Imagen de Ricardo delante de su fachada en San Miguel de Escalada. Adrián Martínez

La casa decorada con bicicletas en un pueblo de León que sorprende a sus vecinos

Ricardo decora su fachada y un solar con más de 50 bicicletas y figuras que acercan los recuerdos y la vida rural

Martes, 9 de septiembre 2025, 18:06

En un rincón de la provincia de León, la casa de Ricardo llama la atención de vecinos, peregrinos y visitantes. Desde 2015, este vecino de San Miguel de Escalada ha ido decorando la fachada de su vivienda con bicicletas antiguas que rescata, restaura o recibe como donaciones, hasta llegar a reunir unas cincuenta.

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«Un día pasó un chatarrero y vi una bicicleta antigua en su furgoneta», recuerda. «Le dije: 'Hierros por bicicleta, ¿te vale?' Y así conseguí la primera». A partir de entonces, llegaron más: «Algunas eran de curas, maestros o guardias civiles; otras me las trajo la gente al ver lo que hacía».

Cada bicicleta parece tener una historia detrás. «Muchos me dicen: 'Como esa tuve yo de pequeño' o 'esa me la arreglaron en la comunión'. Eso me llena, porque les trae recuerdos de sus antepasados o de sus primeras caídas».

Una colección que llegó por casualidad

La colección empezó casi por casualidad, pero hoy forma parte del paisaje del pueblo. «Al principio me decían que no cargara mucho la pared, que quedaba feo. Ahora me dicen: 'Te queda un hueco para otra'. Entonces tan mal no estará», bromea Ricardo.

Imágenes de las obras de Ricardo. L.G

Pero las bicicletas no son lo único que ha creado. En un solar anexo, Ricardo ha levantado escenas de la vida rural con troncos y objetos reciclados: un carro con vacas, burros, figuras de campesinos y hasta peregrinos que pasan por la ruta Vadiniense.

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«Lo hago por gusto, porque me viene la idea y la pongo»

Ricardo

«La pareja de vacas, la bonita y la marquesa, tiraban del carro con el que mi padre sacó la tierra para construir la casa. Es parte de nuestra historia», explica.

También hay una cigüeña, colmenas antiguas donde se producía la miel, muñecos de nieve en invierno y un nacimiento en Navidad. «Lo hago por gusto, porque me viene la idea y la pongo», cuenta Ricardo, que además confirma que todo se respeta: «Todavía hay buena gente. No me falta nada».

«Solo hago esto porque me gusta»

Ricardo

Diez años después de aquella primera bicicleta, la casa de Ricardo se ha convertido en un rincón único. Además, sus vecinos también son parte del apoyo para que Ricardo siga creando. El solar en el que va recreando un poco su historia y la de su familia pertenece a uno de los vecinos del pueblo. «Me lo deja porque me conoce pero soy consciente de que cuando lo venda tendré que llevarme todo». «Solo hago esto porque me gusta, no espero recibir nada», indica.

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