Paseantes y multitudes urbanas de Óscar Herrán toman el Museo de la UVa
El artista vallisoletano reúne una veintena de óleos de escenas colectivas confrontados con dibujos y acuarelas de paisaje
Autodidacta y bregado en los concursos de pintura rápida, Óscar Herrán (Valladolid, 1972), apunta directamente con su pincel a lo esencial, a un discurso directo, ... donde la idea general se impone al detalle. En el Museo de la Universidad de Valladolid (Muva) de la plaza de Santa Cruz, junto a la colección histórica, ha colgado 'Pintura', exposición en la que reúne una veintena de óleos vitalistas, plenos de colorido con decenas de personajes en pareja, en grupo, en multitudes anónimas que se arraciman en calles, semáforos, bancos o aceras.
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Su pintura se prodiga en escenas colectivas tomadas de la cotidianidad de cualquier ciudad. Cuenta este artista con estudio en la calle Juan de Juni, que al trabajo con el pincel le preceden miles de fotogafías que toma con su cámara cuando viaja o, sin más, de paseo por las calles de Valladolid. «Al final acabo siempre en temas urbanos, captando primeros planos de gente de la calle y del ambiente que la rodea, intentando que las figuras se pierdan un poco».
Siluetas de rostros y gestualidad difuminada cobran protagonismo a través de llamativas vestimentas en tonos rojos, azules, verdes y amarillos, ecos de Sorolla, uno de sus favoritos. La imagen de las fotografías que atrapa de improviso se diluye finalmente en óleos sobre lienzo pintados en el estudio de quien formándose como informático apostó por vivir de las clases de pintura y de vender su obra. «Esta exposición me ha servido también para ordenar la vorágine diaria en la que vivo inmerso; ante todo busco pasármelo bien con la pintura, tratando de que el proceso me guste, sobre todo me interesa que quien vea mis cuadros vea lo mismo que yo».
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En la sala del Muva, las escenas de ciudad dan paso a veraneantes en la playa, bañistas que se divierten entre olas encrespadas, niños entre cubos y palas de arena... siempre escenas en movimiento. Más sosiego respiran sus paisajes de mar y montaña en óleos, acuarela y dibujos, donde emergen vegetación, rocas, riachuelos y arenales donde la naturaleza es protagonista absoluta prescindiendo de cualquier rastro humano.
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De los concursos de pintura ha aprendido Herranz a pintar en la calle, –«ahí coges la esencia»– remacha admitiendo que su tendencia al colorismo está virando en la actualidad hacia las gamas de grises. La viveza cromática de sus personajes aparece enmarcada en escenas de días luminosos, soleados. ¿Por qué esa querencia? «Algún motivo subconsciente habrá», pondera.
A la inauguración de la muestra, que se puede visitar hasta el 3 de mayo, acudieron Carmen Vaquero, vicerrectora de Comunicación y Extensión Universitaria, y el director del MUVA, Fernando Díaz-Pinés Mateo. El horario de visitas es de lunes a viernes,de 11 a 14 horas, y de 17 a 20 horas, con entrada gratuita.
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