Francisco Igea deja Twitter tras sufrir una intrusión injuriosa en su perfil

Francisco Igea ha confirmado que cesa su actividad en Twitter, red social desde la que habitualmente traslada mensajes, vídeos y debates a una nutrida red de seguidores que están abiertos a comentarios, algo que había restringido en los últimos meses a perfiles más acotados al sufrir campañas de insultos y ataques personales de manera sistemática. El detonante de esta decisión ha sido la «intrusión» que relata haber sufrido este fin de semana con un 'pirateo' de la cuenta que se plasmó en convertirle en seguidor de un perfil ligado a la prostitución. El político de Cs se dio cuenta de que habían asaltado su cuenta personal cuando a primera hora del domingo leyó más de un centenar de mensajes insultantes de reacción ante ese seguimiento falseado de una persona que se dedicaba a la prostitución. Buena parte de esos mensajes difamantes partían de cuentas 'trolls' de perfil ultraderechista.

Ante esa situación, Francisco Igea informó a Twitter y decidió en un primer momento cambiar las contraseñas de su cuenta y activar una doble verificación para impedir nuevos accesos a la misma por parte de extraños, pero finalmente, el lunes, optó por cerrarla. «No merece la pena este fango. Tengo un nombre y una familia», remarcó el dirigente de Ciudadanos.

Francisco Igea ha sido hasta este momento un usuario activo de Twitter a través de un perfil que, a diferencia de buena parte de la clase política, gestiona él mismo y no a través de asesores. Igea es, junto con el alcalde de Valladolid, el socialista Óscar Puente, el dirigente castellano y leonés con mayor relevancia en la red social del pajarito azul. Ambos se desenvuelven con naturalidad en redes sociales para trasladar mensajes de ámbito político y otros de orientación más personal. En el caso de Igea, por ejemplo, compartía sus rutas ciclistas de los fines de semana.

La cuenta de Francisco Igea entra en dique seco. El dirigente de Ciudadanos se presentaba ante sus seguidores definiéndose como «Médico. Ciclista y creyente lleno de dudas. Una vez fui vicepresidente». A eso añadía una mención a la definición de «El hombre en la arena» con la que el político Theodore Roosevelt exponía que el esfuerzo, la dedicación y el esmero en la gestión pública conducen al triunfo, pero no siempre lo garantizan.