Las otras manos del pádel

No hay ninguno de los jugadores y jugadoras de este Premier Pádel P2 Oysho Valladolid que no tenga «una buena mano» para la pala. Sin embargo, no sólo estas son las que contribuyen a sacar este campeonato adelante. También hay otras, menos conocidas eso sí, que son vitales y necesarias para que las primeras puedan ofrecer todo lo que tienen dentro. La mayoría de los jugadores cuando acaban el partido lo primero que hacen es ir a manos del fisio.

Al frente de los servicios de fisioterapia y medicina de este campeonato está Javier Nistal y su empresa Synergia. Con casi dos años de vida en Valladolid, esta joven clínica ha hecho del ejercicio su bandera: «Todos nuestros servicios de fisio y medicina están orientados hacia el ejercicio para prevenir y tratar lesiones», señala Javier.

Cuando se enteró de que Madison buscaba este servicio para el torneo, lo siguiente fue llegar a un acuerdo. Es la primera vez que están inmersos en un campeonato de pádel a este nivel. «Es una experiencia nueva. Nuestra función aquí es prestar servicios médicos y de fisioterapia a los jugadores del Premier Pádel Valladolid. La verdad es que hemos hecho un gran esfuerzo porque no es fácil dar salida a un evento de esta magnitud».

Como relata Javier, desde el pasado sábado 14 están de forma permanente, en la sala de fisioterapia habilitada en los bajos del Pisuerga, seis fisios por la mañana y otros seis por la tarde, además de dos médicos. Dan servicio tanto en pista como antes y después de los partidos. No ha sido sólo el esfuerzo humano, también en la maquinaria necesaria. «Ya no es la fisioterapia tradicional. Ahora hay máquinas muy potentes de crioterapia, radiofrecuencia, tecaterapia, presoterapia, que hemos traído. Y la parte médica, con un ecógrafo. Lo utilizamos mucho ya que ante un pinchazo hay que decidir si un jugador puede jugar mañana o no».

Javier se muestra «orgulloso» de poder «sacar este reto adelante». Hay días que han realizado 120 tratamiento de fisioterapia y 10 o 12 de medicina, pero es que la exigencia es máxima. «El feedback de los jugadores es bueno, pero es que estamos 13 horas diarias, y es mucha paliza. Nos quedamos hasta que se va el último jugador. Lo que más tratamos son vendajes funcionales, tendinitis, molestia en el codo…, y luego masaje descontracturante postpartido crioterapia, mesoterapia. Los fisios están haciendo un esfuerzo brutal».

Rodrigo Guerra está masajeando en este momento a Juan en la camilla. Sin parar su labor contesta a la pregunta de cuál es su labor. «Nosotros atendemos las necesidades de los jugadores. Si vienen antes de jugar, para ponerlos a punto, algún vendaje. Después de jugar, para tratar las molestias. Ellos son profesionales y viven de ello y nosotros tenemos que echarles un mano para que lo logren».

Marieta Uriarte también está en plena faena. «No sé cuántos masajes llevo ya dados. Desde las 9.00 de la mañana, muchos, pero es una buena experiencia y el trato con ellos y ellas es magnífico».

A Marieta le ha tocado ya la experiencia de salir a pista para atender a un jugador que reclama su asistencia en medio de un partido. Desde ese momento sólo tiene tres minutos para llevarlo a cabo. El juez silla le implora: 'Time'. «Es un poco estresante porque apenas hay tiempo. Tenemos que preparar las cosas antes: la crema de calentamiento, las tiras de vendaje y luego empezar…Y el público en la grada expectante viendo lo que haces».

Diego Valdés se ocupa también dentro de Synergia de la preparación física de la jugadora Esther Carnicero desde hace año y medio. Reconoce que el ritmo y la exigencia del pádel actual no tiene nada que ver con el de hace unos años. La preparación mental y física es fundamental. «La temporada es dura, muchos viajes, largos. Es en la pretemporada cuando trabajamos la base de forma más general (tres sesiones diarias) y luego ya hacemos específico. Si hay parones, recordamos el trabajo general, pero hay veces que se solapan un torneo y otro. Entonces trabajamos on line».

La verdad es que detrás del pádel cada vez hay más manos. No sólo las que juegan.

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