Olfo Bosé recorre la costa española en bicicleta
La finalidad de esta aventura del sobrino de Miguel Bosé es exclusivamente benéfica
el norte
Miércoles, 6 de julio 2016, 11:53
Olfo Bosé, hijo de Lucía, sobrino de Miguel y hermano de Bimba, tras divorciarse y dejar atrás sus polémicas apariciones en la pequeña pantalla y revistas del corazón, ha decidido no volver a hablar de su pasado como dj en Ibiza, ni de su relación con la saga Bosé, ni de su ruptura con la que ya es su exmujer, la modelo rusa Kateryna Strygina, de la que llegó a decir que no le hizo hombre en los ocho meses que duró el enlace, tampoco de su exsuegra, Yulia, «que me tiraba los trastos cuando Kateryna no estaba», según confesó en una entrevista.
Ahora, este joven está disfrutando de Asturias, «de sus bellos paisajes de mar y montaña» que conoce desde pequeño y que le encantan. «Mi madre me traía todos los inviernos a darme un baño en el Cantábrico. Decía que lo que no te cura el mar no te lo cura nada», recuerda.
Olfo, de 36 años, está recorriendo la península ibérica en bicicleta y en solitario. Salió de Malvarrosa y allí es donde ha decido finalizar el viaje después de recorrer 5.284 kilómetros, siempre por la costa y evitando en la medida de lo posible el asfalto, durmiendo al raso en cualquier playa y con un presupuesto de 10 euros diarios, según una información que recoge 'El Comercio'.
Esta particular 'Vuelta a España' tiene un carácter benéfico, en favor de la Fundación Towns of the Planet, «un orfanato que quiere reunir ancianos abandonados por su familia con niños sin padres». No recauda dinero. «Solo pretendo darla a conocer, contrastar la vida en solitario de un deportista con lo que significa ser huérfano de vida», explica. Cuando tras 62 días de exigente aventura regrese a Malvarrosa, «intentaré montar un vídeo de 20 minutos con las imágenes que he grabado por el camino para vendérselo a una cadena y entregar todo el dinero a la fundación», aclara.
Durante su aventura, las anécdotas no han faltado. «Un día me desperté rodeado de lobos, otro me sorprendió la marea mientras dormía, otro tuve un accidente que me hizo pensar en abandonar...». Lo que más le gusta es «el mapa humano» que dibuja día a día en su camino y que lleva tatuado en un brazo. «Hay gente maravillosa por todas partes, gente que me ha invitado a comer, a dormir, que me ha abierto su casa, su sabiduría y su conocimiento de la vida». Ayer durmió en Avilés, en casa de Pascual Cabaño, y hoy, ya recuperado de un inoportuno corte de digestión, pondrá rumbo a Llanes. Su aventura puede seguirse en olfo.es.
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