Usuarias teletrabajan en el centro de coworking de Paredes de Nava (Palencia). adolfo fernández

Trece pueblos de Castilla y León se suman a una red para captar teletrabajadores

conexión rural ·

La web registra un millar de visitas diarias y 120 personas se han interesado en la iniciativa desde que se inauguró en junio pasado

M. J. Pascual

Valladolid

Sábado, 14 de agosto 2021, 08:19

Son municipios de menos de 5.000 habitantes «con mucha fibra» y que se ofrecen a través de una completa página web como entornos ... ideales para teletrabajar, de forma permanente o circunstancial. Desde que se publicitó la iniciativa el pasado junio, indica Roberto Ortega, de la asociación soriana El Hueco, promotora de la red, en tan solo dos meses son ya una treintena de pueblos de toda España los que forman parte de esta red rural de teletrabajo, trece de los cuales están en el mapa Castilla y León y se han registrado 120 personas en la página para interesarse por el coworking. En la web, que recibe un millar de visitas diarias, explica, los propios ayuntamientos exponen de forma pormenorizada las características históricas, geofísicas y singulares, así como las cualidades de sus pueblos, con detalles como el coste diario de vivir en ellos. Algunos hasta han designado un «anfitrión» para que haga las veces de cicerone y tutele a los nuevos teletrabajadores que llegan al municipio, aunque la mayoría de las personas que recalan en estos pueblos van por libre.

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«No todo el mundo se instala, también es gente que viene por estancias cortas, vacaciones, turismo, que necesitan un sitio tranquilo para mandar algo a la oficina o rematar algún trabajo», señala el portavoz de El Hueco. «El objetivo es dar una imagen diferente de la España rural, alejada de la melancolía y el victimismo, presentando unos pueblos emprendedores, abiertos y de gran calidad de vida».

Autoestima rural

Esta red es una semilla más, dicen los promotores, una gota para intentar atraer poblaciónal medio rural o, al menos, que no se marche o anime a regresar por más tiempo a los que viven en la diáspora. Con la pandemia, mucha gente de las ciudades volvió los ojos a los pueblos como una opción de vida más sana y natural, sobre todo pensando en los hijos, pero que todavía no haya buenas conexiones tecnológicas en buena parte del territorio de Castilla y León ha echado a mucha gente para atrás a la hora de cambiar su domicilio y trasladarse al medio rural. Así que el requisito esencial para formar parte de esta red es que en estos pueblos, «la cobertura tiene que estar garantizada».

Apostilla Ortega que una vez que «se ha conseguido que el reto demográfico esté en las agendas políticas, otro reto es el de presentar a la España rural sin melancolía y frustración, y ello lo estamos consiguiendo, estamos orgullosos de nuestros pueblos y creemos que tienen futuro. Tenemos que creer en ello nosotros, porque si no, difícilmente podremos convencer a otros para que apuesten por ellos».

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Madrigal de las Altas Torres (Ávila); Paredes de Nava (Palencia); Belorado, Caleruega, Covarrubias y La Sequera de Haza (Burgos); Almanza, Santa Colomba y Fabero (León); El Burgo de Osma, Sarnago y Langa de Duero (Soria); y Rabanales, en Zamora, son los ayuntamientos de Castilla y León que han apostado por esta iniciativa.

Ana Zurdo, alcaldesa de Madrigal de las Altas Torres, explica que el proyecto de este municipio abulense ha tenido que retrasarse porque se han producido complicaciones en el despliegue de la fibra óptica, que fue solicitada en agosto del año pasado, pero la pandemia ha contribuido a ralentizar su instalación. El proyecto consiste en habilitar un espacio-biblioteca como despacho para media docena de puestos informáticos en un edificio de la localidad que es bien de interés cultural (BIC), el Real Hospital de la Purísima Concepción, un edificio del siglo XV que alberga la escuela-taller, la biblioteca, salas de exposiciones, el museo vasco de Quiroga y el centro de interpretación de la naturaleza, además de tener espacio para realizar todo tipo de actos culturales. El permiso para realizar las obras (ventanas, suelos, iluminación...) en el espacio destinado al trabajo 'on line' está pendiente de la Comisión de Patrimonio. «Allí la gente podrá teletrabajar y tener impresora, fibra óptica y todo lo necesario».

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La alcaldesa de Madrigal de las Altas Torres (Ávila) y una técnico, en la zona para el teletrabajo que se habilita en el Real Hospital el norte

Inversión

En el edificio multiusos, señala la regidora, se va a habilitar unas dependencias como zona de reuniones de trabajo. Reconoce la alcaldesa que, para esta infraestructura, «se ha disparado la inversión, que es grandísima y lo iba a consignar en dos partidas presupuestarias» y con la vista puesta en la participación de Madrigal, a principios del año que viene, en los actos de la celebración del quinto centenario de la muerte del cronista de los Reyes Católicos y humanista, Elio Antonio de Nebrija, en colaboración con los Ayuntamientos de Salamanca, Medina del Campo y la Universidad de Salamanca. La nueva biblioteca y oficina para el teletrabajo llevará el nombre del profesor y gramático.La biblioteca comparte el edificio historico con la oficina de turismo, el salón de actos y el archivo municipal. Ana Zurdo comenta que en el municipio, de 1.390 habitantes, ahora mismo se ha triplicado la población, lo que ocurre todos los veranos en los pueblos de Castilla y León, pero la diferencia, subraya, es que es un municipio «comprometido» con la conectividad «Nosotros tenemos el wifi municipal hasta en la piscina, lo justo para Whatshsap, mensajes y correo electrónico, tenemos ADSL en espacios públicos y no va mal, pero la necesitamos en los edificios». Precisamente, con una de las jóvenes que ha venido de vacaciones tuvieron que «compartir» la fibra. «La ubicamos en el salón de plenos del Ayuntamiento, tenía una videoconferencia y no tuvo problemas de conexión en toda la mañana».

