El Mojito Monasterio, con su característico color rojo Rodrigo Ucero
De cócteles por Valladolid

Un mojito 'rojo' para inaugurar las fiestas de Valladolid

Este clásico preparado, muy consumido durante el verano, combina los ingredientes habituales con un toque diferencial que le aporta colorido y dulzor

Viernes, 5 de septiembre 2025, 07:34

La llegada de septiembre implica, para muchos, el final del verano. Atrás quedan días de sol, calor -y mucho este año- y un descanso que, para otros, supone ver la luz al final de un largo y caluroso túnel estival. Pero en Valladolid, desde hace ya 25 años, significa Ferias y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo. Desde este viernes y hasta el próximo 14 de septiembre, la ciudad se colma de comida, música y celebración en una suerte de despedida a los buenos tiempos veraniegos. También se bebe. Mucho vino, cerveza...y también cócteles.

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Lejos del bullicio del centro, en el Camino Viejo de Simancas, el Monasterio ofrece un respiro al costado del río Pisuerga, junto al Puente de Pedro Gómez Bosque desde hace casi 20 años. Reformado durante los primeros años, este establecimiento se ha convertido en un referente de la zona gracias a su capacidad para «adaptarse a los tiempos», asegura Gustavo López, su propietario. Esa capacidad camaleónica ha cambiado el primigenio horario vespertino de este establecimiento hasta abarcar todo el abánico de oferta hostelera.

Aquí, desde bien temprano, se elaboran desayunos que, con la caída paulatina del sol, tornan en picoteos y batidos hasta llegar a los preparados de coctelería clásica. De estos últimos dispone una carta con más de una docena de opciones «conocidas y que gustan a la mayoría de la gente», destaca. Desde el Aperol o la Kaipirinha hasta el 'Sex on the beach', la variedad se cimenta en cócteles clásicos y reconocidos a los que intentan aportar un toque creativo, especial.

Un clásico cubano teñido de rojo

Con esa idea nació el Mojito Monasterio, uno de los combinados más solicitados por su llamativo color y su sabor dulce y afrutado. La elaboración e ingredientes es similar a la del clásico preparado de origen cubano.

En este caso, la base la conforman un ron dorado al que se le añade, la hierbabuena, la lima y el azúcar. Y es aquí donde se aporta el 'toque' Monasterio con un puré a base de frutos rojos, con algunas frutas también, que se machaca junto al resto de la mezcla para sacar la esencia de los elementos que la conforman.

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Después, se rellena por completo con hielo picado, otro clásico de este combinado que se corona con un toque de soda. Para finalizar, después de agitar la mezcla con una cuchara de bar, se finaliza la presentación con frutos rojos, un ramillete de hierbabuena para potenciar el aroma y una lima en el borde del vaso.

El resultado es un cóctel sencillo pero llamativo desde el primer vistazo, con un destacado color rojo difuminado que se vuelve más intenso en el fondo del vaso. Con aspecto exótico y veraniego, se trata de una versión con un toque diferencial de uno de los cócteles más afamados y reconocidos internacionalmente a un precio de 6,80 euros que es común a la mayoría de combinados que figuran en la carta de Monasterio.

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Además, en consonancia con la tendencia actual en la que «se sirve menos alcohol», según apunta Lopez, también se ofrecen variantes 'sin' como el San Francisco o la Piña Colada, otro clásico estival, a un precio más reducido. En esta opción 'abstemia', el Monasterio también es notorio por sus zumos y batidos naturales, una alternativa que, combinada con su amplia terraza, «suele tener mucho éxito entre el público más joven».

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