Javier Cansado: «Si llevas un tiempo sin actuar, te haces yonqui del escenario»

Tan dicharachero, cómico y alegre como parece a simple vista, Javier Cansado llega al Carrión, este viernes 14 y el sábado 15 de diciembre, con su inseparable compañero, Carlos Faemino, para presentar su humor de lo cotidiano en el 'show' '¡Quien tuvo, retuvo!'.

-Han ganado en años, pero no han perdido en gracia. El nombre del espectáculo que traen a Valladolid lo deja claro.

–El título está puesto porque da algo de vértigo cuando llegas a cierta edad casi provecta y tienes la duda de si tus actuaciones todavía les molan a la gente. Por eso, al final, dijimos «quien tuvo, retuvo»: quién ha tenido algo que ofrecer, afortunadamente lo sigue manteniendo ¡Y es un vértigo impresionante! Pero, bueno, por suerte prueba superada.

–De todas maneras, han estado algo más desaparecidos en los últimos años. ¿No les quieren en la televisión o han renunciado a ella?

–Hicimos muchísima televisión, durante prácticamente 10 años estuvimos haciendo diferentes programas y tuvimos uno propio. Acabamos tan estresados que yo estuve exactamente 11 años sin hacer nada, hasta que volví con 'Ilustres ignorantes'; Faemino ni ha vuelto a la televisión. Afortunadamente tenemos alguna oferta, pero Carlos no quiere, quedó tan estresado de la tele que decidió no repetir. Me dice: «Yo es que tengo mi casa pagada», y si la tiene pagada, pues ya está... (risas).

–Tal y como ha dicho, estuvo hace poco aquí con 'Ilustres ignorantes'. ¿Esperan el mismo lleno?

–Bueno, esperarlo... más que esperarlo, lo deseo y lo anhelo (risas). También es verdad que '¡Quien tuvo, retuvo!' son dos funciones y la de 'Ilustres ignorantes' fue una... pero el éxito que tiene 'Ilustres' es impresionante. ¡Yo soy parte del mismo y me asombra! En el Carrión estaban vendidas las entradas hacía ya tiempo, aforo completo, y estamos un día al mes en un teatro de Madrid y lo llenamos siempre, y en Zaragoza también por ejemplo. Pero bueno, Faemino y yo también tenemos éxito. No se cómo será esta vez, pero siempre que hemos ido a Valladolid ha sido un exitazo. Fíjate, es como el rock&roll, sales a escena y hay una sensación de euforia, y si está el público así, pues nosotros también.

–El escenario es adictivo.

–Sí, bueno... después del orgasmo, ya no hay nada comparable ¡Bueno, sí! Que tu hijo saque un 9 en matemáticas, pero es tan raro eso (risas). Pero sí, las tablas te atrapan y, cuando estás un tiempo sin actuar, de pronto eres un poco yonqui del escenario, dices «oye, echo de menos esa sensación de estrés, esa ansiedad». Porque también se pasa mal... hay momentos duros, de agobio, pero prevalece la felicidad.

–'¡Quien tuvo, retuvo!' se basa en vuestro humor de lo cotidiano, surrealista. ¿Añaden algo nuevo con respecto a otros 'shows' pasados?

–Los espectáculos son siempre diferentes, tenemos tal tendencia a la improvisación... no improvisar exactamente, sino a 'morcillear', a cambiar pequeñas cosas del texto que van abriendo puertas, a través de las cuales cambiamos un poco el espectáculo. Pero sí, lo que tu decías, digamos que nuestro punto de vista del humor tiende a llevar lo cotidiano a unas cotas absurdas, surrealistas. Hay gente que nos pregunta: «¿Porque no en estos tiempos de tanta tribulación no hacéis algo más político?», y es que no nos va. El humor político no nos gusta, sinceramente, no es más que eso. Tenemos una línea muy marcada, que nos hace felices, y así conseguimos un intangible muy chulo que hace que nuestros espectáculos no sean coyunturales.

–Tres décadas haciendo comedia... la retirada no es una opción.

–¡Sí que lo es, sí (risas)! Yo siempre digo en casa, a principio de temporada, «este año hay muchísimo trabajo y tal», pero es que ahora mismo... yo estoy con Faemino, con 'Ilustres ignorantes', con dos pódcast de radio –'Todopoderosos' y 'Aquí hay dragones'–, con el programa de Javier del Pino 'A vivir que son dos días', con un espacio nuevo en La 2... yo trabajo (si se le puede decir trabajo a lo que yo hago, respetando esa premisa) 25 o 26 días al mes. Aunque mi horizonte es la jubilación, físicamente se va alejando, porque me lo paso muy bien.

–Hace ya tiempo que fue vuestro 'boom'. ¿Han pasado de moda?

–En el concepto de pasar de moda, sí, porque es que... es una pregunta interesante. Vamos a ver, se supone que lo generacional es la música, también pasa en el cine, pero en el humor es algo clarísimo. Mis hijos traen amigos a verme en los espectáculos y se lo pasan muy bien, gente de 20 o 22 años, pero les dices «¿volverías a verlo?» y dicen que no. El espectáculo no tiene esa impronta de ser un icono para ellos, porque somos gente mayor y demás. Pero, afortunadamente, tenemos un grupo de gente que nos sigue muy fielmente, y se incorporan jóvenes. Pero vamos, se podría decir que ya no estamos de moda. De moda está más mi faceta como 'Ilustre' o, por supuesto, David Broncano con 'La resistencia' o con Ignatius y Quequé, 'La vida moderna' es el 'boom'. También Goyo Giménez o Dani Rovira son gente que nos ha sobrepasado con creces y me alegro mucho, cuidado.

–¿Y que me dice de Vox?

–Pues que es un partido político que ha sacado 12 escaños en el Parlamento andaluz, y hasta ahí puedo leer. No me interesa nada... pero nada, nada, nada ni Vox, ni Podemos, ni el PSOE, ni nada. Es que soy tan refractario a la política, me parece algo de un egoísmo tan tremendo, de tal falsedad. No hay cosa que más me guste que el apoyo mutuo, el hacer las cosas juntos, y eso es todo lo contrario, es una zancadilla constante. Entonces, la política no me interesa, me da igual, no quiero saber nada de ellos.

-Es usted apolítico.

-Soy apolítico en el sentido de que si me preguntan «¿votas?», digo «no, yo no voto»; desde que era jovencito no he vuelto a votar, soy abstencionista. Pero en todo, en ayuntamiento, en generales... que no cuenten conmigo para nada.