Los comedores escolares sirven 588.871 menús menos por la pandemia en Castilla y León

La pandemia ha impactado de lleno también en el uso de los comedores escolares, vinculado con varios factores no atribuibles solo a las precauciones de las familias (que también influyen). El teletrabajo, los ERTE o las situaciones desempleo han obligado a más familias a quedarse en casa durante estos meses, por lo que hay hogares que no han tenido que echar mano de este servicio que, aún así, ha tenido que reforzar turnos por las estrictas normas de uso y seguridad para evitar contagios.

A todo eso, se suma la influencia de las posibles aulas confinadas o de estudiantes en cuarentena. De acuerdo con las cifras que maneja Educación, durante el primer trimestre hicieron uso de los comedores escolares 38.622 comensales diferentes, frente a los 50.693 del mismo periodo del año anterior. Así, 12.071 alumnos de la comunidad se han borrado este año del servicio de comedor, con una asistencia media diaria de 28.330 estudiantes (cuando en los meses finales de 2019 fueron 36.742). Por pro vincias, el descenso más acusado se ha registrado en Valladolid, con el 27% menos de comensales, seguido de Salamanca y Palencia (-25%). En Soria, el 18% menos.

La situación de pandemia ha obligado a las empresas que se encargan de ofrecer este servicio en Castilla y León a reforzar turnos. Los grupos burbuja de Infantil y primero de Primaria deben comer al margen del resto de alumnos. En Valladolid, por ejemplo, en 26 comedores hay tres turnos y en 32 se ha pasado de uno a dos. Además, este curso abrió un nuevo comedor en el Conzalo de Córdoba.

Entre otras medidas, está la necesidad de colocar a los comensales con metro y medio de separación (sin que en ningún caso se siente uno frente a otro) y la prohibición de compartir los cubiertos o la comida. Son los monitores quienes se encargan de servir y retirar bandejas, ofrecer más agua o acercar todo aquello que necesiten para evitar que los niños se levanten y deambulen por el comedor. Además, se han fijado protocolos especiales para la elaboración de los menús (con medidas higiéncias extra en unas cocinas donde ya era muy estricta la normativa sanitaria)y la desinfección de vajillas y ventilación.