Juan Tamariz es uno de los magos más reconocidos del mundo en el campo de la 'cartomagia'. El correo

Juan Tamariz: «Lo que más ha influido en mi carrera es el amor por la magia»

El mago madrileño y su mujer, Consuelo Lorgia, recalarán mañana en el Carrión con sus respectivos espectáculos, 'Magia potagia' y 'Magia con encanto'

Adolfo pérez Vega

Valladolid

Viernes, 23 de noviembre 2018, 19:10

Dicharachero, alegre y ducho en las cartas como no hay otro, Juan Tamariz pisará mañana, sábado 24 de noviembre, las tablas del Carrión con su show 'Magia potagia', que recopila los mejores números de su carrera y que estará acompañado, momentos previos, por el espectáculo 'Magia con encanto', dedicado a los más pequeños de la mano de su mujer, Consuelo Lorgia.

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-Tengo entendido que es usted un ser nocturno, que es incapaz de acostarse antes de las 10:00.

-No, normalmente no tanto, pero es muy corriente entre artistas que seamos búhos de noche y es muy normal que nos veamos a las dos o tres de la mañana para quedar, charlar. En mi caso se alarga un poco y hasta las ocho, nueve o diez de la mañana, y generalmente me levanto a las cinco de la tarde o así.

-¿Secuelas de una vida de espectáculos?

-En realidad, en mi caso, es una cosa familiar, es un gen de familia que tenemos: a mi madre le pasa, a una de mis hijas también y a un nieto mío igual, es una cosa que se hereda. Pero, vamos, no es nada negativo. Por ejemplo, para mí, para trabajar de noche es una maravilla porque no tienes que ir al médico o al banco y puedes estar cinco o seis horas concentrado. Conozco a bastantes artistas que lo hacen.

-El espectáculo que trae aquí, 'Magia potagia', recopila sus mejores números, ¿cuál cree que ha sido el más decisivo para su carrera?

-Bueno, además de una selección de números que he hecho durante toda mi carrera, también hay algunas novedades. El que venga va a ver juegos que, si ha venido a otro espectáculo, los ha visto, pero juegos nuevos de última generación. Además, entre los magos pasa una cosa muy curiosa, a mi juicio, y es que cuando hacemos un juego siempre hay alguno que dice «a ver, a ver, otra vez», para descubrirlo y gozarlo; entonces tampoco importa que alguno sea repetido. De todas maneras, yo creo que, más que nada, lo que más ha influido es el amor, la pasión y el cariño que tengo por la magia, que trato de transmitirlo, y que también se combina con el querer a la gente. Pero ha habido alguno que ha sido más llamativo, hay uno que hago con un cochecito de madera de cuando era niño y siempre hace renacer la infancia. De hecho, 'Magia potagia' va dirigido a esa parte de niño que todos llevamos dentro y que muchas veces no dejamos salir.

-Hablando de risa, una de sus características principales es el humor, además de la improvisación. ¿Son las claves del éxito de un mago?

-No sé si son las claves del éxito, porque además no es algo que busque como objetivo. Mi éxito es vivir esta vida haciendo algo que me apasiona y tratar de compartirlo. Pero yo creo que humor, humor... yo no hago humor, en el sentido de que no cuento chistes, ni soy monologuista; sino que en las situaciones normales de la actuación y se me ocurre una broma, como en una situación de la vida normal.

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-España es una de las grandes fábricas de magos del mundo, ¿quizás es por nuestra querida picaresca?

-Ahora mismo es el país que tiene más fama entre todos los magos del mundo. He venido hace poco de un congreso mundial de magia que se hace en Corea del Sur cada tres años y allí, vamos... Y bueno, puede ser por la picaresca, pero España como potencia mundial de magia lleva pocos años, seis o siete. Yo creo que aquí hay una escuela de público, le gusta mucho los espectáculos de magia. Por ejemplo, estoy trabajando con un espectáculo en la Gran Vía de Madrid, pero también está allí Jorge Blas, que es un maravilloso mago (y además se inició en la escuela de magia de mi hija Ana Tamariz, en Madrid), y en otro teatro hay otro espectáculo de magia, y están llenos los tres. Eso en Nueva York, Londres o París no existe, hay un espectáculo y luego otro, pero tres al mismo tiempo atrayendo colas y vendiendo todas las entradas, no existe. Hubo una época que en televisión se hicieron muchos programas de magia, en algunos de llos que yo hice traíamos a los mejores magos del mundo y si enseñas así la belleza que entraña, a todos le gusta.

-Usted ha contribuido a ello...

-En lo que he podido, en lo que he podido... pero lo principal es eso, que hay una generación de magos de todos los estilos: gente que hace magia comunera, con cartas, de grandes ilusiones, poética, de manipulación... magos que se dedican específicamente al mundo infantil, que es precioso, como es el caso de (voy a repetirme) Consuelo Lorgia, mi mujer ¡Ella ha ganado varios premios en magia infantil! Tiene un don especial que hace que conecte con los niños, pero muy chiquititos, con tres años, a los que yo no soy capaz de hacerles magia... porque no sé bien cómo tratarlos, y ella les encandila, les divierte.

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-Antes hablaba de la televisión de televisión, últimamente no sale mucho. ¿Ya no le quieren o les ha dado la patada?

-Yo en el 93, cuándo era más conocido y me estaban ofreciendo programas, acababa de hacer una serie de 30 programas y me dijeron «¡Vamos a hacer una segunda!» y dije «no, en la televisión ya he hecho bastante». No es muy satisfactorio hacer magia en televisión porque tienes que estar pendiente de las cámaras, el público no está en directo, hay quien cree que hay cortes... yo elegí hacer magia en teatro, que es lo que más me gusta. Hice una rueda de prensa, dije que me iba y nunca he vuelto. Me dijeron muchos compañeros «¡no te vayas! ¿Te has cansado ahora y vas a volver?» y la repuesta siempre era un no. He hecho alguna salida esporádica de tres minutos para promocionar un espectáculo, pero nada más.

