Ramón García, con la mascota del 'Grand Prix'. RTVE
Óxidos y vallisoletanías

Reivindicaciones cazurras

«La reivindicación de que León siempre ha sido una región separada de Castilla es falsa»

José F. Peláez

Valladolid

Viernes, 8 de agosto 2025, 07:33

La verdad, no tenía ni la más remota idea de que en TVE siguieran emitiendo el 'Grand Prix', con Ramontxu, las vaquillas y ese olorcillo ... a chorizo que parece salir de la pantalla cuando comienza. Pero ahí está, una lucha entre pueblos en directo, la España a garrotazos de Goya, pero en movimiento. Me he enterado de esto porque el otro día competían Peñaranda de Bracamonte, que está en Castilla y León y Herencia, que está en Castilla-La Mancha. Un duelo «entre las dos Castillas», según Ramón García. El término es erróneo, evidentemente solo hay una Castilla, por más que actualmente esté dividida en varias comunidades autónomas con el objetivo de evitar otra Prusia. No es una afirmación oficial, pero resume la intención política que subyace en el modelo territorial de la Constitución del 78 y que no es otra que evitar que Castilla ejerciera un rol hegemónico en España, como el que Prusia tuvo en Alemania. De infaustas consecuencias.

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Traigo esto a colación porque la frase de Ramón García, situando a Peñaranda de Bracamonte dentro de una de las Castillas, provocó el enojo de alguien, que elevó una queja formal ante la Defensora de la Audiencia de RTVE. No lo hizo por la inexactitud de la locución «las dos Castillas», sino —cito literalmente— «porque esa afirmación es históricamente inexacta, ya que Peñaranda de Bracamonte se encuentra en la provincia de Salamanca, perteneciente a la Región Leonesa, y no a Castilla». La Defensora de la Audiencia no tardó en calificar lo sucedido de «grave» y «preocupante» y pedir disculpas. Y esta es la España que tenemos, esto es lo más importante que algunos tienen que hacer para defender al espectador mientras, con la otra mano, convierten el ente público en un vertedero de desinformación, manipulación y estupidez. A esto es a lo que algunos dedican el tiempo. Y esto y no otra cosa es lo que consideran «grave» y «preocupante».

En cualquier caso, volviendo al 'caso Peñaranda', creo que es el momento de decir algunas cosas. La primera es que la Corona de Castilla no existe. Pero existió y de ella formaba parte el reino de León. Salamanca era parte de la Corona de Castilla se ponga como se ponga el vecino de Peñaranda de Bracamonte, la Defensora de la Audiencia y Ordoño II. Pero es que, además, Peñaranda perteneció a Ávila durante mucho tiempo, por lo que no es que fuera Castilla vía reino de León sino por vía directa, como Burgos o Santander. En cualquier caso, conviene recordar que, del mismo modo que ya no existe ni el reino ni la Corona de Castilla, tampoco existe el reino de León, por lo que Salamanca es solamente una provincia de Castilla y León. Y los municipios de su provincia no forman parte de esa 'región leonesa' a la que hace referencia la espectadora porque no existe y el estatuto de autonomía no estipula ningún estatus diferenciado para el antiguo reino de León, ni tampoco para Salamanca como parte del mismo.

Y empieza uno a estar cansado de esta reivindicación cazurra, anacrónica y divisiva. La primera unión de Castilla y León se produce en 1037, cuando Fernando I de Castilla hereda el Reino de León. Tas su muerte en 1065, Fernando I divide sus dominios entre sus hijos, lo que rompe la unión, que se hará definitiva en 1230 bajo Fernando III el Santo, cuando ambos reinos se fusionan en la Corona de Castilla. Es decir, llevamos juntos desde 1037 y de modo definitivo desde 1230, con la salvedad de la República, cuando la reforma territorial liberal formó la 'Región de León'. Esta división nunca tendría autonomía, por cierto, como tampoco la tuvo durante el franquismo. Es decir, la reivindicación de que León siempre ha sido una región separada de Castilla es falsa. Ni la provincia ni la región leonesa han tenido jamás autonomía. Y su denominación separada de Castilla se ha producido, desde 1230, solamente entre 1833 y el fin del franquismo. Aunque nos quieran hacer creer que la unión es la anécdota y la separación la categoría, la realidad es la contraria: la separación es la anécdota y la unión la categoría.

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Porque hay que recordar que se trata de una unión —de ahí la conjunción copulativa— de dos reinos bajo una misma Corona primero y bajo una misma autonomía hoy. Como decía, empieza a cansar este tema. Que Castilla haya sido en otro tiempo la realidad más importante del planeta es algo que no debe enorgullecer a Valladolid sino a todos los reinos que lograron esa gesta, es decir, a Castilla, León, Galicia, Asturias, Toledo, Sevilla, Jaén, Córdoba, Murcia, el señorío de Vizcaya, las provincias de Álava y Guipúzcoa, las islas Canarias y, a partir de 1492, el reino de Granada, los virreinatos de Nueva España (México, Centroamérica, Caribe, parte del sur de EE. UU., y Filipinas), de Perú, del Río de la Plata y de Nueva Granada así como los territorios de Venezuela, Chile, Paraguay, Tierra Firme, la audiencia de Quito, las islas Filipinas, Marianas, Carolinas, parte de Taiwán, algunas partes de Formosa y Mindanao y, en África, Ceuta, Melilla, Orán y Mazalquivir, Santa Cruz de la Mar Pequeña, el Sáhara y Guinea Ecuatorial. Todo eso era Castilla. Y todos ellos deben reclamar su legado porque les pertenece.

Tan 'Corona de Castilla' es Valladolid como León, Salamanca o Peñaranda de Bracamonte. No hay en mis palabras ninguna intención de imponer nada, sino de lo contrario, es decir, de evitar que en algunas zonas se sientan superiores expulsando al resto a una segunda categoría. Se trata de evitar el nacionalismo a través de hechos históricamente irrefutables. León no es lo mismo que Castilla y sería aberrante decir que León es 'de Castilla'. Pero es innegable que León es parte de la Corona de Castilla y que compartimos comunidad. Y es algo que me encanta porque León es fantástico, lo es la ciudad y lo es su provincia. Lo es su alcalde, el socialista José Antonio Diez, que tiene más dignidad que todo el socialismo cerdanista y «supersanchista» de Valladolid junto, incluyendo a los sorprendentes subalternos de guardia en agosto. Al menos Diez se enfrentó a Koldo y a Cerdán, que le robaron las primarias delante de todo el partido mientras aquí daban palmas. Y en cualquier caso ya basta de dividir y de enfrentar a la gente. No hay un vallisoletano que tenga nada contra León. Tras diez siglos, va siendo hora de que esto sea recíproco. Alegar diferencias culturales entre uno de Peñaranda y uno de Carpio es un chiste. Todos somos parte de lo mismo. Hasta el punto de que en la camiseta del Pucela aparecen las palabras Galicia y Zamora. Piensen si al revés esto sería posible, despejen la equis y descubran quién tiene aquí el problema.

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