Fernando Martín (fundador) y Fernando Martín Ávila, director de operaciones de Fadis. FADIS

«Cada vez se trabajan más referencias y se valora más la calidad, la frescura o la trazabilidad»

Fernando Martín Ávila, director de operaciones de Fadis ·

La empresa zamorana de distribución y venta de alimentos refrigerados facturó 22,7 millones en 2024 y la apuesta es crecer de forma «sostenible»

Andrea Díez

Zamora

Domingo, 21 de septiembre 2025, 08:47

A punto de cumplir cuatro décadas, Fadis Alimentación es una empresa más que consolidada en el sector de la distribución alimentaria en Castilla y León. En la actualidad, conviven dos generaciones: Fernando Martín (fundador) y su hijo, Fernando Martín Ávila, que hace cuatro años decidió volver a Zamora para incorporarse al proyecto familiar. Se trata de un sector en el que cada vez más, los clientes buscan ahorrar tiempo sin renunciar a la calidad.

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–Fadis dio sus primeros pasos en 1986 y hasta ahora

–Así es. Mi padre, después de trabajar en una fábrica de quesos durante un año como comercial, se asoció para arrancar el proyecto de venta y distribución de productos de alimentación. Poco a poco fueron ampliando tanto la cartera como la cobertura del área de influencia a prácticamente todo Castilla y León.

–Usted pertenece a la segunda generación...

–Así es, soy ingeniero, he estado trabajando en diferentes multinacionales y empresas más pequeñas. A finales de año se cumplen cuatro años desde que decidí regresar para dar continuidad a un proyecto de vida que emprendió mi padre y asumir una responsabilidad con las más de cuarenta familias que dependen de esta empresa.

–¿Tuvieron claro que Zamora era el lugar desde el que ir creciendo?

–El sector alimentario está girando hacia lo local: menos huella de carbono, ingredientes naturales y procesos más artesanales. Y eso es una gran noticia para zonas como la nuestra, donde el sector primario no solo produce, sino que fija población. En Fadis llevamos años apostando por proveedores nacionales y especialmente, de Castilla y León. Trabajamos con muchas pequeñas fábricas y productores que elaboran de forma tradicional, y esa conexión con el territorio forma parte de lo que somos.

–¿Cuáles son los tipos de productos que distribuyen?

–Trabajamos tres temperaturas en alimentación: seco, refrigerado y congelado, y, en líneas de productos nos enfocamos en producto de valor añadido. Los principales son los lácteos, cárnicos, curados, cocidos y producto cocinado.

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–Dan servicio a todas las provincias de Castilla y León a excepción de Soria. ¿Es la asignatura pendiente?

–Actualmente no damos servicio directo en Soria. Nos encontramos presentes en toda Castilla y León excepto en esa provincia, y aunque lo hemos valorado en distintos momentos, por ahora nuestras condiciones logísticas no hacen viable que podamos garantizar un servicio de calidad. En cualquier caso, seguimos atentos a cómo evoluciona la demanda en la zona.

–¿Qué riesgos implica trabajar con una flota de 34 camiones frigoríficos y varios vehículos ligeros?

–Uno de los principales retos en nuestra comunidad son las distancias y la baja densidad de población, especialmente en zonas rurales. Además, hay otro factor que a menudo se pasa por alto: el estado de algunas carreteras nacionales. En ciertos tramos, el deterioro de la vía representa un riesgo operativo real que afecta a la seguridad.

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–¿Faltan conductores?

–Nuestro equipo lleva muchos años con nosotros y en los últimos tres años hemos ido incorporando gente joven. Por suerte, hemos encontrado muy buen equipo, gente con ganas de trabajar y quedarse en la zona.

–En estas, prácticamente cuatro décadas de funcionamiento. ¿Cuáles han sido los momentos más complicados?

