El doctor Suárez-Calvet, muestra de sangre y tubos para las pruebas.
Fundación 'la Caixa'

La Fundación 'la Caixa' financia un programa que permite detectar de manera muy precisa las fases iniciales del Alzheimer

La investigación abre paso a sistemas de diagnóstico precoz no invasivos basados en combinar biomarcadores sanguíneos de la dolencia

El Norte

Barcelona

Viernes, 29 de octubre 2021, 07:45

Investigadores del centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, el Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), con el impulso de la Fundación 'la Caixa', han detectado que la proteína acídica fibrilar glial (GFAP, por las siglas en inglés) es un biomarcador muy preciso para diagnosticar las fases iniciales de la enfermedad de Alzheimer en la sangre.

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«El hallazgo permitirá mejorar la precisión diagnóstica de la fase preclínica del Alzheimer a través de un análisis de sangre, combinando la detección del biomarcador GFAP con otros descubiertos recientemente», explica el Dr. Marc Suárez-Calvet, investigador principal del estudio y jefe del grupo de Biomarcadores en Fluidos y Neurología Traslacional del BBRC.

Los resultados del ensayo se han validado en cerca de 900 participantes provenientes de tres cohortes internacionales

Los resultados del ensayo se han validado en cerca de 900 participantes provenientes de tres cohortes dedicadas a la investigación en prevención del Alzheimer. Una de las cohortes es el Estudio Alfa, impulsado por la Fundación 'la Caixa' en Barcelona.

Tres países implicados

La investigación se ha publicado en la revista 'JAMA Neurology', y ha contado con la colaboración de investigadores de la Universidad de Göteborg, la McGill University de Montreal, la Universidad de París, el Hospital Lariboisière Fernand-Widal de París, el Hospital del Mar y el Institut Hospital del Mar de investigaciones Médicas (IMIM), el CIBER de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES) y el CIBER de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN).

La GFAP es una proteína cerebral específica de las células de la astroglía, implicadas en diferentes procesos funcionales como dar soporte a la actividad de las neuronas y regular la barrera hematoencefálica. Cuando se produce algún daño cerebral tiene lugar una reacción de estas células, llamada astrogliosis. Con ello tratan de contener el deterioro, y esto eleva la expresión de GFAP y de otros marcadores.

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La novedad que aporta este estudio es que demuestra que la GFAP medida en el plasma sanguíneo es mejor que la del líquido cefalorraquídeo para determinar la fase de la enfermedad

En el caso del Alzheimer, la GFAP es un biomarcador que habitualmente se medía en el líquido cefalorraquídeo, con una punción lumbar. La novedad que aporta este estudio es que demuestra que la GFAP medida en el plasma sanguíneo es mejor que la anterior para determinar, con más precisión y de forma menos invasiva, en qué punto de la enfermedad está el paciente.

«Hemos visto que los niveles del biomarcador GFAP son más elevados en las personas que se encuentran en la fase asintomática del Alzheimer, y que nos permiten diferenciar los individuos con o sin patología amiloide en el cerebro, que es el estadio previo a la enfermedad», explica Marta Milà-Alomà, investigadora del estudio y miembro del grupo de Biomarcadores en Fluidos y Neurología Traslacional del BBRC.

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Los resultados se han podido confirmar en personas que están en las diferentes fases de la enfermedad de Alzheimer, que participan en tres cohortes internacionales independientes. Todas las pruebas fueron analizadas en la Universidad de Göteborg, y cuantificadas con una tecnología de alta precisión.

Nuevas perspectivas

Los resultados se suman a los últimos hallazgos de biomarcadores sanguíneos para detectar el Alzheimer. En noviembre de 2020 el mismo equipo que lidera Suárez-Calvet en el BBRC identificó otros, en este caso de la proteína tau, para detectar las fases iniciales. Como explica este doctor, «en solo dos años la investigación en el campo de los biomarcadores del Alzheimer en la sangre está avanzando a tal ritmo que estamos convencidos que en un futuro próximo podremos detectar los cambios silenciosos que se producen en el cerebro con un simple análisis de sangre solicitado por el médico de cabecera. Esto nos permitirá probar tratamiento antes que el daño neuronal sea irreversible», asegura.

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