Con muchos nervios y esperanzados

Las Navidades son un tiempo de paz, reconciliaciones, buenos deseos y reencuentros. Poco tuvieron de todos esos conceptos para el Viveros Herol Nava, que vio como en el mes de diciembre su primera plantilla padecería dos bajas de relieve. El joven meta Juan Carlos Cabada y el veterano extremo Alberto García sufrían sendas lesiones ante las que finalmente, tendrían que postrarse para pasar por el quirófano y decir adiós a la temporada.

Dos contratiempos que se sumaban al que un mes antes había registrado Ismael Villagrán. Unos problemas en la espalda motivados por una hernia discal le hacían poner pie a tierra en la dura preparación y entrega que supone sumar esfuerzos en el grupo que dirige Álvaro Senovilla.

Dos de los jugadores que arrastran problemas desde diciembre, analizan la marcha individual y del grupo. Ambos tuvieron que operarse para corregir problemas en la mano y la rodilla, respectivamente.

Una caída el 27 de diciembre le producía un intenso dolor a Alberto García. Tras las primeras exploraciones, quedó afectado el codo, si bien quedaba oculto un problema en la muñeca, que finalmente derivó en un desplazamiento del escafoides y del semi lunar. Varias semanas de incertidumbre, pruebas y una rehabilitación que no corrían a la velocidad esperada, le hicieron ingresar al quirófano, el pasado 23 de febrero. Ahora, toca esperar.

«Todavía me quedan tres semanas de escayola con las agujas para sujetar los huesos y después otros quince días si todo va bien antes de empezar la rehabilitación», explica el navero.

Las lesiones en estas condiciones son complejas. Sin contratiempos, estaría listo para iniciar la rehabilitación a mediados de abril, un mes antes de que acabe la competición. «Va a estar complicado poder participar este año», dice con añoranza García, quien ve al equipo que ha ganado enteros en las últimas semanas, con una tendencia creciente. «Estamos vivos en todos los partidos, jugando de tú a tú a todos los equipos y sin descolgarnos en el marcador nunca», recuerda.

«Tal y como estamos ahora en la tabla, la clave son los partidos de casa con los rivales directos», analiza el extremo que asume que se trata de un calendario complicado, pues ahora toca un aspirante a play-off como Ciudad Real, para posteriormente, (tras el parón por el preolímpico) retomar la liga nada menos que con el Atlético Valladolid. «Lo paso mucho peor en el banquillo sabiendo que no puedes hacer nada... se pasa muy mal», reconoce el navero sobre el seguimiento de los partidos desde fuera de la cancha.

Si Alberto ve pocas opciones de jugar esta campaña, el joven meta Juan Carlos Cabada tiene negada cualquier posibilidad de regresar este curso desde que se produjo su lesión en la rodilla, también en el mes de diciembre. «Fue en el partido con Zamora, me hice daño, pero todas las pruebas descartaban algo grave», recuerda el meta vallisoletano, quien finalmente una resonancia (al ver que la recuperación no cumplía las fases previstas) identificó el problema como una rotura del ligamento cruzado anterior.

El pronóstico en estos casos, pasa por seis meses de recuperación, con lo que «sin prisa, soy joven, quiero que quede bien; por lo que espero estar bien recuperado para la pretemporada que viene», analiza.

Cabada lamenta una lesión que, si siempre son desafortunadas, en el momento en que había dado el paso de Primera Nacional de la división de plata, se antoja especialmente sensible: «Es un año de mucho crecimiento, aprendes mucho en un club y una categoría como la que está el Nava, me dio mucha rabia», explica el joven cancerbero, a quien le gustaría seguir en el Viveros Herol «si cuentan conmigo», de cara al próximo curso.

No quiere oír hablar de descenso de la entidad. «Sería una auténtica pena. El club, el equipo, el pueblo, es un ejemplo y se merecen estar en esta categoría. Trabajan mucho y muy bien», dice. Y subraya también la trayectoria ascendente del grupo entrenado por Senovilla para apoyar lo que cree que es más que un simple deseo: Mantener la categoría.