Alejandro Nuevo, en el patio del Colegio de San Gregorio. Carlos Espeso
Director del Museo Nacional de Escultura

Alejandro Nuevo: «Castilla fue ejemplo de globalización en el XVI y haremos una exposición sobre ello»

El mallorquín sucesor de María Bolaños proyecta esta muestra temporal del Museo de Escultura para la presidencia española de la UE

Victoria M. Niño

Valladolid

Domingo, 9 de octubre 2022, 00:04

Le maravilla ver las caras de los transeúntes cuando observan la fachada de San Gregorio, «es también una joya arquitectónica». Alejandro Nuevo (Palma de Mallorca, ... 1980) conoce los 16 museos nacionales por su trabajo en el Ministerio de Cultura. Ahora dirige los designios del Nacional de Escultura, «museo de todos y para todos».

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–Lleva cuatro meses al frente del Museo, familiarizado con el lugar ¿tiene estancia o pieza favorita?

–Conocía la colección y tenía mis favoritos de antes. Hay piezas que son joyas y es difícil seleccionar. Me llama la atención, por las figuras y su representación, el 'Entierro', de Juan de Juni. Otra debilidad personal es el 'Relieve del bautismo de Cristo', de Gregorio Fernández, y el Belén Napolitano. Por mencionar una obra de la Casa del Sol, el 'Ades Ludovisi'. Y en cuanto a la pintura, el 'Heráclito y Demócrito', de Rubens, y las 'Tentaciones de San Antonio', de Jan Brueghel. Este último es un cuadro en que todos los visitantes debieran estar tres o cuatro minutos para escudriñar su fantasía desbordada.

–¿Qué ideas traía, se han modificado al tocar tierra?

–Venía con una ideas y las mantengo, es verdad que con matices. Me gustaría poner de relieve la colección de pintura porque es extraordinaria. Me gustaría que tuviera su propio espacio y más realce en el futuro. Se ha hecho una loable trayectoria en la inclusión social y tenemos que potenciarla, además de seguir apostando por la didáctica, que el museo sea un recurso educativo en la docencia formal y en la que no lo es, además de dar más visibilidad a la presencia femenina. Por desgracia tenemos pocas mujeres, Luisa Roldán es la principal. Hay que ponerla en valor y considerarla la cuarta en el conjunto de Juan de Juni, Berruguete y Gregorio Fernández.

–¿Son las líneas de su proyecto?

–Hay más, también destacar el museo como gestor del conocimiento y en relación con otras instituciones museísticas del ámbito nacional e internacional.Querría seguir con la política activa de María Bolaños en cuanto a exposiciones temporales y proyectamos las de 2023.

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–¿Sobre qué versarán?

–La primera estará centrada en un ejercicio de introspección, de mirarnos a nosotros mismos. Estamos en una etapa de transición, tenemos que hacer diagnóstico de nuestro momento y proyectar nuestro futuro. Queremos dar a conocer nuestra historia y piezas nunca expuestas, entender nuestro presente y avanzar hacia el futuro con una participación ciudadana cada vez más presente.

–El Museo ya dedicó una exposición a su creador, Ricardo Orueta, y otra a mostrar piezas que dormían en el sótano, 'Almacén'.

–El recorrido cronológico que abordaremos será más amplio. Esta semana hemos cumplido 180 años, el martes exactamente, se abría el Museo de Bella Artes en el Colegio de Santa Cruz. Nuestra idea es reflexionar sobre ese largo tiempo. En 2023 cumplimos 90 años como Museo Nacional, indagaremos en esa transición del museo provincial al nacional.

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–¿Y las siguientes exposiciones temporales?

–Queremos aprovechar que España acoge la presencia de UE en el segundo semestre de 2023 para mostrar a los visitantes que somos un ejemplo de las primeras globalizaciones europeas, entre finales del XV e inicio del XVI. Castilla tuvo un papel artístico e innovador de primer orden. Aquí vinieron artistas de Franconia Suabia, Flandes. Además pondrá en valor la llegada de artistas italianos a Granada y a la Corona de Aragón. También los artistas españoles fueron a formarse a Italia, aquellas 'águilas' de las que habla Manolo Gómez-Moreno (autor de 'Las águilas de Renacimiento español'). Sobre la tercera, mantengo la intriga, será en 2024.

