La Casa Museo Miguel Delibes recibe más de cien visitantes al día en su primer mes
La grandeza literaria y la vigencia de su legado fueron analizados en un foro promovido por El Norte y la Consejería de Cultura
Ha transcurrido apenas un mes desde que la Casa Museo Miguel Delibes abriera sus puertas en el Palacio Licenciado Butrón de Valladolid y, aunque lo significativo es el hecho de que 15 años después de la muerte del autor haya salido adelante el proyecto, existe otra parte que no se puede obviar: la de las cifras. Un total de 2.730 personas han recorrido el edificio renacentista hasta el 16 de noviembre, «una cifra muy respetable, más de cien personas han pasado cada día, y eso demuestra que, en Valladolid y en el mundo del español, sentimos a Delibes como nuestro», destacó el consejero de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Castilla y León, Gonzalo Santonja, en el transcurso de la mesa redonda 'Casa Delibes. Habitar los libros', organizada por El Norte de Castilla y la propia Consejería y que también contó como ponentes con Germán Delibes, presidente de la Fundación Miguel Delibes y Pilar Celma, catedrática de Literatura Española de la Universidad de Valladolid y exdirectora de la Cátedra Miguel Delibes.
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«Delibes está en el alma de los españoles. Es nuestro patrimonio», agregó Gonzalo Santonja, que destacó entre sus virtudes, la de «conectar con la sociedad». Unas palabras que contaron con el respaldo unánime del resto de participantes, moderados por el director de la Fundación Vocento, Carlos Aganzo.
Mediante la palabra y la conversación pausada se realzó la grandeza literaria de Miguel Delibes y la vigencia de su legado como uno de los autores esenciales de la literatura en español. En relación al museo, Santonja mostró la «satisfacción institucional y personal» de haber cumplido con el compromiso de inaugurar este espacio. «Este era el cumplimiento que más me interesaba», insistió el consejero, que agradeció la «amplia participación» para sacar adelante el proyecto de la Casa Museo Miguel Delibes. Con el orgullo del deber cumplido reconoció que la única condición «irrenunciable» que tiene es la de lector, «mi relación con Delibes es honda». Asimismo, recordó el apoyo de la consejera de Educación, Rocío Lucas, que hace unos días firmó un acuerdo para promocionar las visitas a este nuevo espacio de escolares, en el marco de un acuerdo con la Fundación Miguel Delibes. «Están puestas todas las semillas para que esto funcione bien», indicó.
Desde el plano más familiar, Germán Delibes compartió con los presentes los recuerdos y sentimientos que evocan los objetos y espacios que se pueden visitar en la Casa Museo: la mecedora, el sillón desde el que veía la televisión o su despacho. «Es probable que lo que más me emocione de la casa, muy fielmente reproducida, probablemente sea su alcoba», señaló, «es un dormitorio de un monje. No hay nada excepcional. Hay una cama y dos mesillas en las que están el retrato de mi madre y los retratos de su padre, y un Evangelio con una cruz de esmalte que era de mi madre».
En este recorrido que acerca al visitante a la vida del Premio Cervantes, Germán Delibes aprovechó para proponer la incorporación de algún guiño a la faceta de cazador de su padre, por ejemplo, una foto. «Mi padre era un cazador noble, comedido y respetuoso». Una petición que fue escuchada por el consejero de Cultura que se adelantó a confirmarle su próxima incorporación, «me gusta ver lo que se puede perfeccionar», aseguró.
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El legado del escritor y que ahora se puede visitar, se entiende porque «la gente busca conectar emocionalmente con alguien a quien admira profundamente», apuntó Pilar Celma. Su trascendencia, más allá de las fronteras nacionales, «se explica a través de dos cuestiones: el mensaje y la parte narrativa. Las dos son imprescindibles» y en este sentido, añadió que «sorprende cómo una narrativa tan centrada en algo local, en lo castellano como por ejemplo 'Las ratas' o 'El camino' han calado muy hondo porque Delibes trasciende lo local y habla de ética, compromiso social, naturaleza».
Para la catedrática, «el autor era un gran hombre y un gran escritor. Su legado tiene una magnífica recepción, pero creo que aun será mayor por su actualidad y profundidad». En esta línea, Gonzalo Santonja afirmó que «las novelas de Delibes son universales porque ahí está la persona, y esa es su grandeza, cualquier persona se puede identificar con esos personajes». Sobre su estilo narrativo consideró que «Miguel Delibes es el buen escritor bueno y, ahora mismo, hay muchos malos escritores buenos que están haciendo productos comerciales».
