«No es Bildu la que se está blanqueando, sino el PSOE de Sánchez el que se está ennegreciendo»
El autor hablará sobre la memoria y sobre el pasado reciente a partir de su poemario 'Carnaval sin fiesta'
fernando conde
Valladolid
Martes, 19 de abril 2022, 16:23
Iñaki Ezkerra ha pasado buena parte de su vida amenazado por la banda terrorista ETA. Sin embargo, esa amenaza no ha logrado acallar su voz poética, su literatura y su insobornable libertad ideológica y de conciencia. Hoy es una de las voces más críticas contra los desmanes de quienes pretenden hacer de la memoria un instrumento político. Este jueves, con el patrocinio de Fundación laCaixa y Fundación Vocento, hablará sobre ello en el Aula de Cultura.
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–Cuando escucha eso de memoria histórica (o ahora memoria democrática), ¿qué piensa?
–Prefiero la expresión 'cultura histórica' o 'conocimiento de la Historia'. Lo otro me suena a manipulación mental, a un afán de imponer a los otros los recuerdos, que son libres. Y casi me suena peor lo de 'memoria democrática' que 'histórica'. Porque la condición democrática es producto de la voluntad, de un esfuerzo ético, de una predisposición ideológica, buena pero ideológica, mientras que la memoria funciona sin ideología, de forma autónoma. De hecho, a veces recordamos lo que nos gustaría olvidar. Hablar de 'memoria democrática' es como hablar de 'circulación democrática de la sangre' o de función 'democrático-renal'. La sangre y los riñones funcionan a su aire, sin ideología. Ni democrática ni totalitaria.
–Se ha enfrentado al nacionalismo vasco desde la intelectualidad. ¿Están los nacionalismos ganando la partida en España?
–La partida no la ganarán nunca porque son impresentables y llevan dentro el germen de la destrucción, que es también autodestrucción. Sí pueden, en cambio, amargarnos la vida aunque no logren sus grandes objetivos finales. Nunca erradicarán el castellano en el País Vasco ni en Cataluña, pero sí han creado un régimen de subvencionados y paniaguados que hacen pasar por buena y alta literatura una subcultura mediocre, simplona, kitsch y servil. Falsean la realidad e impiden el desarrollo y la potenciación de buenos profesionales que están desamparados por la administración y sobreviven con dificultades. Condenan a la censura y al ostracismo al que no les sirve. No han ganado la partida pero han hecho una sociedad peor.
–Como fundador del Foro de Ermua, ¿qué opina del blanqueamiento que se está llevando a cabo con un partido como Bildu?
– Bildu no puede blanquearse porque ella misma nos recuerda continuamente que es heredera de ETA. Otegi abre la boca para recordarnos quién es. La propia identidad política de Bildu se basa en el recuerdo de su pasado de sangre. Sin esa historia de horror no es nada. Vende su legado incivil como un capital ideológico. No es Bildu la que se está blanqueando, sino el PSOE de Sánchez el que se está ennegreciendo a sí mismo.
–En el Aula se hablará también de poesía. La poesía vuelve a estar de moda entre los jóvenes, pero ¿esa poesía 'metasocial', desgarrada, de la experiencia que usted escribe, tiene público?
–En una sociedad plural hay sitio para todos, para el que no ha leído nada y cree que poesía es hablar de flores y pajaritos o le parece que rimar amor con dolor es la repera y para el lector más exigente. Con la poesía pasa como con el humor en las redes sociales. Hay de todo. Hay bárbaros y linchadores, como hay humor rápido e inteligente que muestra el ingenio del pueblo español. En cuanto a mi poesía, la llamo 'metasocial' porque se diferencia de la 'poesía social' en que hace acuse de recibo del desamparo de nuestro tiempo. Los poetas de la generación del 50 creían tener en sus manos, frente a la dictadura, la utopía, la solución del mundo. Hoy hemos perdido esa seguridad, pero también esa arrogancia.
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–Hay un verso en 'Carnaval sin fiesta', su último poemario, que dice: 'Líbreme de la aberración de peinar las ideas con gomina'.
–Hay una afán muy extendido de disfrazarse, producto de la crisis ideológica, económica, moral... Es más fácil ponerse una máscara que tener tu propio rostro, construir ese rostro con tu experiencia, tus arrugas, tu risa, tus dudas… Es más fácil ponerse una careta que ser tú. El que usa careta no solo se la pone para los demás, sino para sí mismo porque le da una falsa seguridad. Frente a un mundo problemático y frente al vértigo que produce no tener su solución en la mano, hay quien se agarra a simplismos o a recetas que han fracasado. Y ese no es el peor de los casos. Porque hay quienes no sienten vértigo de ninguna clase ante la injusticia y el sufrimiento, sino euforia y ganas de pescar en río revuelto. Hay políticos que son como Luis Medina y su compinche Luceño y que se dicen: «Basta que las cosas están mal voy a sacar el máximo provecho del caos, de la confusión, del dolor ajeno; voy a vender humo a los desgraciados».
Aula de cultura. Círculo de Recreo (calle Duque de la Victoria, Valladolid). Jueves, 19:30 horas.
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