–Un Museo con tres espacios, ¿seguirá siendo el Palacio de Villena la sede de las temporales, San Gregorio, de la colección permanente, y la Casa del Sol, de las reproducciones?

–La sede principal de la colección permanente seguirá siendo San Gregorio. La idea es que las temporales sigan en Villena. No obstante, haremos una remodelación en esa sala con lo cual esta primera exposición temporal de nuestra historia se llevará a cabo en San Gregorio. Mi intención es que en el futuro si se abre una sala de pintura y artes decorativas sea en Villena.

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–Comenzará en breve la rehabilitación de la Casa del Sol, ¿a qué punto llegan?

–Estamos en fase de redacción del anteproyecto. Hay que hacer un estudio arquitectónico y arqueológico, tanto dentro como fuera del edificio. Queda mucho por avanzar, estamos en contacto con los arquitectos – Juan Carlos Arnuncio, Valeriano Sierra y Jael Ortega– y con el ministerios. Aún es muy aventurado hablar de plazos.

–¿Cuál será su uso?

–Como estaba previsto ya en los pliegos de 2021 será el almacén visitable de la colección de reproducciones artísticas que en su mayoría están en Madrid. También habrá espacio para incorporar lo que se guarda en el almacén de los pasos procesionales.

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–¿Mantendrá los lazos con los museos vecinos?

–Seguirán presentes. He tenido la oportunidad de coincidir con Javier Hontoria (director del Herreriano) y pergeñaremos algo. Me gustaría colaborar con otras instituciones de la ciudad y, por supuesto, mantener los lazos nacionales e internacionales. Nos abriremos a la participación con el Museo Nacional de Arte de Cataluña o el Museo de las Artes de Valencia. Y la colaboración con el Prado, la Thyssen, etc..., seguirá, mantendremos la política de préstamos.

–La primavera pasada hubo museos nacionales, entre ellos el de Escultura, afectados por la falta de personal que tuvieron que cerrar algún día. ¿Se ha solucionado?

–Está en vías de solucionarse, es un tema que llevan directamente los servicios centrales del Ministerio. Desde que estoy no se ha cerrado ningún día y está prevista una oferta publica de empleo. La cuestión ha mejorado mucho. Por suerte, esta situación ya estaba solucionada cuando aterricé.

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–¿Tendrán cabida los artistas contemporáneos?

–Siempre y cuando nos lleguen propuestas interesantes y están llegando. Me gustaría abrir el Museo más allá de sus límites cronológicos poder llegar al siglo XXI, que tuviesen cabida autores contemporáneos, incluso a través de un concurso de escultura que se hacía hace muchos años.

–¿Y la relación con otras artes?

–Seguirán presentes. Apuesto por la idea de un museo interpretativo. Teniendo en cuenta que nuestra colecciones de la edad moderna, no podemos ser ajenos a la literatura o la música del Siglo de Oro. Aunque se hagan actividades todo el año, me gustaría vincular un arte a cada estación. Por ejemplo, el invierno es un momento de recogimiento propicio para la literatura, para lecturas dramatizadas; primavera será el momento de las artes escénicas, de la danza y el teatro; en verano tiene más gracia salir al jardín donde mantendremos el cine y el otoño estaría vinculado a música.

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–¿Qué planes tiene para la Casa Cervantes?

–Muestra esa cultura material en el Siglo de Oro, eso no lo aporta el Museo de Escultura. Necesitamos incrementar el personal y en breve se podrá usar el maravilloso auditorio de Caja Círculo. La Casa tiene que convertirse en un centro de estudios dedicado a Cervantes y a la literatura del XVII de referencia nacional. Quiero vincularlo a la Universidad. Estamos aquí para proteger el conocimiento de nuestros ámbitos de estudios.

–María Bolaños se fue con la espinita de no haber llegado al público vallisoletano ¿hará algo al respecto?

–Hay que lograr que los vallisoletanos sientan el museo como algo propio. Queremos vincularnos al territorio y trabajar con asociaciones vecinales, ya se está haciendo con la Asociación de Vecinos de la Rondilla, nuestro barrio más inmediato. También buscamos participación de colectivos relacionados con la inclusión social. El Museo no tiene que generar miedo. Soy más de sensaciones, me importa más que la gente se vaya con emociones que con conocimientos, porque al final los puede buscar en otras fuentes. Prefiero que el museo les mueva algo interior.

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