Pedro Mateo González: «Nunca hubo un nivel tan alto en la guitarra clásica y tan pocas ocasiones de mostrarlo»
El guitarrista abulense lleva las suites para chelo de Bach a su instrumento y las graba con miniaturas de Kurtág en 'Ondulation'
Tardó en decidirse por la guitarra y ya atesora tres lustros de docencia en centros superiores de Alemania y España. Pedro Mateo González (Ávila, 1983) ... deja la cátedra en verano para presentar en directo su disco 'Ondulation', recitales en solitario aunque le encantaría volver al concierto sinfónico. El próximo disco, con AndréCebrián, flautista.
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–¿Por qué Bach y Kurtág?
–Bach es mi compositor favorito, como el de tanta gente. El proyecto estaba en mi cabeza desde hacía tiempo y la pandemia me brindó la ocasión. Kurtág compuso unas miniaturas para su hijos. No estaban grabadas y me pareció buena idea utilizarlas como interludios, son como aire fresco entre las suites de Bach.
–Las suites son para chelo ¿ha hecho usted la transcripción?
–Me gusta hacer las transcripciones pero me daba pudor ponerlo en el cd. Añado algún bajo y lo he digitado pero la gran obra es de Bach, cuya música es tan transversal que tiene versiones en trombón, oboe, todo tipo de instrumentos. Es una música muy pura por eso es posible hacerlo.
–¿Bach es el músico para todo?
–Bach pertenece al barroco y compuso siguiendo esa estética y esa manera de hacer caracterizada por el contrapunto, las suites con grupos de danza, pero, en realidad, tiene algo muy intemporal que le separa de sus coetáneos por lo que ha sido llevado al jazz, al flamenco, a la salsa, suena bien en cualquier estilo. Como lo que hizo Wendy Carlos en la música electrónica.
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–Dedicó dos discos a Brouwer, ¿el guitarrista más didáctico?
–Su música nos acompaña durante los estudios. Hasta tuve un perro al que llamé Brouwer. Me surgió la posibilidad de grabar esos discos para Naxos, que tiene una producción enciclopédica, coge a un compositor y graba todo su catálogo. Apareció en un momento que podía dedicar mi energía y mi tiempo a una música que me encanta, tiene mucho que ver con mi pensamiento.
–¿Compone y dirige como a él?
–Hasta los 18 quería componer, pero cuanto más conoces las obras de los demás menos te gusta lo que haces tú. Me quito la espinita con transcripciones y arreglos. La dirección me encantaba, teníamos una pequeña orquesta de cámara en Ávila.
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–Es profesor del Superior de Mallorca, tras pasar por otros centros alemanes y españoles ¿cómo es el nivel actual?
–Estamos en un momento paradigmático, nunca hubo tantos guitarristas buenos y con tan pocas oportunidades. Es excepcional que se programe un recital de guitarra o un concierto de cámara con ella. Nunca hubo un nivel tan alto y tan pocas ocasiones de mostrarlo.El mundo ha cambiado, ahora se consume mucha cultura por Internet. Como profesor detecto ese nivel alto, pero creo que cada vez es peor idea dedicarse a la guitarra clásica. Los que nos dedicamos a esto debiéramos hacer algo.
–¿Sigue los asiáticos interesados por la guitarra?
–Vienen a estudiar a Occidente pero se han diversificado los destinos. Ahora hay profesores estupendos en muchos sitios. Hace 50 años venían a España en peregrinación a los cursos de Santiago de Compostela o Madrid, seguían a Andrés Segovia y a Yepes. Hoy puedes tener una buena formación 'on-line'. Pero sí que hay una gran afición enAsia.
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–¿Cómo incide la tecnología en la forma de hacer música?
–El acceso a la información es increíblemente más inmediato. Antes tardabas semanas en conseguir un partitura o llegar a un disco, ahora lo tienes todo a medio clic. Es tan sencillo que se aprecia menos y en estas disciplinas artísticas influye, baja la pasión por lo que haces.Quizá ese acceso tan sencillo a las fuentes deshincha la ilusión. Tiene dos caras. Vivimos en un mundo en el que pasamos un montón de tiempo delante de la pantalla y gran parte de lo que nos llena viene de ahí. Es difícil pronosticar a dónde va el mundo artístico por el cambio constante en el que vivimos. Me piden los alumnos consejo y es difícil darlo porque lo que era válido hace tres años no sigue vigente. La clave es la capacidad para adaptarse. Los que llegan a sus sueños son los que mejor se adaptan al medio. Yeso tiene que ver con tecnología, con el cómo te dejas ver. Soy el último que sabe de esto.
–¿Ha trastocado el directo?
–Según en qué momento y dónde. Las programaciones de las orquestas han cambiado, también la afluencia y el tipo de público. La respuesta más universal es que la experiencia del directo es insustituible. Pero entiendo al que dice que prefiere escuchar a la Filarmónica de Berlín en su equipo de sonido increíble, como los que dicen que prefieren el fútbol en la tele a ir al campo. Me encanta ir a conciertos, óperas y exposiciones. Ese disfrute no es comparable pero tras el confinamiento hay quien prefiere visitar el Louvre desde su pantalla sin hacer colas mientras para otros la visita real es irrepetible. Yo soy agnóstico.
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–¿Cómo lo vive en su condición de intérprete?
–La experiencia del público es también insustituible. Si eres muy perfeccionista, la grabación es tu utopía. Pero no hay nada como el directo aunque no sé si en 2022 sigue vigente. La música no siempre fue como ahora, hasta hace dos siglos no se estableció el concierto con una entrada; la grabación en cd es reciente y ya ha cambiado. La necesidad de arte y de contar cosas a través del sonido y las palabras se mantendrá, es la esencia de lo que somos como especie, la necesidad de creación y de admiración. ¿Cómo será el medio? No lo sé.
–También es profesor en la academia privada Katarina Gurska ¿hay diferencia con la pública?
–Tenemos un nivel de profesores y alumnos increíble en ambas.La diferencia básica es la ley. A veces en la enseñanza pública se pone trabas a la contratación o problemas para conciertos que hacen que a los profesionales muy buenos no les interese ofrecer su magisterio. Veo más la diferencia en lo que se puede o no hacer, no tanto del marco privado o público.
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–¿Sigue siendo la guitarra «el instrumentos más fácil de tocar mal y más difícil de tocar bien»?
–Es una frase manida porque la guitarra sirve para acompañar, es socorrida, portable, pero para los de la clásica es un instrumento que te lo pone difícil. Requiere más sacrificio que otros.
–¿Es de los que cruza la pierna?
–Yo me siento como un clásico pero cada vez hay más instrumentistas que cruzan la pierna, por ejemplo en la música antigua. En otros instrumentos la técnica y la posición están establecidos desde hace siglos, sin embargo en la guitarra seguimos buscando. Unos llevan banquito, otros, no. El buscar siempre es bueno.
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