
Alba Morales: «La inspiración está en la cotidianidad de la vida»
La artista creativa digital e ilustradora vallisoletana trabaja en Dubái defiende que «en la sociedad actual, la imagen lo mueve todo»
He aquí la joven de mayor proyección internacional que tiene en estos momentos Valladolid en el mundo del diseño y la ilustración digital. Alba Morales ... Ortega, quien a sus 25 años lleva ya varios meses en el departamento de creativos de Fjord-Accenture Song Middle East en Dubái (Emiratos Árabes Unidos), donde trabaja como artista creativa digital e ilustradora. Su formación artística, pareja a su vocación, la inició desde muy temprana edad, pues con tan solo 5 años empezó en la Escuela de Pintura de Valladolid Julia Cancelo, donde, a la vez que se formaba en el Colegio de Lourdes, estuvo pintando hasta los 18 años. Su paso por la U-Tad (Universidad Tecnológica de Arte Digital) de Madrid le permitió consolidar una vocación con la que se desenvuelve en el mundo de la creación artística digital con una solidez tal, que ya está respaldada por premios a su trabajo. Y no ha hecho más que empezar.
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–La vocación por el diseño digital, ¿de dónde le viene?
–Desde muy pequeña siempre he sido muy creativa. Cuando tenía 5 años mis padres decidieron apuntarme a una escuela de pintura. Pero siempre como un hobby. Jamás pensé que lo podría aplicar en mi formación y que hoy viviría de ello.
–Ahora todo es muy distinto...
–Han pasado más de 20 años y la gente está más concienciada de la tecnología, en parte gracias a las redes sociales, con la edición de vídeo o fotografía, así como de la importancia de crear una marca o una buena presentación, el diseño web o app y del poder de la ilustración como herramienta informativa. Hace un par de décadas, ¡nadie!
–En Valladolid ¿pudo formarse en diseño digital?
–En 2015, los programas se centraban más en diseño gráfico y yo estaba buscando una formación más amplia, que tocara diferentes ámbitos del diseño, y no la encontré en Valladolid.
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–Luego se explica que tuviera que irse a Madrid.
–A estudiar en la U-Tad (Universidad Tecnológica de Arte Digital) de 2015 a 2019. Ahí empecé a ver que dentro del mundo del diseño hay muchas ramas y especializaciones. Te dices: «Este es un mundo muy amplio, con muchas posibilidades».
–Una se titula en diseño digital en la U-Tad ¿y a qué se puede dedicar?
–Al ser una carrera tan práctica y aplicada, nosotros aparte del título trabajamos un portfolio, eso es lo que sería nuestra carta de presentación. Y lo trabajamos durante todos esos años formativos. Por lo que no salimos con una mano delante y otra detrás. Tenemos una orientación muy sólida. Por eso, durante la carrera me di cuenta de que la ilustración me gustaba muchísimo.
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–¿Vio que sería su futuro?
–Empecé a entender los diferentes tipos de ilustraciones que existen dentro de los dos grandes grupos: ilustración tradicional e ilustración digital, y cómo se pueden aplicar. Al mismo tiempo en esos años empecé a buscar elementos relacionados con lo que iba aprendiendo en diseño digital, eso sí, siempre muy animada por los profesores para que tuviera una buena orientación, y comencé a presentarme a concursos y a ganarlos. También me surgió la oportunidad de exponer primero en Madrid, en Matadero (Blipont, 2017), y en Valladolid en el espacio Arte Joven del LAVA, durante todo el mes de octubre de 2018. Y empecé a trabajar como ilustradora 'freelance'.
«Un diseñador visual ha de conseguir que conceptos que son complejos se lleven a una simplificación máxima»
ALBA MORALES
–¡Sus primeros trabajos!
–Surgieron trabajos para el Ayuntamiento de Madrid y otros proyectos que fueron saliendo. En 2019 entré a trabajar en Accenture Interactive España mientras estudiaba un máster, y al terminarse el contrato en 2020 entré en Televisión Española, en el departamento de Implementación y Grafismo, con el cambio del nuevo plató en enero de 2021.
