La palabra pulmón de Delibes
100 escritores, 100 artículos ·
Javier Lostalé: «El paso ha sido en su escritura y en su vida, tan imbricadas, sismógrafo de sus pensamientos, pulso alterado de la salida con los perros a la aventura única de cada amanecer de caza, un libro abierto para la meditación y una traslación lunar de la sombra amada»Javier Lostalé
Sábado, 12 de diciembre 2020, 08:44
Hay pocos autores cuya obra se pueda respirar como en el caso de Miguel Delibes.La palabra, el paso y la mirada tuvieron en ella la genética del aire libre y, como él mismo expresó, «la fecundación de la Naturaleza».
Publicidad
La palabra, el lenguaje, buscó siempre la precisión de la poesía, el nombrar creando lo nombrado en los ojos y en el espíritu del lector. Un nombrar empañado por el humus de la tierra, por el vuelo de un ave y por las palpitaciones más íntimas del ser humano. Y siempre embarazado por la infancia. Lenguaje con simiente oral, en permanente conversación consigo mismo y con los otros, especialmente, como tantas veces se ha señalado, con los más débiles, con los más desamparados.
El paso ha sido en su escritura y en su vida, tan imbricadas, sismógrafo de sus pensamientos, pulso alterado de la salida con los perros a la aventura única de cada amanecer de caza, un libro abierto para la meditación y una traslación lunar de la sombra amada. «El paseo –escribe Delibes– aventa la fatiga de la jornada, limpia los pulmones, entona los músculos y le deja a uno en condiciones de afrontar cualquier quehacer». Movimiento que, como todo en el autor vallisoletano, crea biografía, con cielos de muchos lugares del mundo pero con la misma luz o placenta: la de Castilla.
La mirada, por último, que abre lo mirado dejando en suspenso su realidad más honda, y es termómetro de la temperatura celular de lo mirado. Al describir sus personajes el Premio Cervantes no los inventa, sino que los mira dentro de lo que ya son, y así los habita corporal y espiritualmente, con sus limitaciones, deseos y sueños.
La palabra, el paso y la mirada, tríada en la que está fundada una obra que tiene también tres pilares, como el propio Delibes subraya: «Un hombre, un paisaje y una pasión». Una obra encarnada de tal modo en sus inolvidables personajes (como Daniel, el Mochuelo, Cecilio Rubes, Adela, Azarías, el señor Cayo, el Nini, Lorenzo el cazador, Cipriano Salcedo…) que llega el autor a perder su memoria de sí y que sean ellos quienes escriban su vida. Como a nosotros siempre nos escriben los clásicos, entre los que él se encuentra. Gracias a ellos, gracias a Delibes, en cada una de nuestras lecturas se iluminará un nuevo horizonte. Y más plena será nuestra existencia.
Publicidad
Más sobre Delibes
3€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión