Piano, piano...
LA ESPITA ·
El triduo electoral de primavera, que finaliza el 9-J con las Europeas, está afectando al estado de ánimo de PP y PSOE en Castilla y León hasta niveles incomprensiblesEl PP es el partido político más ciclotímico de las democracias europeas. Los de Feijóo subieron al cielo después de la victoria en las Municipales ... y Autonómicas de mayo de 2023; cayeron en el pesimismo más radical cuando las Generales de julio del año pasado permitieron, Puigdemont mediante, que Sánchez siguiese en la Moncloa; volvieron a recuperar ánimo cuando las Gallegas de febrero encumbraron al sucesor del presidente nacional del PP, Alfonso Rueda, y entraron en el triduo electoral de primavera con la intención de que primero las Vascas (21-A), después las Catalanas (12-M) y finalmente las Europeas (9-J) acabasen empujando al sanchismo a su fin de ciclo. Y, ¡oh maldición de las urnas!, ni en abril ni en mayo los escrutinios les han sido favorables. ¡Y eso que en Cataluña han multiplicado por 5 los escaños y han quedado muy por encima de Vox! Claro, como para el PP sus buenos resultados han de ir siempre acompañados de otros malos para el PSOE y de otros pésimos para Vox, pues lo de allí no les ha sabido bueno. Y dice Tezanos que en junio... ¡uhmmmm!
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Enfrente, los socialistas han ido al revés: del desánimo gallego, a recuperar oxígeno al ser esenciales en el Gobierno vasco y acariciar ya con las dos manos la Presidencia de la Generalitat, con un Salvador Illa ganador indiscutible. Y así, mientras los populares de estas tierras castellanas y leonesas han recibido como un sopapo el último CIS que da al PSOE cinco puntos largos por encima del PP de cara a las Europeas, esas elecciones en las que dicen los de Feijóo que este va a salir catapultado (no vale reírse) hacia La Moncloa por segunda vez en un año, los socialistas han empezado a moverse con ciertos aires incluso chulescos.
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Ahí está un secretario regional, que no líder, socialista como Luis Tudanca, dando lecciones de no se sabe bien qué, cuando no ha ganado en su vida ni a las canicas. Recuerden que en 2019 tuvo más votos que Mañueco y, sin embargo, quien llegó a la Presidencia de Castilla y León fue el popular salmantino. Pero el PP tiene un problema con su ciclotimia, más allá de padecerla, y es que se le nota. Hasta un niño sabe cuándo están de subidón y cuando de bajón. Ahora están en esta segunda fase. ¿Todos? No, todos, no, pero sí muchos. De bajón está, por ejemplo, el presunto número dos de Mañueco en el PP, Francisco Vázquez, a quien hace que no se le ve el pelo... O la leonesa del sancta santorum de la dirección nacional, Ester Muñoz, que no aparece por estas tierras ni se sabe... Y con ellos, la tira de dirigentes sin iniciativa política, sin punch alguno, que a Mañueco no le hacen ningún favor.
Esos dirigentes, bien mandados, que malamente leen los papeles que les preparan en el partido, y que cuando conocen un CIS como el de esta semana se meten debajo de la cama. Necesitan pedagogía. Y saber relativizar. Si supieran hacerlo, habrían ido al Diario de Sesiones del Senado y se habrían encontrado con la perla que el siempre correoso dirigente segoviano Juan José Sanz Vitorio le lanzó hace pocos días al ministro sonrisa del régimen sanchista, el vallisoletano Óscar Puente, en forma de definición de lo que es el CIS. «Si Óscar Puente le encarga una encuesta a Tezanos sobre si Brad Pitt u Óscar Puente, Brad Pitt está muerto». Inconmensurable. Mejor definición, imposible.
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Los dos primeros encuentros del triduo electoral primaveral no se han jugado en terreno de Castilla y León, pero en los de junio ya habrá urnas en estas tierras. Entonces, las estructuras territoriales de aquí tendrán que rendir cuentas sobre el trabajo hecho. Y desde Ferraz, al Tudanca hoy ufano le reclamarán a ver cuánto ha contribuido a que Sánchez no salga magullado del 9-J. Vaya por delante que pobre Sánchez y pobre sanchismo como tengan que depender de este dirigente burgalés que tienen por aquí y al que ya le están buscando relevo. El problema es que no se lo encuentran porque no hay socialista que quiera comerse el marrón cuando toquen autonómicas en Castilla yLeón. Y de quien depende que toque votar a la Junta (con tope en febrero de 2026, pero no se llegará a esa fecha), es decir, Mañueco, basta mirar cómo actúa tras el 21-A y el 12-M: Piano, piano, que dicen los italianos. 'Piano, piano si arriva lontano' (Poco a poco se llega lejos) define a las mil maravillas el momento de quien controla el tablero político regional. Con Pedro Viñarás de nuevo en el puente de mando electoral del PP, las Europeas serán un termómetro esencial de cara a las futuras y no tan lejanas autonómicas. Y como parece que el PSOE le va a regalar que Tudanca siga siendo su rival, 'Piano, piano...' Primero, a votar el 9-J. De puertas adentro de Castilla y León, ese resultado es esencial para PP y PSOE. ¿Quién dijo que las Europeas no interesan a nadie?
Y 'Piano, piano...', Mañueco, una vela a Feijóo y otra a Ayuso. 'Piano, piano...'
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