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–¿El de los telediarios?
–¡Sí, el mismo! Toda la vectorización de los escudos de futbol y banderas que ven en esas pantallas del telediario los he hecho yo. Bastantes cosas hice allí, desde rótulos, gráficos, fondos de respaldo a las noticias... ¡Ah!, y varias elecciones incluidas. Bastantes cosas. Y al poco de estar allí me surgió la oportunidad de salir de España.
–Pero una no se levanta un día en Parquesol y se dice 'me voy a Dubai'. ¿Cómo ocurrió?
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–Al final, por todo el tema del 'networking' y los contactos, que son una de las cosas más importante en este mundo, hacerte una reputación y que te conozcan por la calidad de tu trabajo es importante. En parte, gracias a la covid y al teletrabajo pudieron ver mi potencial en Dubái. Y pude trabajar a distancia para clientes de aquí. Mi forma de trabajar y mis trabajos les gustaron y encajaban muy bien con lo que me pedían y cuando se me acabó el contrato en España me llamaron meses después, cuando estaba trabajando en TVE. Me dijeron que estaban muy interesados en mi trabajo y me plantearon irme al equipo de Dubái o al de Estocolmo. En mayo de 2021 volaba hacia Dubái.
–¿Por qué eligió Dubai y no Estocolmo?
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–Siempre me dejé guiar por el corazón y éste me pedía venir a Dubái. Dubái busca ser la capital de la Innovación, como ya ha demostrado con la presentación de nuevas tecnologías en la Expo 2020, atrasada por la covid. Además, en mi trabajo se me permite seguir trabajando con diferentes equipos de otras partes del mundo, como los países nórdicos (Suecia, Dinamarca, Finlandia). Dubái está invirtiendo mucho a nivel digital, de innovación y de diseño, pensando en el futuro. Todo el tema de las NFTs, las cripto, el metaverso... es algo que aquí está en boca de todos. Cuando empecé a estudiar diseño digital, con 18 años, me decía que, si ya con aquella edad había tecnología, en los siguientes cuatro años iba a haber más. Así ha sido, y no me he equivocado. Cada vez vamos a más, cada vez hay más interés por el mundo digital.
–Cambió de país, cambió de continente, pero ¡cambió de cultura! ¿No le dio vértigo?
–Sí, fue un choque. Me vine con 24 años y me decía que si no lo hacía en ese momento no lo haría después, con más edad o con más responsabilidades. Así que me lancé a la aventura y, al final, como diseñadora me está enriqueciendo muchísimo.
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–¿Ese cambio de cultura cómo ha influido en su capacidad creadora ?
–A mejor, todo a mejor. Entender una nueva realidad es complicado pero muy bonito. Lo que más me ha llamado la atención ha sido con los propios clientes locales: son muy perfeccionistas y respetuosos con su cultura, la adoran y la protegen como lo que es, pero no tienen miedo de innovar. Ha hecho que, a nivel creativo, mi mente se haya abierto mucho y ya no solo por trabajar en esta cultura árabe, sino porque el ambiente en el que me muevo está lleno de gente de todo el mundo, 'expats' (expatriados), gente que viene a trabajar a Dubái como yo. Por ello, los equipos de trabajo son muy variados, desde personas locales a ingleses, turcos, italianos, franceses, etc. Trabajo en un entorno multicultural e internacional.
–Siendo como es mujer europea se ha ido a un país en el que la mujer evidentemente no goza de los derechos que sí tienen las europeas...
–Hay muchos prejuicios sobre lo que es diferente. Creo que tenemos una idea preconcebida errónea. En Dubai, yo no he tenido ningún problema. He trabajado en equipos liderados por mujeres, en mi día a día con los clientes no he visto esa diferencia. He tenido clientes tanto mujeres como hombres en posiciones de poder. Yo no tengo que cambiar mi forma de vestir, visto a la occidental. Sí que hay que respetar ciertos espacios, por protocolo, al igual que en España si vas a un evento, boda, juicio, etc. A nivel laboral no siento diferencia de género ni nada parecido. Hay un gran respeto.
