Hemos luchado incontables veces y otras tantas los humanos hemos sentido la tentación de rendirnos. Hasta recordarlo nos cansa. Ganar una confrontación bélica larga y ... compleja es tarea de colosos desorientados, la pregunta siempre es si tiene sentido tanto desgaste irrecuperable.
Publicidad
El mundo en el que vivimos durante décadas se acaba, periclita, se vacía y nosotros somos la materia de ese vacío. Somos la caricatura del mundo que se sentía vivo y que confiaba en pocas personas, en apenas unas ideas, en siquiera un mundo concreto e íntimo.. Es natural no querer (no poder) seguir en un mundo que se agota, que ya no existe, el que justificaba y daba sentido a nuestras vidas. En tal circunstancia, qué podríamos hacer. Aún no lo sabemos Tal vez huir, pero no es posible huir de lo que inevitablemente se es, o se aprendió a ser.
Éramos más o menos libres, inconscientes animales racionales en celo y el mundo era nuestro parque donde establecíamos el ritmo acompasado de nuestras vidas. No nos ha cambiado el tiempo, no es el tiempo el traidor, es simplemente esta sociedad desorientada, hipócrita y mediocre.
¿Por qué se matan entre sí los humanos? No hay respuesta. Sencillamente lo hacen, como respiran, comen o piensan. Sólo sabemos que en el origen y en el destino de la vida somos algo en vez de nada. Se ha roto el cordón umbilical, a partir de ahora los dos mundos tendrán que evolucionar por sí mismos a su libre albedrío. Hablo del planeta y sus habitantes.
3€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión