'El viento' sopla junto a la OSCyL
La película muda de Victor Sjöstrom se proyectará el día 31 en el Delibes con la música dirigida por Christian Schumann
Un nuevo viento se sumará a la OSCyL el viernes 31. Pero no será un viento metal, con su pulso heroico de tubas, trompetas y trombones, ni madera, con su aliento contenido en flautas, oboes y clarinetes. No habrá embocadura que domestique su voz ni diapasón que la fije. Este viento no se toca: se desata en la pantalla. El melodrama de Victor Sjöström protagonizado por Lillian Gish será el filme que se podrá disfrutar con música en directo de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León en el marco de la septuagésima edición de la Seminci, en una proyección con concerto bajo la batuta de Christian Schumann, viejo conocido de nuestra agrupación musical autonómica.
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'El viento' prorroga la tendencia ya marcada por 'Blackmail' de Hitchcock el pasado año, y deja atrás los castañazos silenciosos, salvo por las carcajadas del público, de las comedias típicas de Chaplin, Buster Keaton o Harold Lloyd. Así, es un melodrama rural inspirado en la novela de Dorothy Scarborough (cuyo trágico final se modifica sustancialmente por otro más benévolo para Letty, su sufrida protagonista) la historia de apenas 75 minutos que se podrá ver en el Delibes al cierre de esta 70 Semana.
En la historia, Letty (Lillian Gish) viaja por el desierto de Estados Unidos junto a su primo para instalarse en unas nuevas tierras. Los celos de la mujer de este harán que deba abandonar la casa familiar y casarse sin amor con un pretendiente del pueblo, mientras la llegada de un forastero y, sobre todo, un contumaz viento que la acompaña durante todo el metraje, prometerán revolver su cabeza mucho más allá del cabello.
La película es, para el paladar cinéfilo, uno de los títulos más aplaudidos de Sjöströrm, apreciado en su habitual faceta de director (donde destacan otras películas como 'La carreta fantasma') pero también como actor, al desempeñar el papel protagonista de una de las películas mejor consideradas de Ingmar Bergman, 'Fresas salvajes'. Rodada en el desierto californiano de Mojave, prorroga alguna de las obsesiones del cineasta, como la fusión entre naturaleza y psicología, ya presente en varios de sus primeros filmes, como 'Los proscritos' o 'Ingeborg Holm'.
'El viento' es, también, una de las películas de referencia de Lillian Gish, actriz fetiche de D. W. Griffith e icono del cine mudo, quien también supo colarse en los elencos de grandes clásicos del séptimo arte tras el paso al sonoro, en largometrajes como 'La noche del cazador', 'Duelo al sol', 'Los que no perdonan' o 'Las ballenas de agosto', su despedida de la gran pantalla, donde compartió cartel con Bette Davis y Vincent Price.
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Condiciones extremas
'El viento' es, además, otro ejemplo de la falta que hacían los sindicatos en la época del cine mudo, con un rodaje de peligros y riesgos tan marcados que, décadas después (con la excepción quizás de Francis Ford Coppola) serían impensables. La película se suma, así, a la tradición de 'La quimera del oro', 'Avaricia' de Erich von Stroheim e incluso 'Metrópolis' de Fritz Lang.
Y es que para crear el asfixiante efecto del viento que atenaza a la protagonista durante todo el largometraje, se necesitaron ocho motores de avión, cuyos operarios y equipo técnico tenían que manejar protegidos por gafas, pañuelos, mangas largas y pintura sobre la piel, para evitar laceraciones de la arena levantada, el humo o el aire caliente. Gish, entonces en la cima de su popularidad, pudo elegir personalmente protagonizar esta película; años después, la calificó como la experiencia más dura de su carrera.
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La película del cineasta sueco Sjöström fue uno de sus contados trabajos en Estados Unidos, y vino a significar también un cambio de época: rodada en 1928, con el éxito de 'El cantor de jazz' reciente y el principio del fin de la era muda, introdujo algunos de los primeros efectos sonoros junto a su música, pero se mantuvo firme en su idea aún romántica de que la película no contuviera diálogo sonoro alguno.
La versión que veremos en Seminci tomará de referencia la partitura del compositor Carl Davis para cuerda y percusión ideada de cara al relanzamiento en vídeo de la película en 1983. La OSCyL volverá a dar vida a este crudo drama humano, psicológico y huracanado bajo el tempo marcado por la dirección de Christian Schumann, quien ya se midió la batuta con Davis en 2023, en el marco de la 68 Semana, con la proyección de 'El hermanito' de Harold Lloyd.
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