Es cierto que los efectos de la pandemia cogieron por sorpresa a los gobiernos de nuestro entorno. Otra cosa es que algunos hayan sabido gestionar ... mejor la crisis (y la comunicación, algo no baladí, pues demandamos la verdad). Hemos asistido a todo tipo de piratería moderna en la que los países hacían valer su peso para aprovisionarse de material profiláctico en un mercado alambicado. España, como potencia media, ha hecho lo que ha podido. El Estado no solo lo conforman el Gobierno central o los autonómicos; existe un entramado en la Administración en el que organismos especializados conocen los mecanismos de sus negociados y son estos los que se encargan de asesorar y anidar recursos. No creo que el Gobierno de mi país se aplique en mentir; es, simplemente, la presión del caos.
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¿Que el presidente ha cometido errores? Claro. Lo que resulta atroz es la actitud de la derecha cavernícola que pretende sacar rédito electoral de este infierno. Estos elementos sin escrúpulos están empleándose a fondo avanzando entre los cadáveres de nuestros conciudadanos para desgastar a Pedro Sánchez y cabalgando sobre nuestros muertos para liquidar al presidente. Un clásico: cuanto peor, mejor.
Vox es la máxima expresión de este cáncer. Y en lo que concierne a Pablo Casado, en una lucha encarnizada contra Sánchez y Abascal, su postura malintencionada es más grave, pues al PP se le suponía un partido de Estado. Me recuerda a Groucho Marx pidiendo «más madera», solo que en este caso parece demandar «traedme más muertos». Es digno cachorro del inefable Aznar.
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