Emilio Gutiérrez Caba, en el papel de Mateo Lesmes en la adaptación cinematográfica de 'La sombra del ciprés es alargada' (1990).
'La sombra del ciprés es alargada' (1947)

Atravesamos el río…

LAs Novelas ·

«Es muy evidente que todo Delibes se apunta en sus páginas, a través de las cuales cruzó definitivamente el puente de la literatura» después de ganar el Premio Nadal con esta novela, la primera

Gonzalo Santonja

Valladolid

Sábado, 12 de diciembre 2020, 08:47

Atravesamos el río por el Puente Viejo y salimos a campo abierto», escribe Miguel Delibes en el capítulo décimo segundo del libro primero de 'La sombra del ciprés es alargada', Premio Eugenio Nadal 1947, relato plenamente abulense (en Ávila se hizo hombre el protagonista y, golpeado por la vida, a Ávila regresó para hundirse en su intemporalidad) y comienzo de todo, narrativa la suya río que, parafraseando a Manrique, va a dar en la mar, que es el vivir, presidida por la plenitud del castellano más limpio y la grandeza moral.

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1947, repárese en el año: a menos de una década del final de la guerra incivil, para los vencedores una cruzada, categoría de aceptación obligada, sin que el régimen franquista tolerara conatos de disidencia. Hasta ese momento nadie se aventuró a manifestarse como en sus páginas lo hizo Miguel Delibes, soltando cargas de profundidad tan categóricas como las siguientes.

–Ni cruzada ni gaitas, la guerra carecía de justificación. Fuera cual fuera la situación sociopolítica, mucho peor se había demostrado el remedio que la enfermedad: «Las cuestiones causa de la guerra se hacían nimias, imperceptibles al compararlas con las cuestiones gigantes que la lucha creaba».

Y tan culpables serían unos como otros: «Esta guerra empezó por desconcertarme. Siempre pensé que en una guerra de este tipo hay un agresor y un agredido (…). Por ello me pilló de sorpresa el ver cuán difícil resultaba precisar quién de los dos contendientes en este caso abandonó primero las vías de paz para dedicarse abierta, decididamente, a la guerra (…). No; no había forma de apreciar con rotundidad quien era el agresor. Los dos bandos querían la guerra».

«El fallo a su favor del Premio Nadal sentó mal en determinados círculos literarios, en los que se impuso la influencia de Manuel Pombo Ángulo, finalista con 'Hospital General', médico y escritor»

Gonzalo Santonja

El fallo a su favor del Premio Nadal sentó mal en determinados círculos literarios, en los que se impuso la influencia de Manuel Pombo Ángulo, finalista con 'Hospital General', médico y escritor (Santander, 1914-Madrid, 1995), novelista, dramaturgo (Premio Lope de Vega con 'Te espero ayer') y guionista de TV ('Historias de mi barrio'), a la sazón subdirector de 'Ya', antes corresponsal en Alemania y jefe de redacción de 'La Vanguardia', que enseguida recibiría el Premio Nacional de Literatura ('Sin patria').

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Delibes, novelista nuevo y de provincias, lo tenía difícil. Pero entonces habló Pío Baroja, ferozmente independiente, y la situación cambió, empezando por la actitud del mismo Delibes, que del desaliento y las dudas pasó a la certeza. Don Pío se mostró categórico: «A mí me ha gustado» y, en definitiva, «este muchacho ha escrito una buena novela».

Como obra inicial, 'La sombra del ciprés es alargada' incurre en tanteos y presenta rasgos pronto superados por el autor, muy autocrítico con sus primeras novelas y nada dado al autobombo ni a los engolamientos. Sin embargo es muy evidente que todo Delibes se apunta en sus páginas, a través de las cuales cruzó definitivamente el puente de la literatura para aventurarse por el campo abierto de la novela, conduciéndola de la muerte a la resurrección.

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«Atravesamos el río …», escribió el maestro.

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