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Las portadas de los libros recomendados de la semana. El Norte
Los libros de la semana

La pareja que se cita solo para dormir junta y el contrabando de seres humanos en Chinatown

Las propuestas literarias de la semana incluyen un impresionante trabajo periodístico, la última novela de Isaac Rosa y un paseo con amigas justo después de la pandemia

Víctor Vela

Valladolid

Sábado, 20 de septiembre 2025, 08:55

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Las tres recomendaciones literarias de esta semana incluyen un portentoso trabajo periodístico sobre el contrabando de seres humanos, una novela con el insomnio como protagonista y un pequeño ensayo (con forma de relatos) sobre la amistad.

'Cabeza de serpiente', Patrick Radden Keefe

«El contrabando de seres humanos es uno de los delitos internacionales que más rápido crece en el mundo» (395)

  • 'Cabeza de serpiente' Patrick Radden Keefe

  • 472 páginas. 24,90 euros

El 6 de junio de 1993, «a las dos menos cuarto de una madrugada de domingo sin luna» (22), el barco Golden Ventura encallaba a casi cien metros de la península de Rockaway, en Nueva York. En su interior viajaban cerca de 300 personas que habían emprendido un viaje desde China para entrar en EE UU de manera irregular. La travesía, muchísimo más complicada de lo que en un principio pudieran pensar, se torció definitivamente cuando estaban a escasos metros de la costa. Fue imposible que llegaran como habían planeado. Había que lanzarse al mar y nadar si es que querían alcanzar la costa. Muchos murieron por el camino. Casi todos los que sobrevivieron fueron detenidos al salir de las aguas. «Resultaría ser una de las operaciones de rescate más grandes e insólitas de la historia de Nueva York» (27).

Este episodio es el punto de partida de 'Cabeza de serpiente', un monumental ejercicio periodístico en el que Patrick Radden Keefe aborda, desde diversos ángulos y todos documentados al detalle, el drama de la inmigración irregular, las mafias que se aprovechan de ella, las políticas migratorias en EE UU, las luchas de poder por controlar uno los negocios más lucrativos del mundo criminal. «Era mejor negocio que el tráfico de drogas. Más beneficio. Menos riesgo. Te pillan y te declaras culpable de inmediato, solo vas a la cárcel seis meses. Otra ventaja es que la mercancía anda sola» (112).

Uno de los personajes centrales de esta historia es la Hermana Ping, una mujer de orígenes chinos, plenamente asentada en Nueva York, en apariencia una simple tendera de Chinatown, pero que con el tiempo se había convertido en dueña de un entramado que se aprovechaba del contrabando de seres humanos... con la curiosa circunstancia de que era vista por sus víctimas como una salvadora que había conseguido que pudieran escapar de su país de origen. «La actitud imperante en Chinatown era que, aunque quizá hubiera infringido leyes, los suyos eran en esencia delitos sin víctimas, y en el fondo estaban justificados por la prosperidad que había proporcionado a sus clientes» (372). Lógicamente, no se ponía el acento en el dinero que les había cobrado... ni tampoco en todos aquellos que murieron durante la travesía. «Hay un número igual de elevado de personas que se ahogaron en las olas, o de mujeres que fueron violadas por las olas, o de gente a la que le pegaron un tiro en la cabeza (373).

En aquel círculo, a personas como la Hermana Ping se las llama cabezas de serpiente. «Los orígenes del término están envueltos en un halo de misterio. Hay quien cree que la serpiente simboliza una sinuosa ruta de contrabando por la que la cabeza de la serpiente abre camino (...) Cuando los emigrantes se cuelan por las alambradas tendidas entre un país y otro, adoptan una forma parecida a la de una serpiente» (55-56). Es decir, un cabeza de serpiente es quien cobra «grandes sumas por sacar de contrabando personas de China y llevarlas a otros países» (41). Y por todo tipo de rutas, desde el avión al barco, con travesías por el Pacífico y otras más increíbles, bordeando África. «Para los cabezas de serpiente, los seres humanos eran en última instancia un cargamento como cualquier otro» (142).