–Al final se han ido superando todas las dificultades. Excepto el año de la pandemia, las ventas han ido creciendo aunque también aguantamos porque teníamos que distribuir a tiendas. El año pasado alcanzamos una facturación de 22,7 millones.

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–¿Cómo ha evolucionado la demanda de alimentos refrigerados?

–La demanda ha ido cambiando y también se ha sofisticado. Cada vez se trabajan más referencias por parte del sector y hoy se valora más la calidad, la frescura, la trazabilidad… y el cliente espera una entrega ágil y flexible. Todo eso ha hecho que el sector se profesionalice mucho y que la logística en frío tenga un papel clave en la cadena alimentaria.

–¿Y los cambios en las dinámicas de consumo?

–Además de buscar productos más saludables, de proximidad o con procesos más cuidados, el consumidor valora cada vez más aquellos productos que le permiten ahorrar tiempo, energía y esfuerzo, sin renunciar a la calidad. Lo vemos tanto en casa como en la hostelería, donde la conciliación familiar y la falta de personal ha hecho crecer la demanda de soluciones con valor añadido: productos que garanticen estabilidad, una vida útil optimizada y resultados uniformes en cocina.

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–¿Qué objetivos destacan en su Plan Estratégico?

–Nuestro enfoque estratégico está centrado en el crecimiento sostenible. No se trata solo de facturar más, sino de hacerlo con control, reforzando márgenes, eficiencia y estructura. Apostamos por consolidar lo que ya hacemos bien, optimizar procesos, y seguir creciendo donde tiene sentido, sin perder nuestra identidad ni la cercanía con proveedores y clientes. Las cifras son importantes, por supuesto, pero lo que más valoramos es la solidez y la capacidad de seguir adaptándonos a largo plazo. Además, intentamos colaborar con otras empresas del sector para establecer alianzas comerciales o estratégicas que aporten valor mutuo.

–¿De que forma impactan las normativas regulatorias?

–El marco regulatorio del sector alimentario es cada vez más estricto, y aunque entendemos que debe garantizar la seguridad y la trazabilidad, también vemos cómo esta complejidad burocrática está suponiendo una carga muy difícil de asumir para muchos pequeños productores, fabricantes y hosteleros. Creo que es importante que pongamos el foco en ellos. Si no cuidamos el equilibrio entre control y viabilidad acabaremos asfixiando, precisamente, a quienes hacen posible la diversidad y la calidad del producto local.

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–¿Es viable incorporar vehículos eléctricos?

–Estamos estudiando la forma de introducir vehículos eléctricos en nuestra operativa, especialmente ante la creciente presión regulatoria sobre la movilidad en entornos urbanos. A día de hoy, sigue habiendo dificultades técnicas en los vehículos frigoríficos y limitaciones importantes de autonomía, pero seguimos el tema de cerca.

– ¿Cómo aprovechan las nuevas tecnologías?

–En nuestras instalaciones contamos con placas solares que generan buena parte de la energía que consumimos, especialmente en las cámaras frigoríficas, que es donde se concentra el mayor gasto. Además, hemos trabajado mucho en la optimización de rutas, porque el coste del combustible representa una parte muy importante de nuestros gastos. Todo lo que nos ayude a ajustar consumos y recorridos tiene impacto directo en la rentabilidad y, por supuesto, también en la sostenibilidad que está muy presente en toda nuestra cadena de trabajo, como parte del origen del producto.

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–¿Qué peso tiene la inversión en innovación?

–Para nosotros la innovación no es solo aplicar tecnología, sino mejorar cada parte de nuestro funcionamiento: desde la optimización de rutas hasta el análisis de datos comerciales, pasando por la mejora continua en almacenamiento o en sistemas de información internos. Nuestro equipo desarrolla parte del software, lo que nos da una gran flexibilidad para adaptarnos a nuestras necesidades reales y responder más rápido. Además, estamos formándonos activamente como equipo e incorporando nuevas herramientas con ayuda de la IA, siempre con un enfoque práctico.

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