El Recoletas se sacude el mal fario y consigue al fin la primera victoria del año

No le estaba acompañando la fortuna al Recoletas desde que retomara hace un mes el pulso a la competición y a la cuarta, después de derrotas en Cangas y Pamplona y empate ante el Sagunto, encontró la recompensa a su insistencia con una victoria de peso y prestigio que le ayudará a recuperar autoestima y fe en sus posibilidades. La primera del año necesitó de la pizarra, en un nuevo final apretado, pero sobre todo del esfuerzo escalonado de todo el grupo, fundamental para neutralizar la calidad del Bada Huesca y acortar al mismo tiempo los pasos que está dando el equipo de Pisonero en busca de su mejor versión. No necesitó alcanzar su techo, el que sin ir más lejos le llevó a pasar por encima en la ida (25-35), y eso le concede mucho más mérito.

El partido se planteó desde la banda como una carrera de fondo. Se necesitaba de un equilibrio de fuerzas para mantener un ritmo uniforme durante los sesenta minutos, y esa fue la mejor virtud del conjunto vallisoletano, que además sumó en las fases más decisivas el brazo de Miguel Martínez -sin duda, el más destacado con 7 goles- y la eficacia de la defensa adelantada. Está dando réditos esta alternativa, y en esta ocasión sirvió para secar a Sergio Pérez, referencia y principal fuente de producción ofensiva de los de Nolasco.

Quiso llevar Pisonero el partido al extremo en lo que a ritmo e intensidad se refiere, sin importarle el peaje físico, y la respuesta de salida fue un partido disputado de tú a tú, a la carrera y priorizando la velocidad tras gol encajado para evitar una defensa formada. Sin complejos, los locales contestaron con la misma moneda todos los golpes recibidos y el Bada se vio jugando contra un espejo. Soltaba el brazo Asier Nieto, lo soltaba Miguel Martínez. Definía Carmona desde el extremo, daba réplica Dani Pérez desde el contrario.

Buscaban los locales marcar diferencias en velocidad, lo hacían poco después los visitantes. 5-5, 8-8, 11-11,... Hasta que no se superó el ecuador del primer tiempo no se detectaron casi diferencias entre el cuarto clasificado y revelación de la liga y el undécimo, tratando de recobrar en las últimas semanas el pulso alcanzado en el arranque de tenmporada.

Paradójicamente el Bada se encontró más cómodo con Sergio Pérez que con Tioumentsev dirigiendo desde la posición de central, y ese control y la aportación desde el pivote de Montoya (4 goles por 2 de Ugarte) marcaron una leve diferencia en favor de los visitantes (14-16, minuto 27). Diferencia que pudo compensar el Recoletas Atlético en la única exclusión de la primera parte y que sin embargo perdió en superioridad con un parcial de 1-2. Lo haría más tarde, ya en la segunda mitad, y después de superar un primer empellón de Huesca coincidiendo con el primer gol de Tioumentsev (16-20).

Ahí empezó a tejerse la tela de araña que cambió el signo. La defensa avanzada de Miguel Camino obligó a cambiar el paso al Bada, que prácticamente de un minuto a otro se topó sin saberlo con el punto de inflexión. Disfrutó primero de dos superioridades que no supo gestionar (empate a un gol en ambas), y a continuación fue penalizado con sendas inferioridades que el Recoletas aprovechó para tomar las riendas y no soltarlas hasta el final (25-24). Miguel Martínez dio un paso adelante y se echó al equipo al hombro para abrir una brecha suficiente para afrontar su asignatura más temida esta temporada (28-25, minuto 52). La del enésimo final apretado.

No le tembló el pulso esta vez y Adrián Fernández optó por celebrar por todo lo alto el paso que ha dado en la historia del club como máximo goleador en la Asobal, lanzándose a tumba abierta contra la defensa visitante para certificar la victoria a 50 segundos del final (31-29).