Desconfinador que desconfinas...

Esta semana es la foto que deja la política en Castilla y León: lío político. Hay que ponerse en antecedentes. El alcalde de Soria, que en las primeras semanas de confinamiento tuvo que lanzar un SOS (junto a la alcaldesa de Segovia, la también socialista Clara Luquero) por la escasez de medios sanitarios y personal en sus respectivas capitales, con la consiguiente influencia de dicha escasez en sus ámbitos territoriales provinciales, se había preguntado en voz alta: «¿Los recursos sanitarios de Castilla y León no pueden estar mejor distribuidos para que no volvamos a castigar a una provincia?». También criticó el regidor –eso sí, sin sartenazos fuera de lugar, ni insultos, ni nada parecido– si no pueden contratarse médicos cubanos que, según él, están esperando desde la Embajada de Cuba en España un 'ok' para ponerse a disposición del Sacyl.

Recibió respuesta de la consejera de Sanidad, Verónica Casado, una de las pocas dirigentes públicas de Castilla y León que ha sabido crecerse ante la adversidad y dar la cara con dignidad (a este paso, lo único que va a poder agradecérsele al vicepresidente Igea de su paso por la politica regional va a ser el fichaje de Casado): Los médicos cubanos no han pedido la homologación, dijo Casado. Y pidió, muy educadamente, que el regidor soriano colabore y ayude.

Pero, claro, como se ha visto en toda comparecencia en la que el vicepresidente Igea acompaña a la consejera de Sanidad (Casado le ganó con diferencia el jueves en lo que a compostura y saber estar se refiere), el dos de la Junta parece que estuviera llamado a tener que dar la nota y cogió la sartén (metafóricamente hablando) y atizó al regidor soriano con una expresión tan fuera de lugar como poco elegante al comparar la actitud de este con la del que se detiene ante un accidente a hacerse un 'selfie'. Es una comparación que descalifica a su autor. Incluso en el caso (que no fue así) de que las declaraciones del alcalde soriano hubiesen sido altisonantes o descalificadoras, para eso está la templanza que se le supone a un dirigente de la talla que debe tener un vicepresidente de la Junta. Y para eso están la prudencia y la mesura que siempre han resaltado en la personalidad del vicepresidente y que en un momento tan crucial de la vida en España no puede dejar de exhibir. Flaco favor le hace Igea al cargo que ostenta en la Junta. Y flaco favor se hace a sí mismo.

Si hay algún político, por muy alto rango institucional que tenga y se le haya subido a la cabeza, que piense que después del confinamiento va a servir el insulto por el insulto, la descalificación por la descalificación y el 'y tú más' por el 'y tú más', que vaya pensando en cambiar de oficio. Si algún político se piensa que los ciudadanos van a salir a la calle con normalidad, vamos como si nada hubiese pasado, distinguiendo a unos frente a otros porque unos u otros se crean mejores que el contrario, que se vaya dedicando a otra cosa. Los ciudadanos, tras dos meses en casa, tras perder por millones el puesto de trabajo, no van a tolerar ni una a los políticos, sean estos ocurrentes o no.

España superó ayer los 25.000 fallecidos. Para hacernos una idea, nada mejor que una comparación gráfica: es como si de repente hubiesen desaparecido en este mes y medio largo las poblaciones de Medina del Campo y de El Burgo de Osma de golpe. ¿A algún político le parece responsable enzarzarse en peleas de poca monta con lo muchísimo que se juega cada persona por culpa de la covid-19? ¿Pero se creen que estamos para espectáculos como las comparecencias faraónicas de Pedro Sánchez; las diatribas cantineras de Pablo Iglesias, o las ocurrencias estrambóticas de Santiago Abascal? Incluyan ahí las desafortunadas comparaciones de Igea para criticar al alcalde de Soria. La gente no está para estas cosas.

Y ojo de aquel que haga dejación de sus funciones y de sus responsabilidades con el manido «no es momento de investigar» lo que ha pasado en algunas residencias. Los juzgados se están llenando de denuncias. Y más que llegarán. 25.000 muertos ya por la covid-19 en España... ¿Y todavía hay alcaldes que se jactan de no poner las banderas a media asta? El confinamiento está siendo doloroso; el desconfinamiento tiene pinta de que lo va a ser más. ¡Ay del desconfinador que lo desconfine mal...!