En la web de la Red de Pueblos Acogedores para el Teletrabajo, un proyecto de El Hueco financiado por Grupo Red Eléctrica y que cuenta con el apoyo de Booking, se ofrecen por el momento más de una treintena de municipios en todo el territorio nacional. Esta iniciativa sirve de plataforma para que teletrabajadores y emprendedores impulsen a su vez iniciativas culturales y sociales. Es el caso de 3piedras.org, fundada por Luis Berruete, que vivía entre Zaragoza y Madrid y la pandemia le decidió a radicarse en Ara (Huesca), un pueblo de 25 habitantes próximo a Jaca. Berruete indica que «lo más importante es disponer de una buena conexión a Internet» y que esta iniciativa «es una gran oportunidad» para los pueblos. Lo que resulta más difícil, señala, «es adaptar los ritmos de lo rural y de la ciudad». Su iniciativa persigue crear un espacio de coworking especialmente dirigido a artistas.

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De teleclub a teleoficina

La Sequera de Haza es uno de los pueblos más pequeños de la Ribera burgalesa, con un censo de 28 personas que viven en él habitualmente. Su alcalde, Roberto Arroyo Serrano, afirma que se han unido a esta iniciativa porque les interes promocionar el pueblo como un buen lugar para vivir y trabajar. El antiguo teleclub, reconvertido en centro cultural en el mismo edificio del Ayuntamiento, se ha transformado ahora en un espacio de coworking.

«Tenemos una red wifi suficiente y a mayores contaremos con la fibra a finales de agosto o septiembre», manifiesta el regidor. Ya han recibido alguna consulta de familias con niños quehan pedido información sobre los servicios que ofrece el pueblo con la idea de instalarse, pero en principio los usuarios de la oficina son estacionales, veraneantes de familias con vinculación al pueblo, que residen en Bilbao, Barcelona y Madrid. «Está muy bien porque es otra forma de promocionar el pueblo y que puede conseguir que la gente se instale en el municipio, que tiene el encanto de lo pequeño, de la tranquilidad, pero que está a apenas 17 kilómetros de Aranda, un centro industrial y turístico de primer orden», subraya Arroyo.

En Castilla y León también hay ejemplos de pueblos muy pequeños como este de Ara que se han sumado a la red. Es el caso de La Sequera de Haza (Burgos), con un censo de 28 habitantes. Almanza (León), con 581 personas censadas, es uno de los primeros centros de teletrabajo creados en la comunidad autónoma, se ufana el alcalde, Javier Santiago. Los doce puestos de la oficina virtual están siempre llenos, asegura, y hay que reservarlos previamente. «Esta iniciativa permite un doble juego: que la gente teletrabaje fuera del domicilio todo el año para desconectar del hogar y que quien venga de visita por turismo, en lugar de quedarse 15 días amplíe su estancia».

Todo el pueblo, manifiesta el regidor, dispone de fibra óptica simétrica y se puede teletrabajar desde el parque o el domicilio. El acceso óptimo a Internet ha traido consigo a dos familias nuevas, procedentes de Barcelona y Madrid, cuenta el regidor de este municipio leonés. Una de ellas se asentará definitivamente en septiembre y la otra ya lleva tiempo instalada, la de Hugo, que es traductor de libros por Internet.

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Yolanda Díez es concejala de Servicios Sociales y teniente de alcalde de Paredes de Nava (Palencia) uno de los municipios más activos que se ha sumado a la iniciativa. Precisa que el municipio ya puso en marcha el verano pasado un proyecto piloto de coworking que empezó a funcionar con personas que llegaron al pueblo por la pandemia. Para ello habilitaron el antiguo centro social de la extinta Caja España ubicado junto a la iglesia de Santa Eulalia. «El Ayuntamiento se ocupa del alquiler y la entidad ha cedido el local, que estaba abandonado, con lo que le estamos dando una utilidad». Estos días hay siete personas trabajando en la oficina, planteada para unos ocho o nueve puestos de trabajo. Hay una segunda planta que destinan a reuniones.

Perfiles

El perfil de los usuarios es variopinto, indica la concejala, «desde gente muy joven, veinteañera, naturales del pueblo pero que trabajan en Madrid y Valladolid y sus empresas les permiten trabajar desde aquí y juntarlo con las vacaciones». Además, añade, este espacio lo utiliza también un matrimonio argentino que se ha afincado en Paredes en el marco de un proyecto para asentar población. Ellos gestionan un centro de día para personas con discapacidad en su país de origen y la dirigen desde Paredes.

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Silvia Ceinos, de 41 años, combina el teletrabajo en el coworking de Paredes, durante dos días a la semana, con el trabajo presencial en la empresa de servicios de la que es coordinadora y que está domiciliada en la capital palentina. «Fue a raíz de la pandemia, del año pasado a este es un abismo», manifesta esta usuaria, que tiene dos hijas. «Yo trabajo aquí como si lo hiciera en mi centro de trabajo, vengo a las ocho de la mañana y me voy a las tres; coincidimos dos o tres personas, la conexión es buenísima». El bienestar que siente su familia en el pueblo, asegura, «nos hace replantearnos establecernos aquí más tiempo que solo las vacaciones de verano, aunque sea, unos meses, es una alternativa muy buena. A mis hijas les encantaría, sería una alegría para ellas».

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