Aquel desembarco de 1993 se convirtió en un fenómeno mediático que destapó no solo una realidad desconocida para muchos sino que, como explica Radden Keefe, provocó «un impresionante desafío a las políticas de inmigración y asilo de Estados Unidos». Una parte importante del libro repasa y analiza los vaivenes que en esta materia ha tenido EE UU a lo largo de su historia... y también explica, desde el siglo XIX, cómo el flujo de migrantes desde China ha sido relevante en diversas etapas. Pero la investigación ahonda además en las diversas facciones de una mafia que a veces colabora y a veces se mata entre sí, para hacerse con el mercado de seres humanos. El trabajo periodístico se presenta con una estructura casi literaria e infinidad de detalles (documentados en las notas finales) que otorgan todavía más veracidad. Como ese crimen en el que las cuchilladas fueron tan violentas que el cuchillo había atravesado el cuerpo de la víctima, perforado el suelo de madera y permitido que la sangre se filtrara hasta el sótano (202). O ese personaje que, ante el juez, no puede dejar de pensar en lo gordo que era el juez (246). O esas víctimas que, encerradas, juegan al 'Streetfighter'. Son pequeños destellos que pueden parecer insignificante pero que en todo trabajo periodístico sirven para engrandecer la labor del reportero. 'Cabeza de serpiente' es una lectura fantástica.

'Las buenas noches', Isaac Rosa

«La pregunta no es: por qué no dormimos nosotros. La pregunta es: por qué dormís vosotros. Lo raro es dormir» (186)

  • 'Las buenas noches' Isaac Rosa

  • 256 páginas. 19,90 euros

Hay un momento en el que el protagonista de esta historia, cansado de tantas noches en vela, de tantas madrugadas con los párpados abiertos, acude a su médico para contarle que no puede dormir. El doctor le pregunta si hay algo que le preocupa, si han cambiado sus hábitos en los últimos tiempos... Y luego, le da una lista con hábitos y consejos para la «higiene del sueño». La lista (207) comienza con lo ya sabido: nada de pantallas, cuide la dieta, olvídese de sustancias estimulantes, busque un lugar sin ruido, luces, con temperatura adecuada. Pero luego, las recomendaciones continúan: trabaje menos, asegúrese de tener unos ingresos suficientes que le permitan descansar, consiga mejores condiciones laborales, no pague por su alquiler o hipoteca más de un tercio de sus ingresos... «Los problemas para dormir no son problemas particulares, dormir es una tarea colectiva», se dice en la página 225. Y aquí está uno de los grandes hallazgos de esta novela en la que Isaac Rosa vuelve a colocarnos frente al espejo de lo social. No dormir no es algo que dependa solo de nosotros. Nuestro entorno y nuestra situación económica, las políticas sociales, las condiciones laborales también influyen en cómo descansamos, en si somos capaces de conciliar el sueño o no. Porque, en muchísimas ocasiones, las preocupaciones cotidianas son el gran motivo por el que no podemos pegar ojo.

'Las buenas noches' cuenta la historia de un hombre y una mujer que no pueden dormir. No sabemos muy bien las razones de su insomnio. Son muchas y podrían ser todas. El caso es que no duermen. Los dos tienen pareja, familia, y una noche de no poder dormir coinciden en el vestíbulo del hotel en el que se hospedan. Comienzan a hablar, dan un paseo, comparten sus dificultades nocturnas y, llegado el momento, suben a la misma habitación y descubren que, cuando están juntos, pueden dormir. Comienzan así a quedar de forma furtiva, sin contárselo a sus parejas, porque acostarse en la misma cama (o acurrucarse en la parte de atrás de un coche, en las butacas del cine) es lo único que consigue que puedan dormir plácidamente. «No hay nombre para este tipo de relación porque no existe un vínculo entre las personas que duermen juntas, que solo duermen juntas» (132). En alguna parte del libro se sugiere algo: «Durmientes clandestinos» (120).

