
¿Cómo afrontar el calor excesivo?
A las puertas del verano, el Ministerio de Sanidad y la Junta, ponen en marcha sus planes frente a las altas temperaturas
Tras un mayo caluroso pero sin excesos salvo en días puntuales, llega un junio que, desde su segunda semana, comienza a marcar un tiempo estival; aunque previsiblemente agosto traiga los días más calurosos. Llega el verano y, con él, la necesidad de saber defenderse del sol y la deshidratación.
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La asociación entre altas temperaturas y los incrementos en la morbimortalidad es muy clara. Son numerosos los estudios que lo avalan. España implantó en 2004 un plan nacional frente a los eefctos del aclor y la Junta tiene el suyo propio. Ambos persiguen anticiparse a épocas de especial riesgo y facilitar orientación y recomendaciones especialmente para los más mayores y los niños. El plan entra en funcionamiento en verano durante los meses de junio a septiembre.
La Consejería de Sanidad y el Ministerio de Sanidad ya han puesto en marcha ya su protocolo ante estas situaciones aunque, por el momento, Castilla y León (y casi toda España) está todavía en riesgo verde, bajo.
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Pero, ¿quiénes deben estar protegidos especialmente del calor? La guía de Salud Pública indica que fundamentalmente las personas mayores, con discapacidad y los niños menores de cinco años. Asimismo, las altas temperaturas afectan fundamentalmente a las personas con enfermedades crónicas (hipertensión, diabetes, cardiopatía, obesidad, alcoholismo); que tomen alguna medicación habitualmente, o que realizan trabajos físicos intensos o deporte al aire libre cuando hay temperaturas elevadas.
¿Qué efectos produce el exceso de calor? Pues son señales de alarma los calambres, que indican pérdida de sales; el agotamiento acompañado de malestar, dolor de cabeza, nauseas, vómitos o sed intensa.
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La deshidratación es una de las secuelas más alarmantes y se puede detectar cuando sev observa decaimiento y sensación de postración.
Un golpe de calor, que llega incluso a provocar el desmayo del afectado, presenta nauseas, vómitos, dolor de cabeza, piel caliente y enrojecida, aumento de la temperatura corporal por encima de 40 grados centígrados, inestabilidad al andar, mareos y puede llegar a provocar convulsiones y hasta uncoma.
¿Cómo protegerse del calor? Evite salir de casa durante las horas centrales del día (entre las 12 del mediodía y las 6 de la tarde); beba más líquidos, sin esperar a tener sed. Sobre todo agua y zumos de fruta ligeramente fríos.
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Asimismo es aconsejable evitar las comidas copiosas, tomar verduras y frutas y comer menos cantidad y más veces al día. Ni las comidas calientes ni las bebidas alcohólicas son recomendables. También es aconsejable reducir la actividad física y descensar con frecuencia a la sombra.
En cuanto a la vestimenta, la ropa de tejidos naturales, ligera y holgada, de colores claros, sombrero, gafas de sol y cremas protectoras solares son una ayuda frente a estas jornadas.
Obviamente estar en espacios ventilados o acondicionados; emplear las habitaciones más frescas de la casa y durante el día bajar las persianas y cerrar las ventanas ayudan a persevar lo más baja posible la temperatura. En conveniente abrir las ventanas por la noche para ventilar y refrescar.
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La guía recomienda beber mucha agua y mantener los alimentos en el frigorífico y cuidar las medidas higiénicas de conservación.
Especialmente alarmantes son los graves accidentes por dejar niños o ancianos dentro del coche y con las ventanillas cerradas o estacionados donde antes o después va a dar el sol
Y ¿Qué hacer ante una persona con un golpe de calor?
Lo primero, llamar a emergencias sanitarias al 112 . Mientras, colocar al enfermo en un lugar a la sombra, quitarle ropa para airearl o y, si está consciente, colocarle con la cabeza ligeramente elevada y ofrecerle agua; además de refrescarle con ella sobre todo la cara y axilas. No lo meta en la bañera para enfriarle.
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Si está inconsciente colóquele tumbado de lado, con las piernas flexionadas. A una persona inconsciente, nunca se le debe dar líquidos.
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