El filósofo Daniel Innerarity afirma que la política no es administración sino diseño de las condiciones de la acción humana, apertura de posibilidades. El autor ... de 'La sociedad invisible' cree absurdo desear que llegue un momento en que lo sepamos todo, pero debemos asegurar el acceso de todos a la educación, y a una buena política científica; carece de sentido el deseo de vivir en una sociedad completamente transparente, pero debe asegurarse el pluralismo informativo, la libertad de expresión, la protección de la intimidad, o los mecanismos para controlar la acción de gobierno. Es la diferencia entre «el deseo vano y el fin valioso».
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La vida actual es caos, los problemas de la sociedad alcanzan ya a la especie humana, no hay un discernible presente y futuro. El azar guía el avatar planetario, y no distingue entre el bien y el mal, es ciego en las consecuencias de su acción y su imprevisible devenir.
No discernimos el futuro; no hay leyes inmutables, no hay jueces infalibles, la política institucional es una montaña rusa, un valor volátil, una estructura disipativa, a menudo los juicios paralelos de los medios de comunicación no contribuyen a esclarecer los hechos, son sentencias populistas alejadas de la realidad, por cruel que esta sea. La información mediática no es ciega pero puede ser miope. Incluso, la covid-19 sigue siendo una incertidumbre para los científicos, comprueban que cada persona es diferente con reacciones físicas diferentes.
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