Un temporero que trabaja en la recogida del melocotón en Lérida se refresca este miércoles. Ramon Gabriel / EFE

Quemados

El lucernario ·

«El clima se escapa a nuestro control, también la inflación. Los costes se han disparado al son del mercurio y ya poco se puede hacer para esta campaña»

Laura Ríos

Valladolid

Miércoles, 15 de junio 2022, 20:31

El tiempo no acompaña y así es desde hace tiempo. Ha transformado al campo y le ha hecho pasar por casi todas la fases de ... la materia. Se seca por la pertinaz sequía, ha tiritado con inusuales heladas primaverales y se sofoca antes de alcanzar la canícula. No hay razones para el optimismo cuando el granero de España está seriamente amenazado. Había expectativas, de hecho se esperaba una cosecha de cereal excelente, pero el calor se ha instalado, ha achicharrado las espigas y eliminado el grano.

Publicidad

Aunque nunca llueve a gusto de todos, en esta ocasión es que ni siquiera lo ha hecho a disgusto de pocos. Toda esta tormenta perfecta la notarán nuestros bolsillos. Si la cosecha cae a la mitad, habrá que recurrir a otros mercados para satisfacer la demanda. Esto tiene un coste porque tenemos la fea costumbre de alimentarnos y alimentar al ganado.

El clima se escapa a nuestro control, también la inflación. Los costes se han disparado al son del mercurio y ya poco se puede hacer para esta campaña. Por eso conviene ser previsores y planificar la próxima siembra ante un más que esperado ajuste de la producción. Estamos en tiempo de descuento antes de que regresen las vacas flacas o llegue Santiago con las rebajas. A este paso acabaremos todos quemados y no habrá quien siembre ni en campaña electoral.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3€ primer mes

Publicidad