Algunos pequeños también se animaron a cavar la tierra utilizando las azadillas y las palas. Además, los asistentes tuvieron la oportunidad de conocer los juegos de antaño y disfrutaron haciendo rodar la veleta juego típico de Cevico Navero que se practicaba en San Marcos, el hinque y el aro, entre otros.

Antonio Matías, promotor de la iniciativa, explicó las distintas fases de la elaboración de adobes y recordó la tradición que existía en el Cerrato y en Cevico Navero sobre este trabajo. «En mi familia siempre hemos hecho adobes, por lo que conozco muy bien la técnica. Con este tipo de actos, hacemos que niños y jóvenes conozcan más a fondo los oficios de antaño, nuestras tradiciones y los juegos de la infancia», señaló Matías, que también ha publicado un libro en el que ha recogido algunas de sus vivencias.

El Cerela explicó el proceso de elaboración de adobes de una manera detallada. La primera labor consiste en cavar la tierra. Luego, se echa agua y paja de trigo ya trillada y se pisa el montón de la mezcla. Después se deja reposar durante unas horas y se procede a la preparación de los adobes echando la mezcla en los moldes, que pueden tener fondo o no. En Cevico Navero, este tipo de moldes se conocen como abancal y suelen tener una medida de 40 por 20 centímetros, con 10 de fondo. Los adobes se dejan secar durante varios días, antes de utilizarlos en la construcción de casas u otro tipo de inmuebles.

Con nombre propio

En el taller se utilizó una abancal más pequeña para los niños, lo que les permitió preparar numerosos adobes, a los que pusieron sus nombres, y que una vez completado el proceso de secado, se llevaron como recuerdo del taller. Los adultos también se llevaron los adobes elaborados como testimonio vivo de un oficio que los ceviqueños se empeñan en perpetuar. Cevico Navero disfrutó con el recuerdo a los adoberos y conoció más a fondo la historia de numerosas familias que se dedicaban a este oficio. La zona de La Poncarriona fue el escenario de los juegos del ayer practicados por los niños del hoy.

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Consciente de la importancia de este tipo de oficios, Antonio Matías donó hace unos meses algunas piezas relacionadas con la elaboración de adobes y la agricultura al Museo del Cerrato Castellano.

Cevico Navero ha despedido su XXXIII Semana Cultural con la vista puesta ya en el Día del Montanero, el próximo mes de septiembre. Una jornada que permitirá también recordar otro de los oficios más arraigados a la historia de la localidad.

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