Museo Adolfo Suárez: el legado de la Transición

Un homenaje perpetuo al proceso histórico de la Transición, al pasado reciente de nuestro país y una clara reivindicación: en política siempre es necesario el consenso. Con estos objetivos se construyó el Museo Adolfo Suárez y la Transición (MAST) en el municipio de Cebreros (Ávila) en 2009. La gerente del Museo, Cristina Blanco incide en que este espacio pretende que las diferentes generaciones conozcan los valores de la Transición, una época que califica de «fundamental y altamente positiva porque fue el tránsito hacia la Democracia en nuestro país».

La Iglesia Vieja de Santiago, construida en la segunda mitad del siglo XIV y reconstruida en el XV, es la sede de este enclave expositivo centrado en la figura de Adolfo Suárez, nacido Cebreros, y en su mayor legado, la Constitución. Son muchos los protagonistas que encuentran su reconocimiento en el Museo porque, tal y como detalla, «es un hito que no solo le pertenece a Suárez, sino que abarca a toda la sociedad española y a la clase política. La representación era muy amplia, desde los franquistas hasta aquellos que habían estado en la clandestinidad se sentaron y acordaron el nuevo marco de convivencia. Un ejemplo que nos demuestra que para construir el futuro del país es necesario el diálogo pacífico y el consenso», sentencia.

Su interior es un túnel de tiempo que comienza con la modernización de España en los años 60. Secuencias de las noticias de televisión y distintas piezas de la época, como un Seiscientos blanco o el primer teléfono que hubo en la localidad simbolizan el crecimiento económico y social. Una de las piezas que más significado ha cobrado es la publicidad electoral con la que Adolfo Suárez pidió el voto en 1969, cuando se presentó para ser procurador en Cortes. «Los políticos actuales tienen mucho que aprender de esas palabras», de las que Blanco destaca el lenguaje claro, directo, moderno e inclusivo.

A lo largo del recorrido también se pueden observar más de 200 carteles electorales, discursos de Suárez con anotaciones de su puño y letra o la plancha original de imprenta de los carteles de la UCD de 1977, así como un jersey de los que Marcelino Camacho llevaba en la cárcel. El intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 y el terrorismo también tienen su espacio, de hecho, alberga una Constitución firmada por todos los Secretarios de Estado la noche del 23 al 24 de febrero para dejar patente su defensa si los golpistas se hacían con el poder.

El Museo, de 700 metros cuadrados, cumple con todas las medidas de seguridad recomendadas por las autoridades sanitarias. El aforo es de 120 personas, pero la gerente asegura que se respetarán las limitaciones y el recorrido está marcado para garantizar que los visitantes mantienen la distancia social, además es necesario llevar mascarilla.

Las conferencias impartidas por los protagonistas de la Transición, así como los cursos de verano que habitualmente imparte la UNED en el Museo, se han cancelado, al menos de momento. Sin embargo, Blanco avanza que este verano se abrirá una exposición temporal sobre los 100 años previos a la llegada del euro del papel moneda en España, que servirá para contar la Transición desde el punto de vista de algo tan cotidiano como el dinero.