Las otras máscaras
Después de las palabras ·
«Las máscaras también envejecen, esos rostros sin expresión se hacen familiares con el tiempo, pierden su misterio y acaban por sernos habituales»Cuando llega la hora cero, el momento de la verdad, todo el mundo se quita la máscara y, sorprendentemente, se descubre que tras muchas máscaras ... no hay nada. Cuando llega la hora cero, no todos se quitan la máscara. Cuando llega la hora cero, el momento crucial de la verdad, todos se quitan las máscaras y se descubre que hay máscaras que no se descubren jamás.
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El individuo como máscara que oculta el misterio de la vida, ese es el secreto de la máscara, carece de sentido la máscara si lo que esconde no está vivo, entonces se trata de la careta de la muerte, cuyos ojos son ausencia. La máscara no tiene rostro y camina por un sendero de rostros sordos y ciegos. Las máscaras también envejecen, esos rostros sin expresión se hacen familiares con el tiempo, pierden su misterio y acaban por sernos habituales y anodinos como nuestro semblante en el espejo, aunque la imagen que reflejamos sea irreconocible.
Hay fiestas desmesuradas que no deberían celebrarse, es tiempo de disfrute privado y secreto. La fiesta es sana expresión popular, pero algunas piden una máscara para cuidar el corazón, un corazón enmascarado no oculta un estado triste de ánimo, sino el motor de la vida.
La vida descubre las máscaras, al final siempre hay un destino en el que todas las máscaras quedan al descubierto. Y esa desnudez podría ser la mayor de las máscaras; el ciudadano libre y desnudo ante el abismo del futuro. Incertidumbre o liberación, tal vez sean la misma máscara.
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