'Al filo del mal': una historia vertiginosa

Como telón de fondo el singular incendio en dos tiempos que se registró en la sede de la Hacienda foral guipuzcoana en la torre de Errotaburu en 2005. Un suceso tras el que el autor urde una ficción de corrupción política para retratar la trastienda de un poder ejercido de modo casi omnímodo y que transitoriamente ha pasado a manos de los «herederos de las consignas políticas de ETA».

La sinopsis de 'Al filo del mal' se desencadena cuando un joven parado es captado para robar unos ficheros comprometedores para una constructora dominante en la sede de la Hacienda guipuzcoana. Nuestro protagonista se autorretrata como «hedonista» y sus padres –la madre, emergente en la derecha nacionalista– como «vago, vividor y desagradecido». Con este currículo, se abisma en una operación, el típico pelotazo de bajos fondos, que le sacará de apuros económicos. El golpe de realidad le obligará a una escapatoria frenética y una nueva identidad para hacerse invisible. Cuando conozca la consecuencia real del robo que fue a perpetrar con su amigo Óscar, el narrador se conjurará: «Antes huía. Ahora busco venganza».

Las andanzas de este antihéroe por París y Budapest, donde desplegará su ingenio imprevisto de superviviente en un entorno hostil, trocarán en un retorno con el propósito de no hacer prisioneros. La madeja en la que está enredado parece que le viene grande, pero esta novela de acción deparará algunas sorpresas antes de su desenlace. íñigo urrutia