Un niño trata de conseguir comida en los centros de distribución de ayuda humanitaria en Gaza. Efe

La muerte de Gaza en cámara lenta

La estrategia y el sentimiento israelí de la guerra en Gaza están cambiando. La disidencia musulmana frente a Hamas crece dentro y fuera de la Franja. Netanyahu ha ordenado acelerar la guerra para capturar sus últimos bastiones.

Agustín Remesal

Valladolid

Sábado, 23 de agosto 2025, 08:35

He aquí el escenario de la probable batalla terminal de la guerra librada durante veintidós meses en la Franja de Gaza, uno de los lugares ... más densamente poblados en el mundo: Gaza, capital de ese exiguo territorio y ciudad más poblada de Palestina, es hoy un desierto erial de escombros habitado por menos de la mitad de su población antes de la guerra. Medio millón de palestinos han huido ya de la ciudad hacia el sur de la Franja, y el ejército israelí está echando de allí por la fuerza a los últimos resistentes para vaciar esa ciudad donde las facciones de Hamas mantienen una resistencia inesperada, ocultadas en sus fortalezas subterráneas.

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El Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu ha dado luz verde para obligar al desplazamiento por la fuerza de todos los palestinos hacia el sur de la Franja y alcanzar la frontera con Egipto, una deportación masiva con el fin de ahogar así a las milicias islamistas. El plan militar israelí incluye la captura urgente de la ciudad de Gaza y la expulsión de los campos de refugiados en el centro del territorio palestino, considerados como los últimos bastiones de Hamás para tomar el control de la seguridad en toda la Franja de Gaza y liberar a los veinticuatro rehenes israelíes vivos que aún se encuentran allí. 'Operación Gedeón' se denomina la arriesgada estrategia, paralela de la misma aplicada por las huestes israelitas hace treinta dos siglos, según se celebrada en el libro del Génesis y usada por aquel famoso guerrero Gedeón que venció y expulsó de la tierra de Israel a sus enemigos venidos de Arabia.

Benjamin Netanyahu anunció públicamente por primera vez hace tres días su intención de tomar el control de todo el enclave palestino de Gaza con una operación militar que durará varios meses y movilizará a decenas de miles de soldados. Las Fuerzas de defensa de Israel han lanzado ya las primeras fases de una potente ofensiva tras un ataque sin precedentes. El Ministro de Defensa Israel Katz ha ordenado ya la recluta de 60.000 reservistas y la captura urgente de la ciudad de Gaza para aprovechar allí la debilitación de la guerrilla de Hamás; aunque un portavoz del ejército israelí advirte que «los yihadistas aún son capaces de llevar a cabo ataques contra las tropas israelíes». Actualmente, el ejército israelí controla casi tres cuartas partes del territorio de la Franja de Gaza, pero Netanyahu insiste en que el núcleo duro de Hamas aún no ha sido derrotado. La estrategia israelí acerca de la guerra en Gaza está cambiando, y las conversaciones secretas que se llevan a cabo en El Cairo podrían terminar si los militantes palestinos abandonaran su palabra de respetar cualquier mediación tras su guerra de 22 meses en Gaza contra Israel y se reinventan como partido político.

Durante el ayuno anual el pasado viernes para celebrar el histórico saqueo de Jerusalén el pasado 3 de agosto, los fieles judíos lloraron la destrucción de su Templo sagrado por el ejército romano hace casi 2000 años. Itamar Ben-Gvir, Ministro de Seguridad Nacional de Israel, presidió la oración de miles de judíos en el Monte del Templo y prometió reconstruirlo en el mismo lugar de la Cúpula de la Roca, el actual santuario musulmán. «Gaza está desolada y en ruinas. Somos los nuevos romanos», gritó a sus feligreses el líder religioso de la 'Izquierda Fiel', el partido judío que ha prosperado durante la guerra.

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Desde la perspectiva internacional, la guerra de Hamás en Gaza se ha vuelto interminable, azarosa y militarmente inútil para Irán, su valedor. Mientras Gaza se muere de hambre, el ejército iraní sigue luchando en otros frentes. Sus generales creen que la guerra contra Hamás se ha vuelto inútil, y un alto el fuego sigue siendo difícil de alcanzar. La guerra que Israel libró contra Irán fue breve y refinada, con ataques precisos, objetivos claros y resultados excelentes que reforzaron el prestigio militar iraní en la respuesta.

Ese posible entendimiento entre enemigos redundaría también en el interés nacional de Israel y abriría una verdadera oportunidad para construir un gobierno palestino en Gaza que excluya lo que aún queda de Hamás.

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