Nieves Herrero. J. P. Gandul-Efe

Nieves Herrero: «Este libro constata que Machado amó a Guiomar y a Leonor»

La periodista y escritora protagoniza este lunes 17 de junio, junto a Alicia Viladomat, la sesión del Aula de Cultura dedicada al romance del poeta con Guiomar

fERNANDO cONDE

Valladolid

Domingo, 16 de junio 2019, 08:40

Fue un amor secreto. Un amor en penumbra. Tuvo que pasar una década para que el libro 'De Antonio Machado a su grande y secreto amor' de Concha Espina comenzara a ofrecer algunas pistas sobre la historia vivida entre el poeta y una dama de la alta sociedad embebida de literatura, Pilar de Valderrama; y treinta más para que la propia protagonista desvelara completamente el misterio en su 'Sí, soy Guiomar'. Aun con eso, quizá aquel amor prohibido estuviera todavía sin contar. Algo así, al menos, debía de sentir Alicia Viladomat, nieta de Pilar-Guiomar, al sugerirle a la periodista Nieves Herrero, que narrara la historia de su abuela. De aquella sugerencia nació 'Esos días azules', la novela que da cuenta de aquellos ocho años de amor callado. Y Nieves Herrero, junto a Alicia Viladomat, será la protagonista de la sesión del Aula de Cultura que, con el patrocinio de Obra Social la Caixa y la colaboración de la Junta de Castilla y León, tendrá lugar en el Patio del Palacio Real mañana, lunes 17 de junio, a partir de las 20:00 horas.

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–¿Lo de Machado y Pilar de Valderrama fue solo un amor platónico?

–Pilar amó hasta el final de sus días a Machado, y siempre creyó que el poeta pensó en ella hasta el último minuto de su vida. Llegaron a crear un 'tercer mundo', a las doce de la noche, en el que uno pensaba en el otro. Machado en alguna de sus cartas a Pilar dejó escrito: «Tu poeta loco ya no sabe en qué mundo vive, si en el tercer o en el primer mundo». Si por amor platónico entendemos amor espiritual, tengo que decir que sí, pero no quita para que en sus encuentros en el jardín de los enamorados, hoy en el complejo de la Moncloa, o en el café de Cuatro Caminos, hubiera mucho de amor humano. Fueron un hombre y una mujer que supieron superar todas las barreras que les ponía la sociedad de la época.

–¿Qué llevó a Concha Espina a escribir la historia de Guiomar?

–Concha Espina escribió su obra porque se lo pidió Pilar, cansada de escuchar que Guiomar no había existido. Le mostró las cartas del poeta que había conservado, pero le pidió que no revelara su identidad. Sin embargo, Concha Espina aportó algunos datos genéricos que pensó que la señalaban. Lo consideró una traición.

–¿Qué llevó a Pilar a publicar sus memorias y a desvelar su historia?

–El reivindicarse a sí misma, aunque fuera después de muerta. Ella quería que sus hijas y su nieta supieran que el gran amor de su vida no había sido su padre y abuelo… sino Machado. Por encima de las ideologías, de la edad y de la clase social.

–Hay quién niega que Guiomar sea Pilar de Valderrama y apuesta… por Leonor.

–A quienes eso piensan les diría que visitaran la Biblioteca Nacional y leyeran las cartas de Machado a Pilar. En 'Esos días azules' hay una carta completa de Machado y, leyéndola, te das cuenta del profundo sentimiento que tenía el poeta hacia Pilar… Este libro no es una competición entre amores, solo constata que amó a las dos.

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–Sonsoles de Icaza, Ava, Carmen… ¿cronista de mujeres?

–Me gusta rescatar a mujeres del olvido, pero no me siento cronista de mujeres. Soy una periodista que escribe libros a la que le gustan especialmente aquellas historias que conocen solo unos pocos y que me permiten bucear en la intrahistoria. Todos mis libros tienen mucha bibliografía y mucha documentación aportada por los herederos.

–¿Qué opinión le merece Pilar como poeta?

–Me gusta como poeta y como escritora en general. El libro está lleno de versos de ambos, Pilar y Machado, lo que nos permite ir cotejando sentimientos. Como escribe Pilar: «Quiero querer y no quiero./ Dejar de querer quisiera./ Y en querer y no querer/ se me va la vida entera». Pilar era una mujer de carácter que, ante la confesión de infidelidad de su marido, huye lejos de todo y de todos. En esa huida conoce al poeta y, después de una intensa lucha interior, acaba rindiéndose a los sentimientos.

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–Ahora que se reivindica tanto el papel de la mujer, ¿el Lyceum Club podría ser una referencia?

–La historia ha sido injusta con las mujeres. Sin embargo, hoy se reconoce el papel de estas mujeres, su intelectualidad y su lucha por la igualdad de derechos y el voto femenino. Jacinto Benavente fue invitado una vez a dar una conferencia allí, pero se despachó con un «yo no voy a tontas y a locas». Y como él, otros muchos escritores y periodistas fueron críticos con aquellas mujeres comprometidas a las que apodaban 'Las maridas'. Afortunadamente siguieron adelante haciendo caso omiso.

–80 años de una muerte y 40 de la otra ¿tocaba?

–Han coincidido los aniversarios, pero sí, efectivamente, tocaba. Ya era hora de rescatar a 'la diosa', como la llamaba Machado; de desescombrarla del olvido. Era el momento de narrar esta historia con sus ojos. ¡Por sus días azules y por los nuestros!

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