Improvisación sin recorrido
Mientras el Gobierno explora «soluciones imaginativas», Junts sigue sin entender algo tan elemental como que todo Estado de derecho tiene sus reglas y límites
La posibilidad de acortar el tiempo de las investigaciones judiciales para que Carles Puigdemont pueda beneficiarse de la ley de amnistía en su actual redacción pese a estar inmerso en varias causas por delitos que lo impedirían es una improvisación que demuestra hasta dónde está dispuesto a llegar Pedro Sánchez para que no encalle la legislatura. La reforma en ese sentido de la Ley de Enjuiciamiento Criminal no convence a Junts, fue descalificada ayer por Yolanda Díaz y no es seguro que pudiera aplicarse con efectos retroactivos, lo que la deja sin apenas recorrido. Además, iría en dirección contraria a la impulsada por el propio presidente al revertir la reducción de plazos aprobada en 2015 por un PP acorralado por la corrupción. El líder socialista justificó aquel cambio con el muy razonable argumento de no favorecer la impunidad. El problema, aparte de la contradicción de querer garantizar ahora a toda costa la de Puigdemont, es el riesgo de que esa medida acabe dejando también sin castigo delitos en otros casos de toda índole. Mientras el Gobierno explora «soluciones imaginativas», Junts sigue sin entender algo tan elemental como que todo Estado de derecho tiene sus reglas y límites.
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