«El lector para mí es un misterio, un arcano impenetrable»
José María Merino ofrece en ‘La trama oculta’ un viaje a través de cuentos al mundo del secreto y la doblez de la realidad
Jesús Bombín
Domingo, 2 de noviembre 2014, 12:44
Se presenta José María Merino (La Coruña, 1941) con el libro que acaba de salir de la imprenta, La trama oculta (Páginas de Espuma), una nueva incursión en el cuento, género en el que es un referente. En esta ocasión ha reunido piezas «a modo de Arca de Noé», dice, textos de temática diversa que había apartado porque no tenían cabida en otros libros y estaban ahí, agazapados, a la espera. El libro contiene relatos futuristas, de vampiros, reflexiones, minicuentos y temáticas diversas tejidas en torno a un hilo compartido: la trama oculta de las cosas.
Considera el autor leonés de adopción que bajo las relaciones de los personajes hay una historia que no se ve pero palpita. «Casi todos los cuentos de este volumen tienen una trama que el lector ve directamente y una historia secreta que no es la que aparece a primera vista; todos tenemos una trama oculta, el mundo del secreto, de la indecisión, de las cosas que no confesamos, de las relaciones ambiguas».
Merino ejerce sin descanso su oficio de inventor de cuentos. Le basta cualquier mirada, sensación o pensamiento revelado en torno a un objeto para convertirlo en una historia. «A veces el cuento empieza a gestarse en un perchero raro cuya visión empieza a generar una serie de cosas», explica un autor que bebe lo mismo en la fantasía que en la realidad. «Mi experiencia es que el cuento es una iluminación, llega o no llega. Una novela puedes empezar a escribirla y vas avanzando, porque es un viaje de exploración en el que vas tanteando, pero el cuento lo tienes que ver desde el principio; cuando lo estás creando, la razón y la intuición van generando lógicas que muchas veces no has pensado».
Lo que tiene claro este Premio Nacional de Narrativa 2013 es que cuando una historia le bulle la cabeza, se pone a ello y la lleva al papel sin demora. Y en ese proceso, el rol del lector, sus querencias o apetencias literarias, están al margen del proceso creativo. «La única relación que tengo con ellos es cuando alguno me comenta algo, pero es curioso porque a veces me hacen llegar cosas que no he escrito. He tenido reuniones con clubes de lectores y me sorprendo comprobando cuando escribo una cosa y el lector ve otra. El lector es para mí un arcano impenetrable, un misterio. No lo tengo en cuenta, bastante problema tengo con escribir mi obra. Hay escritores que piensan en el receptor y les va muy bien. A lo mejor no me beneficia esta actitud de no tenerlo en cuenta, pero hago lo que me apetece porque escribir así me hace sentirme vivo».
A través de los textos de La trama oculta, el escritor invita a la reflexión y a luchar contra la adversidad de unos tiempos plagados de engaños e imposturas. «Al libro no le he puesto el título de La trama oculta por el caso Bankia ¿eh?», ironiza el autor. «A mí me pillaron con lo de las preferentes y ahora ves a todos estos golfos que se están gastando el dinero... da rabia, pero en todo hay una trama subterránea, la vida está llena de ellas; y si miramos la realidad, vemos que está repleta de tramas apestosas».
Su experiencia lectora le confirma que la conducta de los seres humanos es una fuente inagotable de argumentos narrativos. «La literatura, que no es un divertimento, es un medio esencial para conocer cómo somos y nos comportamos los seres humanos; incluso la gran psicología de Freud viene de la literatura. Delibes, Shakespeare, Galdós... todos ellos son narradores que cuentan a partir del alma humana».
Encuentra reticencias el autor leonés a la devoción absoluta que se ha creado en torno a Internet y las redes sociales. «Para analizar las cosas hace falta una mínima complejidad, algo difícil de conseguir cuando Internet tiende al discurso superficial; los buenos análisis requieren complejidad y mucha reflexión».
José María Merino es un escritor apegado a la actualidad, preocupado por las noticias que reflejan unos tiempos de desolación social, desconfianza en los poderes públicos y una total desorientación. Observa en la cultura un magnífico medio que podría contribuir a ayudar a mejorar las cosas. «La cultura es necesaria para vivir. En España hay una tendencia taifista que no hemos superado; la división de los reinos de Taifas sigue estando presente. A menudo olvidamos la condición privilegiada de este país desde el punto de vista geográfico, de diversidad y diferencia cultural, algo que parece que no valoramos, porque carecemos de memoria cultural. Esto me parece asombroso, porque los españoles preferimos utilizar como perspectiva para relacionarnos la distancia con el vecino, buscar lo que nos diferencia en lugar de lo que tenemos en común cuando en el mundo hay pocos países que puedan tener tanta riqueza cultural como la que tenemos y, sin embargo, prevalece tendencia a lo micro».
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.