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En cuanto a su faceta periodística y su paso por El Norte de Castilla, periódico del que llegó a ser director, Germán Delibes recordó la importancia que tenía para su padre la que él mismo definía como su «otra familia», la de El Norte. «Mi padre escribía en los recortes de las bobinas del papel de prensa, que es un papel muy ácido, y aunque conservó la mayor parte de los originales, todos no lo hacen muy bien» por eso, «estamos encantados de que los legados estén en el Archivo porque hay personas especializadas en cuidar un material tan sensible como este, pero creemos que merecería la pena hacer una inspección del estado de los originales». Otra propuesta que el consejero escuchó y tomó en consideración. «Una de las razones por la que nos instalarnos en el Palacio Butrón es que las condiciones de conservación son mucho mejores que en cualquier otro sitio», apuntó, antes de añadir que la posibilidad de afrontar un proceso de restauración «es también más accesible, necesitan una revisión».
Además de su faceta como escritor, en este foro se destacó, igualmente, el valor y la importancia de la familia, sobre todo la influencia de su mujer, Ángeles de Castro, en la narrativa del autor. Su hijo explicó cómo la pasión de su padre por el dibujo (quiso estudiar Bellas Artes) se transformó al aparecer en su vida su mujer. «A mi madre le interesaba la buena literatura y mi padre empezó a leer y comenzaron a construir su pequeña biblioteca». Después, «mi madre era su primera lectora y le hacía las correspondientes observaciones». Reconocen sus hijos que fue también vital su papel para que el escritor viajara por toda Europa recorriendo distintas universidades, «lo hizo gracias a que le acompañaba mi madre, ella tenía buen oído y facilidad para los idiomas, hablaba muy bien francés y aceptablemente inglés e italiano, no era común en la España de los cincuenta».
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Recordó, además, cómo su padre quiso «dedicarle algo especial» y con 'Señora de rojo sobre fondo gris', «la deuda que había contraído con ella quedó pagada». Tras su fallecimiento fueron sus hijos quienes continuaron apoyando a Delibes en sus viajes. Finalmente, sobre la proyección de la figura del escritor vallisoletano, el consejero de Cultura, Turismo y Deporte valoró que «todo el proyecto Delibes está vinculado a la política de difusión de la Junta. Delibes es una obra y lo único que hay que hacer es dejarse llevar por ella». Por su parte, el presidente de la Fundación Miguel Delibes confesó que «recibimos más demandas de las que somos capaces de cubrir. Lo que nos emociona es que la lectura de Delibes deja huella y crea delibistas, incluso, en los niños».
Casa Museo Miguel Delibes
Dirección. Palacio del Licenciado Butrón. Sede del Archivo General de Castilla y León. Calle San Diego, s/n. Valladolid.
Horario. De martes a sábado: 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:00 h. Domingos de 10:00 a 14:00 h.
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Entrada gratuita. Visitas guiadas a grupos. Se realizarán previa solicitud al correo electrónico casadelibes@jcyl.es
«Hay una asignatura pendiente con los países de habla hispana»
La traducción de las obras de Miguel Delibes «a muchas lenguas desde muy pronto» tiene una explicación, en le interés de los hispanista de Europa que «le admiraban y que querían que se conociera en sus países», señaló Pilar Celma. Asimismo, resaltó su vigencia en el tiempo porque «es un contenido que puede llegar a todas la personas. Era muy empático, incluso, con personajes que nos pueden horrorizar». Tras esta reflexión, Celma reconoció que existe «una asignatura pendiente con los países de habla hispana». Un reto que también compartieron desde la Fundación Miguel Delibes y la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte. Así, Germán Delibes expuso que «la dificultad está en el diccionario de Delibes», en base a su experiencia en países como México y Cuba. Por su parte, Gonzalo Santonja consideró que hay «una razón importante y es de editorial. Hispanoamérica está muy desarticulada y las editoriales tienen muy poca capacidad. Eso es una cuestión que le compete al Ministerio y que nos compete a nosotros, es la discusión». En este sentido, explicó, «hay una incomunicación cultural más honda de lo que parece», en relación a la difusión editorial de los textos de Delibes en países de habla hispana. Y mientras Germán Delibes recordó que, ya en la década de los noventa , la obra de su padre se había traducido a más de veinte idiomas, Santonja ensalzó «la grandeza» de Miguel Delibes resumida en que «inmediatamente empezó a transmitir y a captar el alma de la persona». Entre otros temas, durante la mesa redonda también se habló sobre el tratamiento del autor desde una perspectiva universitaria centrada en la investigación, como explicó Pilar Celma. «La investigación es importante para dar a conocer, difundir, admirar todo lo que hay detrás de la obra porque el escritor puede haberlo hecho de manera intuitiva, pero cuando uno analiza su trabajo, se da cuenta de la perfección y riqueza de su lenguaje». En esta línea, se refirió a una nueva disciplina denominada Crítica Genérica, «es interesantísimo trabajar los manuscritos para conocer cómo se ha creado, corregido y en qué dirección se ha hecho» y concluyó, «Delibes en la universidad española es una figura clave con enorme interés y se seguirá investigando».
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