La patronal europea de fabricantes de coches alerta de una posible escasez de chips
La intervención del Gobierno de Países Bajos de una firma china de semiconductores pone en riesgo el suministro en la industria de la automoción
Se enciende una nueva alerta en la industria de la automoción. La responsable es Nexperia, una firma de origen chino con sede en Nijmegen (Países ... Bajos). No fabrica móviles ni vehículos; su actividad se centra en la producción de chips, presentes en una amplia gama de dispositivos electrónicos.
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El pasado día 10, los principales grupos automovilísticos europeos revisaron sus cadenas de suministro en busca de este nombre -hasta ahora desconocido para el gran público- con el fin de evaluar los riesgos de un posible nuevo bloqueo.
Ese mismo día, el Ejecutivo neerlandés invocó la Ley de Disponibilidad de Bienes, una norma de 1952 concebida para garantizar el abastecimiento de productos esenciales. En virtud de esta disposición, Nexperia pasa a estar bajo supervisión estatal, lo que otorga al Gobierno la facultad de vetar decisiones estratégicas, cambios en la dirección o modificaciones estructurales dentro de Europa.
A través de un administrador independiente designado por un tribunal, el Ejecutivo obtiene voz directa en la gestión y puede frenar cualquier resolución que considere un riesgo para el suministro o la seguridad tecnológica. La intervención se ha establecido por un periodo inicial de un año, aunque no se descarta que el control pueda prolongarse más allá de ese plazo.
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Ese mismo día, los fabricantes de automóviles y sus proveedores -según informó la patronal europea de fabricantes de coches (ACEA)- recibieron una notificación de la compañía en la que se describía «una serie de acontecimientos» que impedían garantizar la entrega de sus chips a la cadena de suministro automotriz.
La falta de estos diminutos semiconductores amenaza con paralizar la producción de componentes esenciales para los vehículos. «Sin estos chips, los proveedores europeos no pueden fabricar las piezas necesarias para abastecer a los fabricantes, lo que podría detener la producción», advirtió la ACEA.
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Pese a ello, los propios fabricantes transmiten calma y recuerdan que, tras la crisis vivida durante la pandemia de la covid-19, la industria ha diversificado sus fuentes de aprovisionamiento. No obstante, reconocen que la homologación de nuevos proveedores y el aumento de la producción podrían requerir varios meses.
Nueva tormenta
La nueva tormenta que se cierne sobre el sector incrementa la presión sobre los principales grupos comunitarios, ya afectados por la ralentización de las ventas de vehículos eléctricos y unos resultados semestrales a la baja.
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«Estamos en contacto estrecho con nuestros proveedores y evaluamos de forma continua la situación para detectar posibles riesgos de suministro en una etapa temprana y adoptar las medidas oportunas si fuera necesario», señaló BMW.
Por su parte, Volkswagen quiso transmitir tranquilidad a clientes y accionistas tras revisar su cadena de valor: «No trabajamos con ellos», afirmó.
De confirmarse los escenarios más pesimistas, una nueva crisis de semiconductores supondría otro golpe para unas marcas que ya acumulan profit warnings en los últimos meses y registran pérdidas en sus balances.
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Las estimaciones del sector sitúan las salidas de empleo -algunas pactadas- por encima de las 70.000, la mayoría en Alemania y el norte de Europa. En España, la situación es por ahora menos preocupante, aunque el impacto comienza a notarse: las proyecciones revisadas apuntan a una caída del 2% en la facturación y del 1% en el empleo respecto a 2024, lo que supondría el segundo año consecutivo de retroceso.
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