El Aula se toma un respiro ante el colista

No permite la Liga Guerreras mucho respiro y el que sobreviene no solo es bienvenido sino que se toma como impulso para lo que queda en el camino. Así encajó el Aula la visita del colista, en un partido en el que fue de más a menos cambiando de marcha según le convenía y que le sirve para coger velocidad antes de encarar empresas más exigentes como las que se avecinan ante Pereda y Zuazo.

Había advertido Miguel Ángel Peñas en la previa que encadenar tres victorias consecutivas le harían más fácil el camino, y el primero de los objetivos no le supuso mayor esfuerzo. Fue suficiente con dejarse llevar para apuntarse la cuarta victoria del campeonato y reafirmar su confianza en la pista después del consabido parón por confinamiento. Aperitivos como el saboreado ante el colista no deben desviar el tiro. Es ahora cuando debe dar un paso adelante para asaltar el podio de la liga.

Los números hablaban lo suficientemente claro en la previa como para pensar que el colista, sin victorias en seis jornadas, pudiera inquietar siquiera al Aula. La realidad tampoco se puso tozuda y discutió lo justo la superioridad de las locales. Apenas veinte minutos de resistencia, un tramo de cortesía y tregua en el que el equipo de Miguel Ángel Peñas se empleó más en posiciones ofensivas que en defensa. En vista de la extraordinaria fragilidad del 6-0 visitante, no era necesario ese plus atrás. Aún así, la actividad de Elena Cuadrado atrás puso la primera piedra. Al Aula le bastaba con dejar fluir su juego, apoyado en los primeros compases en la efectividad de Lorena Téllez (4 goles en sus 4 primeros lanzamientos), para tomar las primeras diferencias (10-6, mninuto 14). La abismal diferencia en la rotación, y sobre todo el cambio de velocidad impuesto por las locales a raíz del primer tiempo muerto solicitado por Miguel Ángel Rodríguez (14-9), empezó a hacer mella en el conjunto canario, que en velocidad se diluyó hasta perder la cara al partido.

El colista era capaz de plantar cara en juego estático pero, sin balance defensivo, su oposición se convertía en mantequilla para el Aula, que en la segunda parte se dio un festin con Amaia González de Garibay como mejor comensal. El partido se convirtió entonces en un festival goleador en el que solo Miguel Ángel Peñas, además de Lulú Guerra y Carmen Sanz, se quedaron sin anotar. El Puerto del Carmen, que llegaba a Valladolid con una elocuente tarjeta de presentación que incluía 34 goles encajados por partido, se iba al descanso con 21 tantos en contra y la sensación de que el techo goleador dependeria más de la inspiración del Aula que de su propia oposición.

Y así fue. Con la victoria en el bolsillo, el conjunto vallisoletano rehuyó hacer sangre, bajó el pistón su producción ofensiva y dedicó todos sus esfuerzos a limitar los números de su rival. Mención especial en este sentido mereció Carmen Sanz, levantando un muro en la portería local y elevando el porcentaje de paradas hasta el 22%.

Sin muchos más alicientes sobre el campo, el partido cobró interés en el último tramo gracias al debut de la canterana María Fuentes, quien junto a la también juvenil Claudia Álvarez acapararon todo el protagonismo en los minutos finales. A falta de ocho minutos entró en cancha la debutante y pocos segundos después se estrenaba con su primer gol en la Liga Guerreras (36-17), apenas una acción después de que anotara Claudia.