Crónica negra de Valladolid
Un cadáver quemado, un disparo y un crimen sin resolver en un pinar de OlmedoEl cuerpo sin vida del joven Jesús Cea, fugado de la cárcel desde hacía un año, fue encontrado por un pastor y la autopsia confirmó la hipótesis de un homicidio
15 de febrero de 1997. Jesús Cea, de 29 años, fue localizado muerto y tirado entre la hierba de un pinar en el término municipal de La Zarza, a diez kilómetros de Olmedo y junto a la carretera que une esta última localidad con Medina del Campo. El hallazgo del cuerpo se produjo a primera hora de la tarde cuando un pastor que pasaba por el lugar encontró el cadáver. La autopsia confirmó la hipótesis de un homicidio. Han pasado 28 años, pero este crimen sigue sin resolverse.
La víctima presentaba un disparo -mortal de necesidad- en la cabeza, cuyo proyectil le entró por la mejilla derecha y le destrozó el cerebro tras describir una trayectoria ascendente. La distancia desde la que se efectuó el tiro fue de un metro. El cadáver, desnudo y boca arriba, estaba parcialmente quemado para evitar la identificación de la víctima y eliminar toda posible huella. El arma de fuego pudo ser una pistola, aunque en el lugar no se halló ninguna.
Fugado de la cárcel
Jesús era natural de Valladolid, tenía siete hermanos y residía en el domicilio de sus padres, en el barrio Huerta del Rey. La víctima permanecía en orden de busca y captura desde hacía un año tras quebrantar durante un permiso penitenciario la pena que cumplía en la cárcel de Villanubla. El joven había sido condenado a siete años de prisión por varios delitos de robos con violencia. No obstante, la revisión de condenas que se le había aplicado le hubiera permitido salir de la cárcel en mayo de 1996, pero tres meses antes se fugó.
Las investigaciones de la Guardia Civil no pudieron determinar el móvil del crimen ni el número de personas que intervinieron en él. En este sentido, que el cuerpo de la víctima apareciera en un pinar -donde fue trasladado en automóvil- lejos de su lugar de residencia complicó aún más unas pesquisas.
Mes y medio después del hallazgo del cadáver, la Guardia Civil localizó en Valladolid un turismo que pudo ser clave para esclarecer el homicidio de Jesús Cea. En el maletero del vehículo se encontraron varios objetos en los que aparecían restos de sangre además de una lata de gasolina vacía, una linterna y un palo de madera con uno de sus extremos quemado. Estos objetos fueron enviados a analizar al Instituto Nacional de Toxicología para ser contrastados con la sangre de la víctima. En el pinar, también se hallaron huellas de neumáticos de un coche, que coinciden con la banda de rodadura de las ruedas del turismo localizado.
Se desconoce el lugar donde Jesús Cea perdió la vida, la trayectoria ascendente de la bala hizo sospechar a los investigadores del caso que el homicidio pudo ser accidental, aunque no se descartó el móvil del crimen voluntario por un ajuste de cuentas.
La Guardia Civil tomó declaración a unas veinticinco personas, entre ellas los dueños del turismo localizado, que declararon no haber dejado el coche a nadie ni haber denunciado su robo, pero no supieron dar explicaciones por los restos de sangre en los objetos hallados en su interior.
Resultados negativos
El hecho de que la banda de rodadura de los neumáticos del citado turismo correspondiera con unas huellas de coche aparecidas en el pinar donde se encontró el cadáver aumentó la esperanza de los investigadores para pensar que se encontraban sobre la pista adecuada. Hasta que llegó el jarro de agua fría. Los resultados analíticos remitidos eran claros: la sangre hallada en los citados objetos no se correspondía con la de Jesús Cea.
La bala recuperada fue analizada por los laboratorios de Balística de la Guardia Civil para comprobar si fue disparada por un arma del mismo calibre robada hace años en un cuartel militar. De haber sido positiva, esta prueba habría delimitado el círculo de sospechosos que barajaban los investigadores. Sin embargo, los análisis demostraron que el proyectil no pertenecía a dicha pistola.
«Ahora está todo parado, aunque la Guardia Civil trabaja para su resolución», resumieron fuentes próximas al caso a este periódico el 5 de julio de 1997 para explicar el estado de la investigación.
La próxima semana
La muerte del albañil de Tudela cuyo cuerpo fue encontrado en el Duero.
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