Entre líneas
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Fernando del Val: «Mi idea de Delibes obedece a la que me transmitió en el breve trato que compartimos. Hastiado de ditirambos, mi sinceridad pareció agradarle»Fernando del Val
Sábado, 12 de diciembre 2020, 08:42
Su austeridad no le impidió contener multitudes. Si suena exagerado, dejémoslo en que tuvo varias caras, como un saco de monedas. Cualquier persona compleja las tiene. Mi idea de él obedece a la que me transmitió en el breve trato que compartimos. Hastiado de ditirambos, mi sinceridad pareció agradarle. Se mostró comprensivo con el aborto, con el suicidio y, en general, escéptico. Intentaba no ofender a sus amigos biempensantes, pero le daba igual la cama que una cuneta para morir. Se embauló entero mi primer, primerizo, libro de poemas; y aludió a una cita «interesante» de un modo que me hizo sudar. Él se expresaba entre líneas. La cita, de Hierro, decía: «¡Que se joda el alma!». En libros posteriores no la habría incluido. Ante mi silencio, añadió que su noción de la trascendencia «era la misma en el fondo, pero no en la forma». Y rió. Rió mucho. Varias veces. Delibes fue un rostro en evolución hasta el final, con las células dormidas.
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