Recogida de patata en una tierra de la comarca de Medina. F. Jiménez

El sector de la patata tendrá como retos el incremento del consumo y una mayor superficie cultivada

Después de cinco años de trabajo, la Consejería de Agricultura y Ganadería ha reconocido a la Organización Interprofesional

Silvia G. Rojo

Salamanca

Viernes, 25 de septiembre 2020, 08:57

La primera aspiración del sector de la patata fue la de constituir una organización interprofesional con carácter nacional, «pero como eso no pudo ser, a ... partir de ahí empezamos a trabajar en una regional», comenta Jesús Carrión, uno de los impulsores y tesorero de la Organización Interprofesional de la Patata de Castilla y León, cuyo reconocimiento por parte de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural se ha publicado esta misma semana tras cinco años de trabajo.

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Esta herramienta para el sector llega en un momento complicado, sobre todo para los productores que venden al canal de la hostelería, con una caída en el número de hectáreas –que han pasado en un año de 19.800 a 19.200– y con la merma en el consumo, que se cifra en unos 25 kilos por persona y año en España frente a otros países europeos como Francia o Alemania que ronda los 40 kilos.

«Lo primero que quiero aclarar es que la interprofesional no fija precios, su función es la de ser punto de encuentro y, a diferencia de la Mesa de la patata en la que las decisiones no son ejecutivas, aquí sí lo son cuando es extensión de norma», indica Carrión, quien recuerda que está constituida por la parte productora y la industria, «la distribución no ha querido estar».

La presidenta de la organización, Yolanda Medina, asegura que la intención es «comenzar con paso firme y objetivos reales», una vez que finalice la presente campaña, más o menos a finales del mes de octubre.

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Medina pone el punto de mira en el descenso continuado en el consumo de patata, por lo que ese será uno de los aspectos en los que tendrán que trabajar, pero también quiere que esta herramienta «no solo sirva para que se mantenga el cultivo sino para que vaya a más».

Lamenta que tanto la parte productora como los almacenistas tengan «desventajas» competitivas dado que determinados productos se pueden utilizar en unos países y en otros no.

Joaquín Pino, presidente de Asaja Ávila, opina que la interprofesional debe servir «para que cambie la relación en la cadena alimentaria, que podamos regular los márgenes»

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Reclama, además, medios humanos y económicos para impulsarla, tal y como trasladaron a la Consejería, y entiende que entre las funciones estarán las de «promocionar el consumo, el etiquetado en origen e impulsar los contratos tipo homologados».

Contenido

Alberto Duque, representante de la Alianza UPA-COAG, asegura que después de mucho tiempo «el mayor reto no ha sido conseguirla sino que ahora hay que dotarla de contenido». Asume que el actual, «no es el mejor momento, con variedades sin salida» y se muestra convencido de que «hay cuestiones que ni ahora ni nunca se van a poder abordar si no se trabaja en líneas importantes como la planificación en las siembras o elección de variedades, procurando sembrar lo que se va a consumir pero mientras no avancemos en eso, siempre habrá frustración para el productor que no podrá vender a lo que considera».

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Guillermo Ruiz, representante de UCCL, entiende que es «una buena herramienta, pero si queda aparcada no vale». Su postura es la de «marcar objetivos modestos en un principio, se trata de un sector eternamente complicado, las patatas han estado toda la vida sin regulación».

Eduardo Arroyo, presidente de la Asociación de Productores de Patata de Castilla y León, incide en la entrada de patata francesa. «¿Cómo puede estar entrando hoy patata de Francia y tenemos el mercado hundido?» Su impresión es que el precio de la patata de lavado «tenía que estar disparado pero la de saco hace tapón».

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