Dani Pérez, con la mirada fija en el guardameta Maciel, se dispone a anotar uno de sus tres goles. Rodrigo Jiménez
Balonmano

El Recoletas Valladolid se estrella ante el Cuenca

Los errores en los lanzamientos y una pésima segunda parte condenan a la derrota en el inicio de la segunda vuelta

Sábado, 2 de febrero 2019, 23:37

Valladolid. No ha empezado con buen pie el Recoletas la segunda vuelta de la Liga. Los hombres de Pisonero volvieron a dar la de arena en su cancha de Huerta del Rey donde parece que el equipo se siente incómodo, nervioso, con una ansiedad que acaba por desequilibrar todas las líneas y que indefectiblemente les aboca a la derrota. Ante el Liberbank Cuenca, un conjunto con unos portentosos lanzadores exteriores y poco más, el Recoletas fue incapaz de imponer su ritmo de juego, se mostró fallón en los lanzamientos y acabó completamente desquiciado.

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Recoletas Atlético

Calle (9 paradas), Miguel Camino (1), Víctor (5), Adrián (2,1 de penalti), Abel (4, 2 de penalti), Rubén Río (2), Manu García (4) –siete inicial–, César (3 paradas), Diego (1), Roberto (2), Turrado, Nico (1), Dani Pérez (3), Héctor y Mouriño.

25

-

29

Liberbank Cuenca

Maciel (11 paradas), Baronetto (4), Mendoza, Moscariello (2), Montoro (3), Alves (1), Sergio López (1) –siete inicial–, Garajoney (1 parada), Óscar Río (3), Dutra (10,3 de penalti), Doldan, Eskericic (2), Nolasco y Natan (3).

  • Parciales cadad cinco minutos: 3-2, 4-4, 5-7, 7-9, 7-10, 9-13; 11-16, 14-20, 16-21, 18-23, 21-28 y 25-29.

  • Árbitros: Ignacio García y Andreu Marín. Excluyeron a Alves (min.13), Mendoza (min.24 y 41), Moscarello (min.30 y 47), Baronetto (min .36) y Dutra (min.55), del Cuenca, y a Turrado (min.22 y 43) y Roberto (min.32), del Recoletas .

  • Incidencias: Encuentro disputado en el Polideportivo Huerta del Rey ante unos 1.983 espectadores. Abel Serdio recibió el trofeo al mejor jugador del Recoletas en la primera vuelta.

Los errores y las carencias del equipo que dirige Pisonero quedaron en evidencia de forma palmaria y la progresión y mejoría que se vislumbraba en la minipretemporada invernal se borró por completo sobre el parque y ante su propia afición. Los rivales conocen ya las virtudes y defectos del Recoletas y los aprovechan. La ausencia total de lanzamiento exterior, con un desaparecido RubénRío, la dependencia del juego sobre Abel Serdio, maniatado por los defensores, y la ansiedad cuando el marcador es desfavorable que se torna en pérdidas, faltas en ataque y balones a ningún sitio hacen del Recoletas un equipo muy vulnerable sin que se haya encontrado alguna otra fórmula para intentar sorprender a los rivales. De esta forma, el partido de ayer se puede repetir demasiadas veces en esta segunda vuelta. Un plantel como el del Cuenca, con una defensa fuerte en el centro y varios lanzadores exteriores en estado de gracia es suficiente para doblegar a un Recoletas escaso de recursos.

Y eso que en cuanto a juego, los de Pisonero ofrecieron una aceptable primera mitad, con variedad en sus acciones, pero con un pésimo acierto de cara a la portería rival. La defensa 5-1 con Miguel de avanzado y después con Turrado, trataba de evitar el lanzamiento de la primera línea y en cierto modo se consiguió. Los 13 goles del Cuenca podrían considerarse casi como una cifra asumible, pero donde se atascó el equipo fue en ataque. Las jugadas se trenzaban con acierto, se daba continuidad y circulación al balón para abrir huecos en la defensa, pero a la hora de definir no hubo acierto. Maciel, un buen guardameta, se convirtió en una especie de muñeco al que los del Recoletas se empeñaban en golpear con sus lanzamientos, cuando estos iban a portería. Incluso se fallaron dos penaltis en estos primeros treinta minutos. Además, las superioridades se malgastaron precisamente por ese empecinamiento en estrellar el balón en el guardameta. Por contra, el Cuenca, sin hacer absolutamente nada del otro mundo, se fue encontrando casi desde el inicio con un marcador favorable que crecía conforme pasaban los minutos hasta alcanzar la máxima ventaja justo al llegar al descanso (9-13).