Entre ellos se ha establecido una intimidad ajena al sexo, pero donde sí que está presente el deseo (el deseo de dormir). Y eso hace que se lo oculten a sus parejas... y que llegado el momento, si es que lo descubren, pueda considerarse como una infidelidad. Escrita en capítulos alternos, la historia de esta pareja durmiente ocupa la mitad del libro. La otra mitad, es un diario en el que él anota las horas que duerme cada día... y también unas reflexiones sobre el acto de dormir. Aquí hay apuntes muy interesantes sobre el valor social que se le otorga al descanso. Cómo en la juventud se contempla como una pérdida de tiempo (hay que exprimir la vida y las madrugadas) y en la madurez se concibe como una vía para vivir más, aunque tengamos cada vez menos tiempo para conseguirlo. Cómo se ha creado un inmenso negocio (pastillas, suplementos, medicamentos) en torno al dormir. Cómo socialmente se ha visto el descanso como algo de holgazanes (72) y cómo se presume que los 'grandes hombres' han amasado fortunas gracias a que no duermen mucho. O que los genios más creativos son aquellos que están despiertos cuando les llega la inspiración (71). Cómo hay cada vez más obligaciones y artilugios que nos comen el tiempo y no solo nos restan horas de sueño, sino también capacidad de concentración. (59, 87). Cómo dormir nos hace menos productivos (198), si duermes no trabajas, pero al mismo tiempo dormir es imprescindible para rendir más.

Y todo ello, con algunas noches en vela donde Isaac Rosa recrea ese reconcome de las ideas que nos asaltan en mitad de la madrugada para conspirar contra nosotros y no dejarnos dormir. Pensar de más como un boicot. Y habría que destacar un capítulo estupendo en el que el protagonista se pelea durante toda una madrugada con el ordenador y la burocracia mientras intenta emitir una factura (118), porque hacer la vida más complicada aún también contribuye a que no podamos disponer como queremos de nuestro tiempo.

'Pequeño tratado sobre la amistad', Joana D'Alessio

«No podemos cuidar lo que ignoramos» (36)

  • 'Pequeño tratado sobre la amistad' Joana D'Alessio

  • Tránsito 84 páginas. 12 euros.

Recién superada la pandemia, con las mascarillas todavía presentes en nuestras vidas y el miedo a la pandemia aún latente, Joana D'Alessio necesita recuperar la cercanía con sus amistades. Y así, comienza a pasear con varias amigas por Buenos Aires, como la mejor receta para estrechar lazos y recuperar confianzas. «Pequeño tratado sobre la amistad» es un librito que cumple con lo que promete el título. Se trata de un breve ensayo que lanza varias reflexiones sobre lo que supone tener amigos. Porque esos paseos propician conversaciones donde se plantea si para ser amigos hay que compartirlo todo o más bien es en la discrepancia donde se fortalecen las relaciones. Si no tener cosas común es la mejor forma de que las amistades se fortalezcan. Si la atracción física es el imán más importante en una pareja. Si el relato de los fracasos ayuda a afianzar una amistad o a los amigos solo hay que contarles lo bueno que nos pasa. En capítulos breves, con diferentes amigas, D'Alessio aborda estos y otros asuntos, con varias anotaciones respecto al cuidado de las flores o de los libros y reflexiones fugaces sobre la muerte («al fin y al cabo es inevitable, el sufrimiento no», 40), la familia («un experimento rarísimo: encerrar a unas personas en un lugar a ver si la pasan bien juntos», 70) o las relaciones actuales («se escala a máxima velocidad pero enseguida todo explota en el aire», 61). Y rescato una frase sabía que decían en casa de la escritora: «Somos hojitas al viento» (22).

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