Antonio Banderas domina la escena y atrae los focos en el Calderón

Es ahí donde se espera una suerte de impostación, un trampantojo donde todos; dramaturgos, políticos, artistas e incluso periodistas desempeñan un papel para celebrar la promoción de un trabajo concreto, un festival o la promoción del arte en sí mismo.

El Desván del Teatro Calderón ha sido pionero en acoger este lunes la X entrega de galardones y cena de gala de la Academia de las Artes Escénicas de España. Y a pesar de la rutilante y recurrente presencia de rostros bien conocidos, como Cayetana Guillén Cuervo o Antonia San Juan, pocos atrajeron tantísima atención como la figura más internacional de la fiesta; Antonio Banderas.

El intérprete de 'El Zorro', 'Desperado' o 'Mujeres al borde de un ataque de nervios' dedicó unas palabras a los afectados por los incendios forestales en el área metropolitana de Los Ángeles, California, donde varias estrellas de la meca de Hollywood tienen su lugar de residencia.

Pero de un modo más significativo, el intérprete malagueño aludió a los fenómenos más relevantes de nuestros tiempos: las farsas, los bulos y las posverdades. Y defendió, al señalarlo, el valor del teatro: «La gente está ansiosa de verdad», manifestó ante los medios de comunicación. «Y nosotros vamos a darles un poquito de la nuestra».

Fue este 'photocall', pues, un oasis donde todas las personas implicadas, cada una a su manera, en una producción escénica, fueron a aportar su parte para conformar la verdad. Desde artistas emergentes como los estudiantes de la Escuela de Arte Dramático de Castilla y León, hasta intérpretes ampliamente consolidados, como los bailarines Lucía Lacarra y Antonio Najarro, la cantante Astrid Jones, las actrices arriba mentadas e incluso grandes de la canción lírica como las sopranos Pilar Jurado y Ainhoa Arteta: «Cuando subo a un escenario no solo canto cosas, también cuento cosas», aseveró esta última.

Desde otra óptica, se dejaron ver dramaturgos y directores, así como responsables de equipos técnicos y artísticos que entre bambalinas conforman los detalles de todo tipo para que las obras se materialicen ante los ojos del público. Desde Lola Eiffel a Las Valquirias, desde Alicia Soto de Hojarasca a Carlos Martín y María López de Teatro del Temple, pasando por otros nombres de relevancia dentro del gremio como los directores Lluís Pasqual, Rafa Sánchez o Pablo Andrade. Ante las cámaras también se dejaron retratar el diseñador Emilio Sosa, el ilusionista Mago Pop (que, obedeciendo a la célebre frase sobre los magos, no llegó tarde ni pronto; sino cuando se lo propuso), el bailarín Basem Nahnouh, el actor Elio Toffana o el coreógrafo Chevi Muraday.

Por último, cabe invitar a esta fiesta también a quienes hacen posible, desde la esfera pública o el ámbito privado, que se configuren espacios escénicos, se subvencionen productos culturales y artísticos y se generen ecosistemas que, mediante calendarios, festivales y certámenes den cabida a estos espectáculos interpretativos.

La ausencia de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la comunidad de Madrid, fue la única sorpresa de última hora, compensada con creces por la presencia política de distintas figuras del ámbito local (el alcalde de Valladolid Jesús Julio Carnero, el presidente de la Diputación Conrado Íscar), autonómico (el presidente de Castilla y León Alfonso F. Mañueco, el consejero de Cultura Gonzalo Santonja) y nacional (los ministros Ernest Urtasun y Ana Redondo). Sin cada uno representando su papel, esta fiesta no sería posible.