Verde singular
El de Rueda ha sido elegido como el mejor Consejo Regulador de vinos de España por los consumidores en los Premios Verema
La Denominación de Origen Rueda se encuentra inmersa en pleno proceso de cambios y transformaciones. Hace más de dos años, el Consejo Regulador inició un punto sin retorno para potenciar la elaboración de vinos singulares de máxima calidad y demostrar la versatilidad de una uva autóctona como la verdejo, con el clima y los suelos de Rueda como aliados. El pasado año estrenó un logo «más legible y reconocible» y contraetiquetas para dar «una imagen de modernidad, frescura y juventud». Ese camino ha logrado el respaldo de los consumidores hasta convertirse los vinos de la DO Rueda en los blancos con mayor cuota de mercado en España y el reconocimiento en los concursos internacionales, de la prensa especializada y de las guías. Aunque las exportaciones de vinos de Rueda registraron ya un crecimiento del 19% en 2017 respecto a 2016, uno de los retos ahora es convencer también a los mercados internacionales más allá de Europa, donde están sus principales clientes –en países como Alemania, Suiza y Reino Unido–. Después de años de crecimiento tanto en el número de hectáreas como de bodegas, gracias a las inversiones locales pero también a la llegada de grupos de otras regiones vitivinícolas españolas, la denominación de origen más antigua de Castilla y León –se constituyó en 1982– ha logrado consolidarse.
Y está de enhorabuena. El de Rueda ha sido elegido como el Mejor Consejo Regulador de Denominación de Origen de Vino en los Premios Verema gracias a los votos de sus usuarios. Verema.com es la comunidad de aficionados al vino y gastronomía de habla hispana más visitada, con más de 74.000 usuarios registrados. Rueda, que quedó por encima de las DO Valencia y Campo de Borja, recogió su galardón ayer y mañana protagonizará en Valencia una de las catas más esperadas, 'Déjate sorprender por la DO Rueda'. Dirigida por el director técnico, Jesús Díez de Íscar, y el director general, Santiago Mora, los asistentes probarán algunos de esos vinos singulares. Mora defiende la versatilidad de la variedad verdejo de Rueda, convencido de que no se ha visto el fin a la hora de trabajar con esta uva, con la que se elaboran los reconocidos blancos jóvenes frescos y afrutados del año, fermentados en barrica con diferentes tamaños y tostados, fermentados en fudres de madera o en depósitos ovoides de cemento de arcilla, espumosos, semidulces y vinos añejos de crianza oxidativa a la antigua usanza, soleados en damajuanas de vidrio (dorado). «Es una variedad que te permite resultados tremendamente interesantes», afirma, «y sorpresas como en las catas verticales donde se comprueba la evolución de los verdejos fermentados en barrica».
El director general considera que precisamente el Consejo Regulador ha sido capaz de «dar visibilidad a todas esas elaboraciones singulares en los dos últimos años en España y en el extranjero». Eso es lo que buscan con la cata de mañana.
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Según los últimos datos que maneja el Consejo Regulador, la DO Rueda exportó en 2017 alrededor de 13 millones de botellas, lo que representa un crecimiento del 19% respecto a 2016. Santiago Mora incide en «las dificultades que encuentra una variedad como la verdejo en los mercados internacionales más allá de Europa». En los mercados europeos está funcionando muy bien, sobre todo en Holanda, Bélgica, Suiza y Alemania, que «concentran la mayor parte de nuestras exportaciones». El reto es que se conozca en el resto del mundo la variedad autóctona verdejo de Rueda, que fue plantada por los mozárabes en el siglo XI, y que se diferencie con claridad meridiana de lo que se está plantando en otros países.
Uno de los vinos estrella de la cata será el conocido como dorado, del que se había olvidado el mercado, aunque algunas bodegas nunca han dejado de elaborarlo, sobre todo para consumo interno y familiar. «Se está recuperando, sobre todo, entre los especialistas de vino y en los mercados internacionales, donde es muy valorado por su complejidad y su historia. Son vinos de los que ahora se habla mucho y que consiguen muchos premios y muchos artículos de opinión». Destaca que, «incluso el catador Luis Gutiérrez ('Wine Advocate') se ha hecho eco de esa historia viva, de ese vino «que vuelve a la esencias y a la tradición». Hay que recordar que el catador de la revista de Robert Parker ha sido, en ocasiones, muy crítico con las elaboraciones más comerciales de la DO Rueda para ponderar las más singulares, aquellas que hace unos años tenían poca presencia en la comarca vitivinícola y que ganan peso en la actualidad.
Lo cierto es que en la DO Rueda conviven los vinos más frescos y jóvenes, que se adaptan a la perfección a los gustos de los consumidores, con otras elaboraciones familiares tradicionales. Mora insiste en la capacidad de adaptación de esta comarca vitivinícola y señala que esa es la base del éxito de sus vinos, tradición e innovación, y en esos diez siglos de historia».
Respecto al nuevo logo y las tirillas (incorporan más elementos de seguridad) que presentó el Consejo Regulador en el mes de septiembre, el director general señala que el mercado «está respondiendo muy bien». Después de analizar con la consultora Nielsen el mercado, detectaron que «los consumidores tenían una imagen moderna, fresca y joven de nuestros vinos, que nuestro logo había dejado de ofrecer». Otro problema era la confusión que se estaba generando con la palabra verdejo, porque no deja de ser una variedad plantada en muchas zonas de España y del mundo, por lo que decidieron «reforzar la palabra Rueda por encima de la palabra verdejo», y dar más información al consumidor para que sepa distinguir los vinos en el mercado. Rueda, según recuerda, aporta otra serie de valores como «la historia, con diez siglos, que significa la tradición de muchas familias que han trabajado con esta variedad durante generaciones; la climatología y el suelo de cascajo que tanta curiosidad levanta, sobre todo entre los asiáticos, junto a la variedad verdejo, que la estrella de la zona».
Rueda fue pionera en aprobar su manual de calidad y ya ha presentado la solicitud para acreditarse como entidad certificadora de la misma de sus vinos. Tampoco ha querido quedarse atrás y estaba preparada para cuando la normativa europea y comunitaria permitiera los vinos de pueblo y de paraje dentro de las denominaciones origen. «El Consejo Regulador trabaja en los cambios desde hace más de dos años, ya que se creó una comisión dedicada a ello», explica Santiago Mora, sin atreverse a aventurar cuando será una realidad.
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