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«Consumimos constantemente imágenes»
ALBA MORALES
–Su tarea básica consiste en crear contenidos visuales. ¿Permanecen invariables las máximas 'Lo que no se ve no existe' y 'Todo entra por los ojos'?
–En la sociedad actual la imagen lo mueve todo. Somos la sociedad de la imagen y, sobre todo, la gente joven que está todo el día en redes, pero también los adultos. Todo el mundo apuesta por la imagen. La tarea de un diseñador visual es conseguir que conceptos que son complejos sean llevados a una simplificación máxima para que una persona con un simple vistazo sea capaz de entenderlo. Consumimos constantemente imágenes. Recientemente he leído un estudio que señala que nos estamos acostumbrando a un consumismo tan rápido de contenido visual que nos está costando pararnos a leer, nos está costando reflexionar. Cuando un proceso lleva algo más de tiempo, a la gente parece que le da pereza 'perder' ese tiempo, por lo acostumbrados que estamos al continuo bombardeo con imágenes. El mundo de la imagen cada vez va a más. De hecho, con el tema de la realidad virtual y el metaverso quieren que nos metamos dentro de las propias imágenes, que investiguemos y creemos nuestro propio mundo gracias al 3D. Quieren crear un mundo de imágenes al margen del que estamos viviendo.
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–¿Quiénes quieren crearlo?
–Todas las empresas del mundo que apuestan hacia las tecnologías. La mayoría de las empresas actualmente tienen programas que se están orientando por crear en el metaverso. Han abierto un supermercado on line para que cuando vayas a hacer la compra con tus gafas desde casa tengas la misma sensación de elección que al coger los alimentos desde una estantería real, pero en una estantería virtual. Conciertos, desfiles de moda, juegos, etc. Estas cosas están pasando.
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–En este mundo tan internetizado, ¿pierde naturalidad la inspiración?
–El proceso de globalización actual ayuda muchísimo a la inspiración, te permite saber qué están haciendo en el mundo otras personas: coger referencias, ideas, aplicarlas. Pero a nivel subjetivo, para mí mi inspiración está en mi día a día y en salir a la calle. Me gusta quedarme mirando a la gente para ver lo que hacen, cómo visten o cómo se expresan. Me gusta mucho leer, conocer muchas referencias, antiguas y actuales. Cuando decretaron el confinamiento, empecé a dibujar un 'sketch book', libro de bocetos, y cada día dibujaba algo, lo que fuera. Mi inspiración era la pandemia y cada día dibujaba la nueva realidad. Pues bien, ese proyecto, que yo hice por hobbie, mereció un premio de Injuve Madrid. La inspiración está en la cotidianidad de la vida, pero lógicamente teniendo en cuenta cómo aplicarla o filtrarla. Saber hacia dónde estamos yendo, qué nos pide la 'marca', cómo es el cliente... Es una mezcla de todas estas cosas.
–¿Qué es lo que más le gustaría diseñar en este momento?
–Algo que me encantaría hacer en este momento sería poder trabajar en la dirección creativa de la Ciudad de Valladolid. Como han hecho Madrid y Barcelona gracias al trabajo de Nacho Padilla. Así como darle una nueva imagen de marca a la ciudad. Apostando por la creación de un sistema que ayudara a la comunicación y a los ciudadanos haciendo que se sientan representados y parte de un todo y poniendo en valor nuestra maravillosa ciudad. Desde luego no yo sola, tendría que ser un equipo de creadores. Pero me encantaría poder formar parte de ello. Sí, se que está el proyecto de 'VA! Valladolid, ciudad amiga' y acaban de cambiar el escudo del Pucela, pero se pueden hacer más cosas.
–A sus 25 años, trabajando en un mundo tan de futuro, ¿en algún momento se ha parado a pensar qué quiere ser de mayor?
–Me gustaría poder crear un nombre más sólido, trabajar a nivel internacional con las más grandes marcas, tener un equipo y enseñar. El diseño es mi pasión. Y poder vivir de ello, un lujo que no siempre se puede conseguir, por eso me esfuerzo tanto todos los días en dar lo mejor de mí.
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