Ansiedad y precipitación

Se esperaba la reacción tras el descanso, al menos en cuanto a la hora de definir las acciones, pero todo continuó por los mismos derroteros, ahora además con la espada de Damocles del cronómetro persiguiendo a cada uno de los jugadores del Recoletas. La superioridad con la comenzó el conjunto de Pisonero esta segunda mitad se saldó con un 1-1 que no auguraba nada bueno. Y los errores y las pérdidas propiciaron que en los primeros cinco minutos el Cuenca, con los goles desde su casa de Dutra, se colocase con un 11-17 que obligó a Pisonero a parar el partido en busca de mejores soluciones, que tampoco encontró en el banquillo.

El Recoletas optó por bajar su defensa a un 6-0, lo que acompañado de la exclusión de Baronetto pareció dar oxígeno a los gladiadores azules. Rebajaron la diferencia a cuatro goles, pero cada vez que los de Pisonero parecían acercarse en el electrónico sus propios errores y el acierto de un Dutra inspirado echaban por tierra cualquier reacción. El Recoletas perdió por completo la dirección del juego. Adrián se convirtió en un ciclón sin sentido y a Diego Camino se le esfumaron las ideas. Ni siquiera supieron sacar ventaja de las exclusiones rivales, mientras el Cuenca aprovechaba las locales para mantener la diferencia e incluso aumentarla (16-23, min. 47). Yasí, con un holgado marcador a su favor, los manchegos jugaron parados, rozando siempre el pasivo y encontrando en su lanzamiento exterior la solución a su escasa oferta táctica.

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Pisonero intentó un 4-2 a la desesperada en busca de algún error del Cuenca, pero apenas sirvió para nada, por que los manchegos llevaban un colchón demasiado amplio y los del Recoletas jugaban más con el corazón que con las ideas. Ya medida que pasaban los minutos se acentuaban aún más los errores locales, tanto en los pases, como en los lanzamientos, confundiendo velocidad con precipitación. Ni siquiera el contragolpe llegó a funcionar ayer en el Recoletas. Al final, un poco de maquillaje al resultado que no oculta las carencias del equipo.

Pisonero y Huerta del Rey

No era para estar satisfecho y el rostro del técnico vallisoletano David Pisonero reflejaba tanto el malestar por la derrota como la forma de producirse. «No hemos hecho una mala primera parte, pero la falta de acierto nos ha hundido. Solo hemos marcado nueve goles, una cifra ridícula para nuestro promedio, pero es que hemos fallado 12 lanzamientos claros», comentó el entrenador pucelano, que enfatizó «el enorme acierto del Cuenca en el lanzamiento exterior, ante el que poco hemos podido hacer. Han lanzado a veces casi desde doce metros y han entrado. En el partido de ida, no estuvieron tan acertados y les superamos».

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A pesar de ello, Pisonero no dudó en ser autocrítico con su equipo. «Hemos estado muy espesos en nuestro ataque tras el descanso, sin apenas continuidad. Cuando los centrales no están inspirados el resto del equipo lo acusa», lamentó. Y volvió a recurrir al karma de toda la temporada, ese que viene a decir que el equipo se atenaza en Huerta del Rey, que se ve superado por la ansiedad ante su propia afición, algo difícil de entender cuando la grada se muestra siempre condescendiente con los errores y anima de forma casi incondicional. «Fuera de casa ofrecemos otro nivel. No sé si será algo mental, pero lo cierto es que el equipo no se encuentra cómodo, se deja llevar por el ansia de hacerlo todo bien y acaba precipitado y cometiendo demasiados errores», se excusó el técnico vallisoletano.

Sí incidió Pisonero en que «el partido se ha desarrollado a un ritmo excesivamente lento, pero sea es una apreciación de los colegiados, que ciertamente han ofrecido el mismo rasero para ambos equipos, pero nosotros necesitamos más ritmo, un partido más trepidante», finalizó.

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Por su parte, el técnico conquense, Lidio Jiménez hizo un resumen acertado de lo que fue el partido. «Sabíamos que no tienen tiro exterior, así que nos cerramos sobre su pivote. Aprovechamos sus errores para tomar ventaja y a partir de ahí jugamos tranquilos y a ellos les pudo la ansiedad».

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