Dos triatletas palentinos forjados en hierro
Sergio Santos, del Triatlón Astudillo, y Diego Rodríguez, del Villamuriel, se enfrentan a su segundo Ironman este domingo en Vitoria tras el éxito de 2019 en Gandía
Han pasado casi dos años desde que Diego Rodríguez, del Triatlón Villamuriel, y Sergio Santos, del Triatlón Astudillo, cumpliesen uno de sus sueños: competir en el Ironman de Gandía (Valencia). Pero, tras lograr superar las expectativas, con un tiempo final de 11 horas y 23 minutos, los palentinos tuvieron que resignarse en 2020 por culpa de la pandemia que paralizó todo, también el deporte. Ahora, Diego y Sergio vuelven a competir en una prueba, en esta ocasión en Vitoria. Los deportistas deberán recorrer 3,8 kilómetros a nado en las aguas del lago de Ullibarri-Gamboa, en el corazón del Parque de Landa; 180 kilómetros en bicicleta por los bellos parajes de la llanada alavesa y, finalmente, 42,2 kilómetros a pie en cuatro vueltas a través de un recorrido llano a lo largo del Parque Salburua, para terminar en el Fernando Buesa Arena.
«Sergio y yo nos conocimos en un triatlón y la complicidad surgió de inmediato. Ambos corrimos el Ironman de Gandía y como nos gustó la experiencia, enseguida buscamos otra prueba que en principio se iba a disputar en julio de 2020, pero por la pandemia se ha ido posponiendo hasta este fin de semana», afirma Diego Rodríguez, que reconoce que ha forjado con Sergio una gran amistad. «Nos compenetramos bien y nos encanta participar en estas actividades», asegura.
Los dos deportistas llegaban a Gandía en 2019 con el temor de quien se presenta por primera vez a una cita de tal magnitud, con un recorrido tan largo y laborioso. «Teníamos nervios porque era la primera vez e íbamos a lo desconocido. Eso nos acarreaba dudas, pero resultó gratificante. Es una prueba dura donde se necesita tirar mucho de la cabeza para poder reponerse en los momentos malos, pero lo hicimos muy bien y nos gustó. Ala vista esta que queremos seguir haciendo más cosas», explica Diego.
En esta ocasión, los dos corredores deberán completar la misma distancia en todas las disciplinas, con el único cambio del mar por un lago. «En la otra prueba fue la primera vez que nadé en el mar y es una manera distinta de competir. Tuvimos la suerte de que la prueba se hacía en un lugar muy cercano al puerto y apenas había oleaje, pero el salitre del mar se quedaba en la boca y daba otra sensación. En este caso competimos en un lago, que estamos más acostumbrados», reconoce Diego.
Ambos deportistas han ido aumentando la dificultad de las pruebas a las que se presentan desde el momento en el que se conocieron. «Después de este tenemos en mente hacer otro el próximo año. Habrá que ver cómo aguanta el cuerpo y si nos respetan las lesiones. Aunque sean distancias muy duras de preparar, se disfruta mucho», indica. En sus palabras no se intuye la extrema dificultad de completar un Ironman, la capacidad física y psicológica que exige. Pero detrás de este reto hay meses de entrenamiento y la incógnita de saber si llegan en un momento dulce.
«Este es un deporte que conlleva mucho sacrificio y muchas horas detrás. Hay que privarse de muchas cosas y sacar el tiempo de donde apenas tienes. Procuramos entrenar sobre todo los fines de semana. En mi caso, como soy autónomo, procuro hacer encaje de bolillos con el entrenamiento», asegura el corredor, que reconoce que es muy difícil poder participar. «En un día estoy una hora corriendo, aunque pueden subir hasta las cuatro horas si ya coges la bici», explica.
La mente juega un papel importante a lo largo del recorrido. «Esa capacidad cuenta mucho antes de la carrera, ya que el día de la prueba se puede decir que eres tú contra tu mente. Siempre te queda la incertidumbre de si vas con el trabajo bien hecho en los entrenamientos o si has podido sobrecargarte antes de la competición. La prueba te pone en su sitio», asegura. Aunque en esta ocasión, ambos atletas cuentan ya con la experiencia de la prueba disputada en Gandía en el año 2019. «Eso ayuda a la hora de quitarte el nerviosismo previo a la carrera que si tienes la primera vez por ser algo desconocido. Vamos más confiados con más experiencia», apunta.
Los dos corredores lograron una marca por debajo de las doce horas que esperan poder superar esta temporada. La prueba comenzará a las 8:00 horas con algún cambio con respecto a años anteriores. «Antes salíamos todos juntos en estas competiciones, pero ahora, por culpa de la covid, nos han dividido en grupos para poder salir sin ninguna complicación». Precisamente la pandemia impidió no solo la celebración de eventos de este estilo sino también la propia preparación de los atletas, sobre todo durante el confinamiento.
«A partir de marzo de 2020 no hubo absolutamente nada, además esta prueba también sufrió retrasos. Durante todo este tiempo la incertidumbre rodeaba a este deporte y no sabías si tenías que entrenar o no. Los meses que estuvimos encerrados practicamos gimnasia en casa y algo de bicicleta, pero poco más. Hemos acusado mucho el tiempo de inactividad sobre el agua», concluye.
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