-Ahora se ve tecnología en los espectáculos de magia, ¿le quita mérito incluir elementos tan falsables en un mundo donde todo es la habilidad del mago?

-Hay de todo. Yo creo que el arte tiene un nivel y si uno lo quiere bajar a otro nivel para conseguir un efecto... pero, vamos, yo no critico, cada uno que haga lo que quieras, pero yo desde luego no hago nada de eso. Me encanta hacerlo en directo, en vivo, y viendo las caras de la gente. Además, está lo de la televisión, que a mí no me gustó porque siempre pensaba que cuanto más imposible pareciese lo que hacía, más se pensarían que había hecho trampa de cámara... pero, por suerte, el ser humano tiene ganas de ilusionarse. Aparte que para hacer trampa de cámara ¿para que me iban a contratar a mí? Contratarían a un actor, si acaso más guapo que yo (que ya es difícil), pero acudirían a alguien que no tiene por qué saber magia ya que solo hay que cortar... ¡Y no lo vamos a hacer en ningún momento! Yo no utilizo nunca compinches, ni cartas marcadas, que son cosas que el espectador supone que no vas a usar, y eso te da una confianza que luego te quita de problemas.

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-No le da mucha importancia a los premios. Pero, paradójicamente, es uno de los magos que más tiene.

-Bueno, solo una vez participé en un concurso mundial de 'cartomagia' -magia con cartas- en París, cuando no era nada conocido, era muy jovencito (aun más joven que ahora, que ya es decir) y dije «quiero que me vean los otros magos», entonces me presenté y me dieron en el premio, eso fue en el 73. Pero el resto de premios han sido ofrecidos por otros magos y alguno sí me gusta... bueno, no es que no me gusten los otros, pero creo que es cómo un juego, cómo si tu y yo estamos en un campo y decimos «a ver quien llega antes allí» y el que llegue antes pues ha ganado un premio que nos damos entre nosotros, así de broma. Pero hay premios que sí me han gustado mucho, por ejemplo el de reconocimiento de mi trabajo que me dieron en las Vegas, otro en el Magic Castle de Hollywood, el sitio más emblemático de la magia en todo el mundo, y en el premio pone «por toda una vida dedicada a la magia» o «el mejor magos del año», que no es al mejor, sino el que más ha trabajado (ese año había escrito varios libros y había dado muchas conferencias, además de espectáculos). Eso es un reconocimiento a que amas la magia y haces un esfuerzo, eso sí me gusta mucho.

-Casi se licenció en ciencias físicas... pero casi.

-Bueno, ese 'casi' ha sido muy generoso por tu parte, porque hice tres cursos, una asignatura del cuarto y me quedaban pendientes varias...

-¿Demasiada realidad para usted?

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-¡No, hombre! (risas) Era porque yo quería hacer dirección de cine, en la escuela que había entonces, y había que tener tres cursos en un facultad y como daba igual que facultad, dije yo «pues esto mismo, oye». Luego ya lo dejé y entre en la escuela de cine para hacer los cursos de dirección.

-El Mago Pop afirma usar 20 o 30 barajas por espectáculo. Usted seguro que no se queda corto.

-Bueno, yo solo he usado una sola baraja en toda mi vida, lo que pasa es que renace. Pero bueno, depende, yo puedo usar seis o siete por espectáculo, porque las cuido con mucho mimo y las tengo en las manos hasta que ya están un poquito ajadas y las guardo. Pero, vamos, yo considero que siempre es la misma, renacida.

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-¿Un referente en la magia?

-Yo he tenido muchos, pero nombraría a un mago español que se llamaba Frakson, que vivió siempre en Estados Unidos y ha sido uno de los más grandes magos de la historia, aparece en todos los libros de historia de la magia (murió hace veintitantos años), y que a mí me enseñó lo más importante, a amar con pasión la magia. Me decía: «si tú vas a un teatro, Juan, a que te aplaudan y te admiren, lo único que vas a conseguir es que tu ego se haga más grande y más feo, hasta que explote. Ahora, si vas a compartir la ilusión del arte, la alegría, la pasión, el encantamiento, eso lo vas a disfrutar». Y lo he tratado de seguir durante 76 años que tengo, que estoy en la mitad de la vida, y los próximos 76 lo trataré de seguir igual.

-¿Y otro actual?

-En manipulación, el mago que ha ganado ese premio este año en Corea es Miguel Muñoz, que es extraordinario. En su estilo, magia teatral, Jorge Blas está creciendo muchísimo, que ha llegado ya a una enorme altura, pero se ve que sigue creciendo. De magos extranjeros, yo soy muy amigo de David Copperfield, que cuando viene a España y hace juegos, siempre me cita como su busto en magos de cartas; porque también hace trucos con cartas, aunque su especialidad sean las grandes ilusiones, extraordinarias, por cierto. Si quieres podemos estar aquí un par de años citando nombres.

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-Creo que ni usted, ni yo, tenemos tanto tiempo. Muchas gracias, Juan.

-¡Muchas gracias a ti! Un abrazo.

Magia en el Carrión

  • Juan Tamariz, 'Magia potagia' Espectáculo para los más mayores (y niños a partir de 10 años) que será el sábado, 24 de noviembre, a las 20:30 y por entre 18 y 25 euros la entrada.

  • Consuelo Lorgia, 'Magia con encanto'' Show para los más pequeños que tendrá lugar el sábado, 24 de noviembre, a las 17:30, a un precio fijo de 10 euros por entrada.

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