La vallisoletana Lucía Cardeñoso, premio a la mejor bailarina en el Certamen de Danza Española de Madrid

«Es una pieza para tres bailarines, tres bailarinas y solista. Con música de Enrique Morente y de Bach, habla de los bucles mentales, de la ansiedad, de la parte oscura del alma y cómo librarnos o convivir con ella», explica Lucía que comenzó a estudiar en el Conservatorio de Valladolid y cursó el grado superior en Madrid. «Luego estuve dos años en el Centro Andaluz de Danza, un centro de capacitación, de formar cantera para su Compañía.Quería ir allí por trabajar con bailarines de primera línea que estaban activos, como Rubén Olmo, Miguel Ángel Carbacho o Rocío Coral».

Después vuelta a Madrid, «cuando decidí que quería bailar de forma profesional». Para Lucía la pandemia ha sido el punto de inflexión entre formación y acción. Hija de ingeniero informático y de pianista, «en mi casa siempre escuché mucha música clásica. Desde pequeña me llamó la atención el movimiento, el baile».

Cuando Molina quiso montar esta pieza contactó con los siete bailarines, que solo se conocían de vista pero a partir de ahora son una piña. El confinamiento les cortó el ritmo. «Dedicándote al flamenco, no podías hacer mucho en casa. Lo único mantener la forma física y a nivel de cabeza, sí, un trabajo más creativo». La restricción de aforos ha limitado aún más un arte que tiene escenarios contados. «Si antes te encontrabas a 70 personas en una audición, ahora son 150. Esto ha aumentado la competencia». Pero la gasolina del premio la anima a seguir y a soñar con «bailar en casa alguna vez».