Varias personas hacen ejercicio en un gimnasio.

Las excusas más típicas para no ir al gimnasio

El ejercicio es uno de los propósitos clásicos para el año nuevo, pero muchas veces termina por no cumplirse

EL NORTE

Viernes, 5 de diciembre 2014, 16:03

Se acerca 2015 y muchas personas se marcan nuevos propósitos para el año que entra. Apuntarse a un gimnasio es ya un clásico que acostumbra a quedarse en el aire, pues nunca encontramos el momento para iniciar tal actividad. Está más que demostrado que el ejercicio es una actividad básica y necesaria para mantenernos en forma y para cuidar nuestro cuerpo, aun así nos justificamos con multitud de excusas y acabamos por no hacer nada.

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En el fondo, no hay razón alguna para no practicar ejercicio. Estas son algunas de las excusas más típicas:

«No necesito hacer ejercicio porque me mantengo delgado». Mucha gente piensa que el ejercicio solo se hace para mantenerse delgado o que incluso, por el hecho de estar delgado, ya es una persona con salud. Esto es totalmente erróneo ya que puede tener una mayor salud y esperanza de vida un «gordito» activo que un flaco inactivo.

«Yo ya hago deporte». Personas que practican deportes como pádel, golf o tenis, precisamente necesitan hacer un entrenamiento que les permita estar en forma y no lesionarse mientras practican ese deporte. Lesiones de espalda, codo de tenista o desgarros musculares podrían evitarse practicando determinadas posturas en el gimnasio.

«No tengo tiempo». Todos tenemos tiempo para aquellas cosas que más nos motivan y deberíamos ser capaces de dedicarle al menos 30 minutos al día a movernos.

«Me aburro». Entrenar puede ser muy divertido y no hay nada como la sensación de encontrarse en plena de forma de después.

«Yo ya soy mayor para esto». Precisamente la gente mayor es la que con mayor razón debería hacer ejercicio para trabajar su corazón y sus músculos. Además, el trabajo de fuerza es un gran protector frente a la osteoporosis, muy frecuente en aquellas mujeres que empiezan con la menopausia.

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«Estoy embarazada». Son muchas las mujeres que dejan de hacer ejercicio cuando se quedan embarazadas y la verdad es que no hay mejor momento para no abandonar la rutina de entrenamiento, siempre y cuando no sea un embarazo de riesgo. El ejercicio puede reducir males muy típicos del embarazo como la diabetes gestacional o la hipertensión. Además, beneficiará al feto, fortalecerá la musculatura que más sufre durante el embarazo y la recuperación postparto será mejor.

«Todavía estoy creciendo». Es por muchos conocido el mito de que el trabajo de fuerza frena el crecimiento de niños y adolescentes, pero esto no es así, tal y como avalan numerosos estudios.

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